lunes, 27 de agosto de 2018

No hay comentarios

Hoy no hay comentarios, así como desde hace mucho tiempo, nunca los hay, parece que sólo escribo dirigiéndome al aire, y está bien. No está bien esperar algo de algo o de alguien. A fuera está lloviendo, cae una mini tormenta de las que estamos a acostumbrados a que caigan en esta ciudad. Sin embargo, yo también llevo una propia.

Quiero llorar, y llorar, y gritar, y golpear al hado del destino y catástrofes. Quiero echarle la culpa a alguien de todas y cada una de mis irresponsabilidades, porque una vez más, querido lector, estoy triste.

¿Les he contado mi teoría de que me acabe todo el amor?

Pues sino, ahí les va. Creo que me terminé todo el afecto que alguien podría darme en una persona. Pienso que lo más seguro es que esté destinada a toparme con personas geniales, pero que ninguna de ellas me querrá tal cual soy. No hay nadie para mí, sólo yo, sólo yo, SÓLO ESTÚPIDAMENTE, yo. Y pues es que la verdad, tengo muchos defectos, muchísimos.
Soy imprudente, voluntariosa, necia, transparente, de vez en vez frívola, también tonta, impaciente, insegura, floja, indisciplinada, temerosa, y llena de egoísmos y envidias.

¿Así como alguien me va a querer si ni yo puedo constatar que valgo la pena para mí?

Duele, duele mucho.

Quisiera salir y ahogarme con la lluvia, que esta me golpeara hasta que los moretones se conviertan en pequeñas laceraciones, sentir hipotermia, dejar de entender aquella delgada línea entre lo consciente y perderme.

Pero no.

No hay comentarios, amigos míos, no los hay. ¿Quién va a dejar algo? ¿Por qué no escribes algo? Yo lo sé, porque no vale la pena seguir en esto.

Y me sofoco nuevamente, quiero gritarte y decirte que no entiendo a qué estás jugando, y por qué, por qué te metes con alguien tan estúpido y carente de amor por sí mismo. ¿Por qué?

Y yo sé la respuesta, claro que la sé. Porque es fácil, porque jamás fue tu intención involucrarte con alguien tan cómo yo. Por eso es que siempre me dejas decidir quien es la persona que debe de irse, porque tú no estás. jamás vas a estar. ¿Para qué?

Soy tan problemática que dá lo mismo si rompes un poco más a lo que ya está quebrado.