sábado, 29 de julio de 2017

Síndrome del Profesor Calamitous

Ahora que hago un recuento de los hechos, esto lo soñé, y debí percatarme de que el hecho de que te subieras a ese autobús, que muy rara vez llego a abordar, ya lo había visto.

Antes de salir de casa tuve un Déjàvu (o como sea que se escriba), el cual había vivido o soñado hace dos noches, sí ese día cuando me desperté pensando en ti. Pero no fue esa sensación como veces anteriores en donde me deshacía de tristeza y añoro por estar contigo. Sino más bien como de un extrañamiento, como si algo no estuviera bien así que por un momento me detuve y miré al techo, pensé en otras cosas y seguí adelante con el día.

Normalmente cuando tomo el autobús que pasa por tu cuasi nueva vivienda (igual y ya hasta te has mudado y yo sigo haciendo esto, je), justo una cuadra antes, siento el cosquilleo y dejo todo lo que ando haciendo para mirar a los cactus a ver si de casualidad estás por ahí y así pueda pensar de manera rápida que debo hacer y como reaccionar, y bueno, la respuesta es la misma, no hago nada, regreso a lo que hacía y me alegro por no tenerte cerca.

De unas semanas para acá, ese sentimiento se ha ido calmando, hoy por ejemplo, me dije "y no está ahí" y me alegré mucho de eso. Como si fuera una adivina y todo ya estuviera resuelto, me sonreí y volví a sumergirme en mi sueñito antes de llegar a casa de mi tía. Iba leyendo el Laberinto, pero como que el día de hoy no tenía ánimos para Paz y mucho menos cuando olvidé tomar mi medicina.

Bajé de ese camión, la verdad el viaje se me hizo eterno, no sé por qué razón había mucha gente en la ciudad, en fin, yo caminé hacia la casa de mi tía postiza (porque en realidad no es hija de mi abuela, pero la quiere más que mi propia madre), y me tropecé con una niña, no la vi, y ella a mí, tampoco, le dije "cuidado, corazón", seguí mi camino, incluso cambié varias veces la música, como que no andaba de ánimos. Toda la tarde estuve escuchando a esos que cuentan nuestras historias porque al fin, ya no me dolía.

Y reitero, el día se sentía extraño. Como un poco irreal, debí haberlo imaginado, los tíos que vi en mi ciudad, en realidad es un suceso raro. Pero me dio gusto verlos, mi tío dijo que me veo hermosa... fue un lindo momento.

Corrí para ver a mi amiga, un gatito a su cuidado había muerto, y quería verla. En este momento es lo más cercano a "una BFF". Me perdí un poco para llegar a su casa, pero lo logré. Y sólo hice un comentario sobre ti, intento ya no hablar tanto de ti, como para sacarte un poquito de mi organismo y demostrarme que puedo hacer muchas cosas y que no necesito de nadie y que todo estará bien y que tienes una vida y que eres feliz y que no estás junto a mí, ni para mí, ni por mí, ni nada de nada que nos involucre a ti y a mí.

Y como un ninja, llegó su chico, gracioso porque hablábamos de las cosas que no van tan cool, en fin, fingimos demencia y los apuré para que me acompañaran a la parada del camión, nos siguió el perro niño prieto "Noppy". E hizo una cacota, enorme, gigante, tamaño jumbo, lo limpió mi amiga con unos kleenex y la bolsita de éstos. Reitero, debí haber escuchado las señales pero como siempre estoy en otro planeta, sonriendo y baboseando.

Llegamos y seguíamos charlando sobre que Noppy camina raro porque no tuvo a quien seguir, es decir es un perro que camina raro porque no tuvo un ejemplo de otros perros, lo cual me pareció extraño, no hice caso. NO.

Vi que pasó un camión, y dije esperaré otro, uno que me lleve al metrobus, ya era un poco tarde, y es mejor tomar el transporte que me lleve a lo seguro. Mi amiga, me dijo "este igual te deja en el metrobus", se refería a una combi, pero la neta yo soy medio pendeja, no tenía ganas de caminar por si me perdía. De nuevo, hice caso omiso.

Y muy, muy rápido me subí al que me llevaría a mi transborde, pensé que iría rápido, pero no, iba lento como la chingada, había mucha gente, creo que hubo partido; hasta el final del transporte había gente con playeras del equipo local, y ahí me quedé, parada, no había donde sentarse. Escuchaba música, el álbum de "La velocidad de la Luz" de Los Bunkers, sentí como me incomodaba la mano de un fulano que iba junto de mí, cada vez se estiraba más y más como si fuera en verdad súper largo, lo vi con asco y me aparté después. Seguro estaba exagerando, entonces iba pensando en eso, en que puede ser que estoy como en un periodo donde no quiero que nadie me toque o alguien intente algo conmigo porque la neta que miedo volver a enamorarme y perder piso y esas cosas, creí estar destinada al fracaso en esos cinco minutos que pasaron.

Como un rayo de luz se abrió la gente y me molesté mucho cuando ya me iba a sentar y un wey se sentó, me ganó el lugar, así que le pedí permiso a un señor para dejarme estar junto a la ventana, me senté, intentando acomodarme, preguntándome porque soy más feliz junto a la ventanilla yendo como periquito con las piernas dobladas, veía el chingo madral de gente, sentí como se detuvo el camión, me dio pesar ver quien se subía, sabía que este no te lleva a donde vives, así que no voltee de inmediato y justó comenzó a sonar...


Y puedo jurar que cuando voltee a ver lo que había alrededor de mí... estaba la frase "No tengo mucho más, de lo que guardo para mí, no vayas a olvidar el día en que dejaste de fingir", entonces ahí estabas, tan efímero, tan bello, incluso tu piel se veía más suave de lo que es, tus cabellos traviesos se veía alegres y sedosos, como si realmente te cuidaras, me gustó el look de hoy, a pesar de que odio los botones, te veías guapo y cada vez que pienso eso sonrío como boba y un dolorcito me acecha en el corazón. terminó la canción, y no sé, si aún no me veías, pero yo te veía, tomaba fotos mentales para guardármelas, aún no sabía si quería ser vista por ti, intenté esconderme pero las demás personas se daban cuenta de mis actos, alzaste la viste y me viste. 

Entonces ya no pude hacer mucho, me quitaba, me ponía el gorro, me lo dejé puesto y te saludé, hiciste lo mismo y te pregunté si todo iba bien, y tú igual y yo sólo sonreí como boba, porque eso soy, una mensa. Sonreí porque estabas ahí. Y te hice esa pregunta en la cual esperaba que dijeras que no, que no era nadie importante, porque sí, vi como acomodaste una mochila... y obvio que no ibas solo.

¿Recuerdas que hice?

Solté un te amo al aire.


No fue por celos o por este sentimiento de propiedad y dependencia, fue porque amé tanto verte, amé tanto tu sonrisa, amé ese momento y amé que aunque había mucha, muchísima gente, fuera nuestro, y así lo quiero creer, y así lo estoy creyendo.

Hice caras graciosas para no llorar, quería verte sonreír. Y lo hiciste, amé tu risita discreta, y luego intenté comenzar una charla sobre lo que le había hecho a nuestra amiga. Para escuchar tu voz, tu voz, puta madre, cuantas noches esperé a que volvieras a llamar para decirme que al fin te habías decidido por mí, pero no sucedió, no pasó, y está bien, entonces te canté, estaba cantando lo que escuchaba... le estaba poniendo un soundtrack a ese momento para no olvidarlo nunca, porque puede ser de las últimas veces en que te pueda ver, en que te vea, porque ya no voy a buscarte, me lo prometí... 




...y el camión se vació, vi tu rostro, tu gesto que me indicaba que era hora de separar miradas, me cubrí para que ella no me viera. No quería que me viera el rostro. No quiero que lo vea, porque entonces se dará cuenta de lo mucho que la envidio, de lo mucho que me duele verlos, de lo mucho que te amo y temo que se robe mis sentimientos, que diga que son más intensos y fuertes que los míos, que diga algo para manchar todo lo triste, bello, horrible, extraño, único de tú y yo. 

Y sólo me quedó voltear a otro lado, hacerme tonta, y guardar esas ganas de llorar porque me prometí a no volver a soltar una lágrima desde ese día en que me dijiste que no te esperara, incluso hasta lo anoté en mi pared, como un recordatorio de lo mucho que me falta hacer por mí. Respiré hondo, y no podía evitar dejar de verte... hasta que di cuenta de que estaba cerca mi destino. 

Pedí la parada y estaba ansiosa y los demás que estaban junto de mí lo notaron, y yo veía tu espalda, tus cabellos, te veía hablar, y cada vez el nudo en el estomago se hacía más inmenso, al fin se abrió la puerta y pude bajar, corrí o volé, no lo recuerdo, lo que sí es que toqué tu ventanilla y te dije "adiós" con la mano y el gorro puesto. Corrí, lo más rápido que pude para que ella no me viese, para que se quedara entre tú y yo, pero dudo que fuera así, me quedé en un árbol, chiquita, temerosa, escondida para verte a lo lejos, y te vi. 

Lo demás es una maraña de historias que no sé muy bien como sucedieron, me quedé en shock, aún podía verte frente a mis ojos, pero sé que sólo fueron unos momentos, unos instantes, chiquitos, preciosos, bonitos, nuestros. Raros y únicos, cómo somos. 

Le di vueltas a mi cabeza, una y otra vez, una y otra vez, tú volteando, tú viéndome, tú sonriendo, tú haciéndome caras, tú diciéndome que estás bien, tú preocupado, tú serio. Tú, tú, tú... y ella.

Me encontré a una amiga de la preparatoria en el tercer transborde a casa. Medio le conté, estoy segura que sólo balbucee algunas cosas. 

Llegué a casa, fingí que todo estaba bien hasta que le pedí a mi hermano, el que tiene el mismo nombre que tú, que me escuchara... y salimos por un cigarrillo y me tranquilicé.

Concluí que no puedo ser como el Profesor Calamitous de Jimmy Neutron, necesito acabar todo esto, necesito un cierre, no sé si esto lo fue, no sé si ya lo había tenido, no sé porque grité "puta (pon el nombre de tu chica) maldita (su edad) me jodiste la vida, ojalá te pudras, pero para qué si ya lo estás" cuando fui yo la que se puso las trampas y la que no hizo caso a las señales, necesito ya no dejar todo a medias.

Así que estoy decidida.

Terminaré eso que no me permite dar ese salto del cual ya habíamos hablado.

Y como le dije a mi hermano "en realidad no la odio, ni le deseo mal, sólo me da un poquito de envidia" y en mis adentros "el que la ames".




lunes, 24 de julio de 2017

Escritos encontrados

Me encontré con algunos escritos que hice hace no muchos años... creo. El punto es que quisiera compartirlos, puede que haya decrecido a la hora de escribir. O crecido, no lo sé. O tal vez no avancé ni un poquito. Lo importante es que aún tengo estos registros, y sí, amo cada cosa que escribo como si fuera un hijo, porque eso es. Y también lo odio, porque sé reconocer cuando algo es malo, puede que no haya escrito algo tan cool en estos días. Ando, en esa reconstrucción. Pido perdón y gracias.

Luna Olive Lettuce

13 de noviembre de 2010 ·

¿Y al final?

Casi todos los días reviso en lo poco que puedo ver, alguna señal de amor hacia alguien que ahora le pertenece a otra persona, tal vez sea una inconstante paranoia por asegurarme de que todo irá bien. Es cierto, ya no está él con ella, pero... ¿qué me hace asegurar que siempre será así, y qué en ningún momento flaqueará su decisión?, es triste, y algo desgantante, tanto como fumar un cigarro.

Ella tiene miedo a ser olvidada y sobre todo a aceptar que todo lo que una vez se dijo, se haya remplazado por una nueva sonrisa. Yo sé lo doloroso que debe ser... sólo quedan lágrimas.

¿Y al final, ella estará esperando por ti?

Supongamos que a veces hay peleas, cosas que no tienen un verdadero sentido... donde se discute y se pierde parte del amor que poco a poco se construye... y tu estás más herido que enojado. Ella tendrá ventaja de esa circunstancia, de ese hueco... -malditas paranoias- irá a por ti. Y mientras... tu sweet heart, ¿qué demonios hará? supongo que sacar las lágrimas impotentes, una por una... mientras aquella otra alma a la cual le prometiste amor infinito sin que ella te demostrara antes que también te lo daría... se regocija al saber que hay una oportunidad.

Y al final... todo vuelve al principio.

Pero es ahí donde te das cuenta de cuanto amas a tu sweet heart... y que la otra simplemente tiene que aceptar lo que sucedió, que ni por los más dulces besos que te pueda dar, tú jamás podrás caer en su red, nuevamente. Así que simplemente solo le quedará esperar a que su mirada vea más allá de lo que no quiere ver...

¿Y al final todo es doloroso?

Las fotos, los mensajes, algunas cartas jamás entregadas... recuerdos que sólo en tu cabeza podrás conservar la atormentan, pobrecita... pobre alma, tanta lastima me da, ojalá su dolor no te llegue a ti, tu sweet heart odiaría que ella te lastimase... no es justo, es su dolor, y no debe de ser de alguien más.

Y al final... no hay final.

Intentando concluir esto, me puedo dar cuenta que el ser humano suele ser egoísta, suele ganar y perder... ¿por qué existe eso? ¿por qué? siento como si aunque ya pasará todo esto... se seguirá repitiendo, o simplemente no tendrá algún triste o feliz final.

domingo, 23 de julio de 2017

Los pies de Steven Wilson

Considero que los pies más bonitos que he visto
han sido los de Steven Wilson.
Los vi, en vivo, y en un video musical.

¿Qué si esto es una oda, poema, canción, fanfic u homenaje?
Nah. No lo creo.
Sólo quiero hablar de lo bonitos que me parecen,
de lo perfectos y suavecitos que me los he de imaginar.

Los pies de Steven Wilson,
sí, como una especie de mantra,
o una frase clave para salir de problemas.
Pero no, sólo son unos pies.
Una mínima parte de alguien a quien admiro,
y quisiera conocer,
porque su grandiosidad me llena el alma de emoción.

¿Tan simple soy que unos piecitos me hacen feliz?
Could it be...
Tal vez me quedé tan triste, y tan decepcionada de las personas cercanas,
si ha de ser eso.
Porque no encuentro una razón, RAZONABLE, para no racionar este amor tan platónico
a unas extremidades tan ínfimas e intimas como lo son, los pies.

Podría hacer un club de fans de los pies de Steven Wilson,
y eso lo podría asustar, tal vez cubra sus bonitos en cada concierto por temor a que viole esa privacia.
Me parece que hago mucho alboroto por algo sin importancia,
pero es lo que me queda para no ahogarme en mis tonterías.
PENSAR EN OTRA TONTERÍA.
Pero en una con peso.

Por eso pensé en los pies del sujeto que para mí es perfecto,
por lo inalcanzable,
por lo fuera de mí y mis posibilidades como mera humana mortal y poca cosa que de vez en vez soy.

Porque si no pienso así, no encuentro una razón,
como ya habré de repetir,
razonable...
para razonar y racionar...
porque no fui la mejor razón.

lunes, 17 de julio de 2017

Limousinas

Él sabrá que significa.

Feliz Cumpleaños. 

jueves, 13 de julio de 2017

Compilación de canciones

Para seguir leyendo esto, debes seguir las siguientes instrucciones, ésta es una compilación la cual que he hecho dentro de mis ánimos de odiar:

En primer lugar, tienes que recordar lo más culero que te hayan hecho, no importa si tú mismo lo desencadenaste, las cosas son así, siempre hay un esclavo en las relaciones. Ahora toma un cigarrillo, jala de éste y aguanta el aire hasta donde más puedas y al sacarlo grita el nombre de la persona que te haya dañado.

Muchas veces uno no sabe que hacer o como reaccionar y por eso hace idioteces, a veces son justificadas y otras no tanto, e incluso para eso hay que saber pedir una disculpa y sobre todo perdonar. La humanidad también se basa en eso, en reconocer que también somos mierda.


El paso número dos, es cantar, cantar con toda el alma, sacar todo aquello que está dentro, también funciona escribir y llorar. Golpear jamás está de más. Al fin y al cabo un golpe duele menos que tener el corazón roto, destrozado, vomitado, vuelto a comer para terminar todo escupido en algún rincón de la maldita ciudad. A la cual es difícil volver a salir, porque todos esos lugares te recuerdan a esa escoria a la cual has amado.

De vez en cuando uno tendrá que guardar la compostura, pues hay que ser seres funcionales, tampoco es para terminar en algún manicomio, es por eso que me he dedicado a rastrear cada fragmento perdido en la batalla, hay que reunir cada soldadito para seguir con la vida.

El paso tres consiste en jamás, jamás, jamás humillarse, jamás volver a caer, el deber recoger fortaleza de no sé donde, es inminente y prioritario. Por mucho, por mucho que se le extrañe a esa persona, hay que tener y tomar en cuenta que uno mismo puede sacarse del hoyo en donde uno mismo se metió, por amar a lo pendejo. 

Y es que uno no se da cuenta de esto, ya hasta que alguien salió con el corazón hecho una mierda, uno puede alejarse de manera tranquila y temprana, sin rencores, sin recuerdos, sin memorias, sin algo que te atreviese por dentro y que esto te haga seguir ahí.



Si te saltaste el paso número tres, no te preocupes, que no cunda el pánico. Lo hecho, hecho está pero lo más importante es reconocerse como alguien humano, con virtudes y defectos, abrazarse mucho, quererse, y preguntarse en el espejo ¿por qué eres así? Ok, no. Lo que recomiendo es respirar, aguantar las lagrimas, y seguir adelante. Sólo uno sabe las razones por las cuales lo hizo. Y no está mal, cada quien debe tocar fondo.

Aunque puede que el fondo siempre estuviera ahí y uno no pudiera verlo, muchas veces hay que lamerlo para ver si de verdad es cierto lo que se está pasando. Uno es masoquista, y sí hay que admitirlo ser víctima también se siente bien sabroso. 



Sal, sal mucho, sal a caminar, sal por las tortillas, sal a andar en bici, sal en patines, sal a la azotea, sal a la tiendita de la esquina, sal a la ciudad, sal a un pueblo, sal, sal, sal. Está de la chingada privarte de un mundo entero sólo por estar triste, no tiene sentido. El mundo, si uno quiere, es un lugar fantástico, si, ya lo dije hay lugares en dónde te sentirás incómodo, a huevo que sí, pero si uno no se hace la labor de enfrentarlos, jamás en la puta vida podrá sentirse tranquilo aunque sea unos minutos.

Si salir, como quedarse en casa, es bueno, uno tiene que tomar en cuenta que tanto se beneficia, que tanto uno se castiga, que tanto la imagen viva de ese ente del cual quieres exorcizarte te atormenta. Es sólo cosa de respirar y pensar que esto pasará.



Busca a tus amigos, búscalos, ellos son como una pomadita para las quemaduras que te darán buenos ratos de satisfacción. No es necesario tener que hablar, ellos se dan cuenta de lo que uno anda pasando. Te darán tantos buenos como malos consejos. Sin embargo, lo hacen porque te quieren. 

Tampoco hay que abusar de nuestro papel de lastimado, de vez en cuando llegan a fastidiarse, lo mejor será aprender a respetar espacios y tiempos. Es raro encontrar a alguien incondicional. Ese... ese eres tú mismo.


Si nada de esto te funciona, quiere decir que en realidad, te pareces mucho a mí y que no tienes la más puta idea de que hacer con todo aquello que sientes, porque es mucho y porque es confuso, porque de vez en cuando llegas mucho a odiar a esa persona y terminas por odiarte por sentir aquello. Uno la caga, es cierto, hace no mucho me dijeron que soy como la reina de todas las desgracias, que es como si todo la malo del universo me pasara a mí, cuando no es cierto. Yo también he hecho daño, he causado dolor y malos ratos, hay que "cacharse" cuando uno hace eso. Porque creemos que somos tiernos corderos inofensivos que sólo están a merced de algún sujeto malvado. Y pues no.

Lo mejor es tomarse un tiempo, porque éste es maravilloso y lo cura todo. Bueno, eso me ha dicho una vecina que me vio llorar. De todas formas. Puedo dejarles la lista de las canciones que escucho cuando permití que alguien rompiera mi corazón:

Im not in love - Crystal Castles
Boys dont cry- The Cure
Rompecabezas - Aterciopelados
Los amigos que perdí - Dorian
Miau - Love of Lesbian
Out in the cold - Judas Priest
Coma - Los Bunkers
Que nos va a pasar - La buena vida
Cuídate - La Oreja de Van Gogh
Diamonds are forever - Arctic Monkeys
Us and Them - Pink Floyd
Crimen - Gustavo Cerati
Bolero Falaz - Aterciopelados
Cuando te hablen de mí - La habitación roja
Miedo a toparme contigo - Denver
Volver a mí - Fito Páez 
Maligno - Aterciopelados
Do me a favour - Arctic Monkeys
I love you Porgy - Billie Holiday
Untitled - The Cure
Untouchable - Anathema 
Cry me a river - Ella Fitzgerald
Adiós - Gustavo Cerati
139 Lexatins - Fito Páez

No es una lista muy variada. Lo sé... entre más escucho, más me pongo triste, por eso, evito un poquito hacerlo. En fin, pa quien guste. 


Perdí (Serie perdida de poemas)

Perdí en mi cuerpo

Su voz calmó de cierta forma la sed que habita en mi piel,
permití que profanara este cuerpo mío,
lo dejé
porque sus ojos prometieron abrir la suavidad
que encarna la voz.

Dejé que me llenara de vida,
(era una acción de asombro)
dulce promiscuidad del universo.

Y ahora uso mi olfato para hallar
                                     (en que momento)
su lengua,
sorbió las células en movimiento que originan comunicación
desde la parte más ínfima de mi cabello
hasta la profundidad más áspera de mi vello.

Di por sentada aquella relación entre su barba y mis pies.
Besé sus uñas, 
cada textura de sus pestañas cubiertas de
una intangible unidad de deseo.

Y ya está.
Ya sus cejas no arrastran aquel peso
que en su boca color efímera,
                              (en donde guardó)
la intrínseca necesidad de romperme hasta los tobillos.

Perdí en mi casa

¿Recuerdas la primera vez que te besé?
Sí, no, tal vez...
Yo sí.
Fue en mis terrenos.
Aquél lugar en donde me esfumo y deja de existir el temor.
Te abrí la puerta de ese mundo paralelo al tuyo,
y revisé que no estuviera el amo del universo
                                                 para que violáramos
                                                                    sus normas.
Porque,
en ese sitio
permanecen
todos los registros
de mi identidad.

Te lo hago recordar, para que te DUELA y
entiendas lo que tu signo cada maldita noche
vuelve allanar.  

Perdí en mi calle

Hoy me vi caminar entre los espejos que deja la lluvia
iba camino a casa, 
triste,
confundida,
desolada.
Y aunque sea un lugar conocido,
me sentí en un laberinto.
Las ventanas de las casas juzgaban mis pasos con su silencio.
Saben que me mentí,
y por eso, 
por eso también mi calle,
                   al igual que el vacío
                                me vomitan.

Perdí en mi ciudad

¿Qué sentido tiene escribir sobre esta maldita ciudad?
No tiene tanto que dejó de quedarme como mis vestidos viejos
porque a pesar de querer ser aquel famoso sol naciente
te sigo buscando en aquél café que se hizo territorio tuyo
pero no, NO ESTÁS, ahora tu pulular avanza hacia 
                                                                      aquel viejo y
                                                                            ASQUEROSO
                                                                                     sol poniente.

Nota de la autora, o sea de mí:
No tiene mucho que asistí a un taller teórico-práctico de poesía impartido por un poeta llamado Josué Ramírez, la verdad es que aprendí muchísimas cosas que desconocía y otras que simplemente fui a rectificar. Estos poemas que ahora presento, los escribí mientras hacíamos una dinámica en donde comenzamos a visualizar nuestra poesía desde un cuadro tipo bucle en dónde desde lo macro llegamos a lo micro y viceversa. 

En el primer ejercicio recogimos palabras dichas al azar con la temática del cuerpo, la extensión fue libre, es por eso que es el más grande de esta cortísima serie. Luego en clase, hicimos el de nuestra casa, por último para finalizar el taller de tres días nos dejó de tarea visualizar el poema en la calle y la ciudad. Si se dan cuenta, deberían ser los más trabajados, sin embargo, mi musa no apareció ese día, hahahaha... 

Pauperismo

¿Alguna vez se han sentido con ganas de esperar a que todo pase mientras uno se queda inmóvil? ¿o te has sentido perdido en tu propia casa? ¿no te llega esa sensación de ser algo sin ton ni son?

Bueno, últimamente, ya no sé como describir que es lo que pasa. Tengo "no sé qué", ni estoy triste, ni enojada, ni feliz, ni nada. Como que llego un momento en donde sólo veo pasar el atardecer, o ni eso, prefiero dormir aunque me duela todo el cuerpo.

En efecto he llegado a un estado de pobreza espiritual.

Veo como pasan inadvertidos aquellos gloriosos días, mis días, que hermosa manera de gastar mi juventud. Cuando no sé, debería salir a comerme al mundo entero.

Tan extraditada de mí estoy.

De vez en cuando me funciona el rencor, o el falso orgullo, pero luego, como una brisa inesperada con granizos y rayos, llega el recuerdo de que también fui una maligna para él.

Lamento todo el daño que he y le he ocasionado.

En fin, luego escribiré algo más rico en palabras, porque tan vacía quedé que ahora ya no sé que palabras usar.