sábado, 7 de septiembre de 2019

No eres un hombre encantador

Ni tampoco encantado.
No eres nada de esa mierda.
Mamá tenía razón.
Siempre la tiene.
Y eso me mata.

Yo no entiendo las relaciones, no entiendo por qué tengo que perder, o por qué no simplemente ellos se van. No sé qué más quieren de mí, malo si les doy mi cuerpo, malo si les doy mi tiempo, malo si les doy atención, malo si me alejo, malo si invierto en ellos, malo si salgo con uno, malo si salgo con todos, malo si soy dulce, malo si soy grosera, malo todo es malo, todo va mal.

También soy humana, también me duele, también siento.

Y ya me cansé de regalar flores, de ver como mis virtudes se van volando con el aire. Son danzarinas que evaden las hojas. Soy una danza sin ritmo.

Entiendo qué hay algo mal en mí.

Me falta más amor por mí misma.

Y ya no sé qué hacer.

A veces es dura la soledad, y eso que amo estar sola. Pero también quisiera llegar a un sitio en dónde mi compañía sea grata, donde no deba fingir, ser más yo.

Duele mucho.

¡Maldita sea!

A veces pienso que me acabé todo el amor que debí haber recibido por parte de un hombre. Y otras pienso que soy algo que no puede o no sirve para estar con alguien.

No me lo tomes a mal hombre no encantador.
Hombres.

Sólo estoy fastidiada de que no digan la verdad.

Y de qué tenga que jugar un juego en el que no sé que ficha soy.

Porque en verdad soy buena con los juegos...
...pero no en este.
No quiero ser alguien distinta a lo que soy.

Porque soy alguien que se entrega y se desdobla y da todo a cambio de migajitas.
Y no valgo eso.

Yo lo sé.

No le temo al amor, ni a enamorarme, no tengo miedo de eso, porque es una fortuna, y casi un milagro.

No tengo miedo.

Pero por el momento, renuncio.

Me duele tanto.

Me es fácil desnudarme, no tengo ningún problema con que la carne quiera carne, la humanidad es así, así funcionamos. Qué sé yo.

Pero al parecer nadie quiere lo que hay detrás de mis cartílagos.

No me entristece el rechazo, estoy acostumbrándome.
No me molesta el no gustarte, eres libre de ello.
No me decepciona lo que no sientes por mí, estás en tu derecho.

Me mata el que la verdad salga a través de mentiras.

Por eso es que no eres encantador, ni encantado.

Eres otro más en esa lista de imaginarios.

No más.

Ya no más.

Y sí, sé que he roto corazones, pero al menos he sido transparente y honesta.
No los hago sufrir de más.
Porque mi mamá tiene siempre la razón.
La verdad siempre sale a flote.