martes, 17 de diciembre de 2019

El Astronauta

Esto es parte de un experimento que realicé con uno de mis colegas y lectores, Neto Cortés. Muchas gracias por la colaboración, la atención y el cariño con el que me prestas tus palabras para poder publicarlas. 

“La vida es una mierda” me dijo D para luego contradecirse y decir “no, no es verdad, la vida no 
lo es… la mierda es la gente”, y concuerdo. Yo soy de la idea de que la sociedad en conjunto 
puede hacer maravillas tan fácil como puede ser cutre. Demasiado tiene uno con sus pedos 
mentales para todavía lidiar con glorias y fracasos de otros, más con los fracasos ¡nadie tiene 
necesidad de llevar cargas ajenas! 

Las últimas semanas han sido intensas, entre cualquier cantidad de desmadres y chelas y 
amigos de una noche, casi al amanecer volteo a ver la luna acompañada de su pacífico
resplandor. Llego a la casa para dormir un par de horas, despierto sin las ganas de antes y veo 
a equis persona con sus estancamientos emocionales, otra sometiéndose a una tortura 
innecesaria, una más alivianada matándose en un trabajo rutinario que no le hace feliz, pero,
esa persona sigue siendo un genio brillante. Y así podría continuar mencionando todo lo que 
veo en mi paso por el efímero y poco especial calendario, que, se ha ido tan rápido como un 
bote de cerveza en uno de estos días anormales.

De pronto, un destello me llevó hasta una historia lunar con la que me sentí ‘identificado’ de 
algún modo, empaticé con el satélite, es vulnerable también. 

EMPATÍA

¿Es tan difícil comprender el concepto de la palabra?

Al menos para mi no, yo sí entiendo a los demás. Me vino a la mente el comentario que 
“alguien” me hizo: es que no te importa dejarme sola. ¡Ey! Me tuviste de tiempo completo hace 
mucho y no quisiste estar allí, tenías la opción, estoy de acuerdo con su reclamo y no se lo dije,
es que su sensibilidad me afectaría.

¡Maldita empatía!

Estoy dividiéndome entre varias personas para no quedar mal con ninguna. ¡Pff!
Antes de cerrar los ojos pido no despertar, o ya de a perdida despertar en otra realidad
(aunque no maldigo la actual).

He descubierto a la luna irradiando letras, como se expresa y manda mensajes a la Tierra.
Desde que era un mocoso padecí de nictofilia, ahora que estoy medio inmerso en este
misterioso mal es cuando, de manera fantasiosa he llegado a creer que de mi también brotan expresiones literarias. La luna debe estar harta (pienso), ve tantas cosas en su paso por la 
noche que el hastío debe estar invadiendo su superficie. Y yo, empático e ingenuo leo lo que 
trata de comunicar e intento responderle o por lo menos encontrar inspiración en su brillo, ella 
en su soledad allá arriba y yo aquí en mi planeta futurista y desértico, oscuro y poco conocido.

Y no se trata de selenofilia, es una simple admiración hacia su naturaleza, además de simpatía 
con su manera de pensar, a pesar de su cansancio todas las noches sale a brillar, y así debe 
ser para todos: resplandecer más allá de lo malo que pueda abundar.

La luna debe saber que alguien la entiende. 

En fin. Después de este pequeño paréntesis necesito seguir mi camino… 

¿Mi próximo destino? 

…MARTE. 

viernes, 13 de diciembre de 2019

Mariposas y cebras

Es una mierda todo esto. Mientras me recrimino por llorar y de alguna manera explotar, suena de fondo esta canción que no tenía ni la menor idea de su existencia.

De nuevo lloví por nimiedades, porque la casa está botada, los trastes sucios, el suelo sin lucir limpio, la plaga de cucarachas que por más que voy matando siempre aparecen nuevos especímenes. Son razones totalmente estúpidas. Siempre es el detonante.

¿Por qué no hiciste las cosas si te da perfectamente el tiempo?

A veces creo que vivo con unos primates, con gente que no me conoce y que ni siquiera se molesta en hacerlo. Es muy fácil hacerme llorar. Y hasta parece deporte. Carajo, ¿qué no les basta ver como todos los días peleo para no quitarme la vida? Digo es muy fácil. Sólo tengo apuntar bien hacia bajo.

Ya no quiero vivir así. Me duele. Me voy marchitando. Y no deseo que me lo entiendan, pero si que por un momento callen y me abracen. No sé como continuar, pero lo hago.

No quiero ser como mi madre, ni como mi padre, ni como cualquier ente que sea de mi familia. Porque han lastimado y herido a una escala de gran magnitud. Pero uno es lo que es y es lo que hay.

Soy una persona llena de ansiedades, pánico hacía las aves y de vez en cuando una obsesividad casi religiosa. Hay días en donde me falta el aire y entre bocanadas lo busco desesperada, duele el pecho, la cabeza de vueltas, las piernas me tiemblan. Debería dejar de existir. Siempre me repito eso en conjunto a un qué estás haciendo.

Pero, no todo el panorama es malo. Digo, me lo tengo que repetir. Al menos mis hermanos están sanos. Tengo un padre que me apoya (y al final me echa en cara todo eso) pero me apoya. Y una madre que me ama. CÓMO SI SUS PUTAS PALABRAS ME LLENARAN EL ALMA.

Estoy harta de esto.

Ya no quiero sentir.

Y después del desasosiego llega la soledad.

Las ansias de morderme cada célula y fundirme en el suelo.

Quiero ahorcarme y morir asfixiada porque no soporto el oxígeno que expide esta puta realidad.

Y todo esto deja de tener sentido.

Hay gente mucho peor que yo.

Sólo no funciona algo bien en mi cerebro y no debo permitir que eso me defina como persona.

Qué difícil es ser persona.

Qué hijo de puta es la soledad.

No tener a quién contarle que por las mañanas quieres morir porque perdiste la noción de lo que es correcto y lo mejor para tener una vida respetable.

Quiero dejarlo ir. Y que nada me perturbe. Que todo lo que digo sea un berrinche un arrebato del momento.

 En fin. Mi momento de lucidez ya se fue de nuevo a la mierda.