lunes, 15 de octubre de 2018

No más. No más de ti.
El problema era la esperanza.
El creer que en algún momento volverías a mi vida.
Pensar que te disculparías o que en el fondo, no querías que te dejara de querer.
Porque a pesar de ser un deseo egoísta, así soy. Me acostumbro a querer ciegamente.
Pero no,
nada de eso.
La respuesta es que no hay respuesta.
Y no importa lo que haga.
Lo que piense o lo que diga.
A ti no te interesa lo más mínimo mi vida.
Qué triste, sí.
Pero, al diablo con eso.
Honestamente, te vas a perder de una grandiosa persona,
y no lo digo porque no me quieras.
Es que ni siquiera un hola, qué tal te va, te voy a dar el café que te traje.
No. Nada de eso.
Es como si no existiera.
Y está bien.
No vas a volver,
sé feliz, obtuviste lo que querías,
jamás fui tu problema.
Adiós.

sábado, 22 de septiembre de 2018

Coquetería fina

¿Te acuerdas cuándo me explicaste el concepto de "coquetería fina"?

Tal vez, los empleaste muy bien conmigo. Porque veo tu foto y se me rompe el corazón. No puedo evitar sentirme enamorada de tu sonrisa y tus ojos tan impíos, enormes y profusos. No puedo contener el llanto que me sofoca, y mucho menos las ganas que tengo de llamarte y decirte que te extraño y que el mundo, es un lugar demasiado aburrido sin ti.

Y es que así han sido estos días que decidí dejar de hablarte, y fingir que no te busco, que no me interesa lo que haces, cuando en realidad, muero de amor.

Claro que me interesas, claro que me duele que ya no quieras seguir con la cosa extraña que intentábamos (o tal vez yo, intentaba) tener. Y es que quisiera hacerle entender a mi corazón que ya no vas a estar nunca más en ese sitio que éste te posicionó. Porque es un lugar que te ganaste, y que no quieres.

A veces cuando pierdes, ganas. Y quisiera que ese premio por haberte "perdido" fuera que estuviera bien, que todo me fuera genial, pero lo cierto es que cada día se hace más difícil respirar y confiar en que lo mejor es seguir. No es tu responsabilidad, ni siquiera es por ti, sólo es la cereza, la punta del iceberg, la gota que derramó el vaso.

Por eso es que escribo tantas cosas que tú desconoces, porque no me animé a decirlas, porque siempre me dió miedo el rechazo, y tal vez siempre tuve razón, y me hago la fuerte y digo pasará, siempre pasa, sólo es un chico más, una persona más.

Pero veo tu foto, tu brillante y maldita foto, y me vuelvo a desmoronar toda enamorada de ti. Y yo no puedo hacer más que escribir y llorar, y sacar todo eso que llevo dentro antes de volver a ir al hospital por un ataque de ansiedad.

No eres mi padre, ni mi madre, ni el amor que yo intento compensar hacía mi misma. No eres nada de eso. No debes de serlo. Pero, siento que algo me hace falta, y no tengo idea de sí alguna vez fuiste tú. Y no hablo de una especie de yin yang o una dualidad metafísica. Porque a veces cuando estaba contigo también me sentía un poquito incompleta, y a veces sola. Sin embargo, había un poco de control y paz.

Ojalá pronto pase, ojalá pueda superar este "enamoramiento". Ojalá se vaya en una hora, o en menos de dos días, porque me duele pensarte, duele en el pecho, hay espasmos, y se supone que no debería, pues cuando te volví a ver después de ese horrendo día, se fue esa sensación.

Esta abstinencia de ketamina, de tú, mi special k, me mata un poco el alma.
Y las dosis que recibo a la distancia me provocan bradicardias.
Linda foto.
Un detalle más de coquetería fina.
Sólo que jamás fue para mí...
jamás lo sera.

lunes, 27 de agosto de 2018

No hay comentarios

Hoy no hay comentarios, así como desde hace mucho tiempo, nunca los hay, parece que sólo escribo dirigiéndome al aire, y está bien. No está bien esperar algo de algo o de alguien. A fuera está lloviendo, cae una mini tormenta de las que estamos a acostumbrados a que caigan en esta ciudad. Sin embargo, yo también llevo una propia.

Quiero llorar, y llorar, y gritar, y golpear al hado del destino y catástrofes. Quiero echarle la culpa a alguien de todas y cada una de mis irresponsabilidades, porque una vez más, querido lector, estoy triste.

¿Les he contado mi teoría de que me acabe todo el amor?

Pues sino, ahí les va. Creo que me terminé todo el afecto que alguien podría darme en una persona. Pienso que lo más seguro es que esté destinada a toparme con personas geniales, pero que ninguna de ellas me querrá tal cual soy. No hay nadie para mí, sólo yo, sólo yo, SÓLO ESTÚPIDAMENTE, yo. Y pues es que la verdad, tengo muchos defectos, muchísimos.
Soy imprudente, voluntariosa, necia, transparente, de vez en vez frívola, también tonta, impaciente, insegura, floja, indisciplinada, temerosa, y llena de egoísmos y envidias.

¿Así como alguien me va a querer si ni yo puedo constatar que valgo la pena para mí?

Duele, duele mucho.

Quisiera salir y ahogarme con la lluvia, que esta me golpeara hasta que los moretones se conviertan en pequeñas laceraciones, sentir hipotermia, dejar de entender aquella delgada línea entre lo consciente y perderme.

Pero no.

No hay comentarios, amigos míos, no los hay. ¿Quién va a dejar algo? ¿Por qué no escribes algo? Yo lo sé, porque no vale la pena seguir en esto.

Y me sofoco nuevamente, quiero gritarte y decirte que no entiendo a qué estás jugando, y por qué, por qué te metes con alguien tan estúpido y carente de amor por sí mismo. ¿Por qué?

Y yo sé la respuesta, claro que la sé. Porque es fácil, porque jamás fue tu intención involucrarte con alguien tan cómo yo. Por eso es que siempre me dejas decidir quien es la persona que debe de irse, porque tú no estás. jamás vas a estar. ¿Para qué?

Soy tan problemática que dá lo mismo si rompes un poco más a lo que ya está quebrado.

martes, 24 de julio de 2018

Sobre los que gustamos de la verdad

La verdad es que no me gustó darme cuenta a través de una fotografía que me siento tan inferior junto a ti.

Es tan de mí endiosar a las personas, darles súper poderes que tal vez no tengan, y atribuirles cierta serie de virtudes con las que yo jamás podré lidiar porque no creo ser merecedora de tanta grandeza.

Y luego, cuando esto se acaba, digo, que no, que no es cierto, que yo era demasiado cool para soportar esas cosas.

Segunda verdad del día, jamás estoy conforme con nada.

Me gustaría tener el valor suficiente de enfrentarme y hacer lo que tenga que hacer para ser mejor. Ya saben, bajar de peso, tener disciplina en mi vida, un empleo, varios premios, y la maestría asegurada. También irme de donde mi viejo, porque tanto él como yo, ya nos tenemos hartos. Suena sencillo, amigos. Así es.

Puede que lo sea, pero no lo sé, intentarlo me da muchas veces indiferencia y otras tristeza.

Después estás tú.

Llegas, y mueves la perspectiva de vida que medio tenía, déjame contarte que hace unos cuantos años era mucho más responsable y seria con mi vida. Me pregunto si esa versión de mí te hubiera enamorado instantáneamente y jamás me hubieras dejado ir, pero esas son cavilaciones de una torpe insegura con tendencias a reafirmarse a través de un hombre. ¿Por qué? Porque está bien pinche vacía. Y porque se crea sus problemas para sentir que tiene algo especial.

Mira no más, y justo como siempre, "es falta de chancleta".

Carajo, sólo quiero a alguien que no le de vergüenza decirle, ella me gusta, y la quiero, y lo muestro porque me da igual lo demás. Pero no. Hasta eso es egoísta.

No sé cuanto pueda seguir así, sintiéndome tan chiquita, tan poca cosa. Porque es feo, es feo que a cualquier actitud de desacato tú me reiteres que esto no va a funcionar de manera seria. Y cada vez, las ganas de quererlo se me van.

¿Cómo puedo estar con alguien que no me quiere tal cuál?

¿Qué tengo de malo?

No es justo, cada sujeto que conozco siempre quiere cambiar algún aspecto mío. Yo sé que tengo unos defectos que de verdad están bien cabrones. Pero no soy tan mal partido ¿o si?

Así que es otra noche llorando frente a la PC porque quiero decirte muchas cosas, pero prefiero no hacerlo porque sé que la respuesta será que lo mejor es que me aparte de ti, porque ni siquiera valgo la pena charlar las cosas.

lunes, 9 de julio de 2018

Sobre doramas

Pues bueno, acabo de terminar de ver un dorama, para el que no sabe, un dorama, es una telenovela de origen asiático.

Ahora repitan muchas veces la palabra dorama, y se darán cuenta de que dicen drama, y esto es porque los taka taka pronuncian raro las fricativas. El caso es que como en cualquier telenovela por cómica o romántica que sea, no puede faltar el factor del drama.

Desde que tengo como once o doce veo un montón de éstos, el primero que vi se llama "Todo sobre Eva", lo pasaban en la televisora del estado donde radico, el canal SICOM, que ahora no tengo idea de como se llama. El caso es que tengo más de diez años alimentando mis gustos televisivos con puros ojos de alcancía. Y no sólo yo he sido víctima de los doramas, también mis hermanos, mi mamá, mi abuela, mi tía, mis primas, no señores, mi papá se vió un dorama y le gustó.

El más reciente que vi se llama Itazura Na Kiss (Beso travieso), el cual tiene como mil versiones, y estoy segura que ya había visto la historia o maybe sea parecido a otros que con anterioridad ya había visto. El caso es que por primera vez estuve analizando el contexto, y no como antes que sólo me emocionaba con la historia y los personajes. Puedo decir que mi personalidad irritante intelectualoide con tintes de feminista salió a flote con este dramita.

Y pues me di cuenta de muchas cosas en las cuales la cago.

¿No les pasa que se sienten súper identificados con algún personaje de alguna serie, anime, caricatura, telenovela, película y cosa visual que les caiga en sus manos? Pues sí, siempre pasa, pero jamás me sentí tan triste y tan patética de parecerme a alguien o sentir que me parezco a eso. No es que nuestra heroína sea tan mal personaje, de hecho está muy bien estructurado. Pero me hizo recordar la razón por la cual papá me dice que me pongo de nalgas para que me den una patada.

Kotoko está enamorada de Naoki, pero Naoki no tanto, al final cuando se casan él le dice que lo conquistó. (WTF?)

Puede que el final sea lindo, con una boda y los papás y amigos súper felices de que al fin se hayan dado cuenta del amor. Pero mientras, a la pobre Kotoko le tocan los chingadazos.

Para empezar, su propio padre la describe como una chica simpática pero no tan bonita, con gracia pero nada inteligente, sin ningún don, una inútil de buen corazón, porque la pobre ni cocinar puede. Cosa que medio me encabronó, porque termina en la facultad de letras, y sí, lo admito todo el tiempo siento que lo que escribo es pura basura, pero no por eso eres una completa inútil, y pues bueh, proseguí viendo el dorama como buena televidente.

Después por azares del destino, terminan viviendo con la familia del desagradable ese de Naoki, y la mamá de éste, la quiere como nuera, el caso es que la anima a seguir soportando las patanidades de su hijo. Cosa que también me encabronó, porque no está chido que te traten como alguien invisible o como si fueras poca cosa. Al único que medio le llama la atención es a Yuki (el hijo pequeño), pero no más le dice "Yuuuuuki". Y ya.

La onda aquí es que la pinche Kotoko se deja, si, amigos se deja, y lo peor de todo es que jamás pensó en sí misma, siempre pensó en Naoki, y en lo mejor para él. Pero jamás en lo que ella quería hacer de su vida, claro como no es buena para nada, lo mejor sería casarse con el hombre de sus sueños, un frío hijo de puta.

Y lo peor mis queridos lectores, es que yo he estado en el lugar de Kotoko. He sido una boba al dejar mangonearme y pensar que soy muy poca cosa para la persona con la que ando saliendo, la entendí cuando chillaba, o cuando quería reclamar o cuando se esforzaba por ser algo que no es. Creo que ese es el mensaje que a mí me dejó, no seas como Kotoko. Aunque al final "el amor" triunfó. La vida, la vida real no es un dorama.

Está muy grueso quererse así mismo y aceptarse incluso si uno es insípido y sin ningún talento. Y pues nel, la Kotoko era bien chida, creo que su mayor virtud es ser optimista, amable y noble. Por eso la quería la mamá de Naoki, pero tampoco me pareció que sufriera tanto por ese wey ególatra. Y tampoco se vale que ninguna persona sufra tanto por otra, no está bien, ella dijo algo bien cierto, mientras más amas a alguien más lejos estás de esa persona, y no porque uno quiera, sino porque existen ciertas barreras, cosas que no quieres que la otra gente vea en ti, los defectos.

En fin.


miércoles, 20 de junio de 2018

Special K

¿Te acuerdas que te dije que eras ligero y bueno para la salud?
Y que por eso, si fueras un cereal, serías Special K, y obvio también por Placebo.

Intentando escribir un poema que se asemeje a lo que aún no he descifrado del todo lo que siento por ti, me acordé de tal hecho, así que le puse atención a la canción, y me dije... esto no habla de un cereal. Y en efecto, habla sobre una sustancia llamada Ketamina.

Después, todo cuadró.

Hoy, te extrañé muchísimo, yo sé que no tiene ni una semana que te fuiste, pero, en verdad me había acostumbrado a aquella extraña ¿rutina? que teníamos.

Pero de igual manera, me di cuenta que como adicta a las drogas, así te buscaba. Incluso cuando a veces no podías, o yo me encontraba con el tiempo muy apretado, me hacía un pequeño espacio para verte.

El poema va así:

Llevo en mi cabello la mezcla de tu olor
y el tabaco que durante todo el día -ansiosa- fumé.
Un extraño revela el secreto de la noche anterior,
me dice: tus ojos están tristes.
El cielo se rompe,
no quiero despedirme de ti, aún no,
pero no se puede retrasar lo inevitable.
Me acerco a ti, la voz desea no temblar,
tal vez por eso no te dije mucho.
De nuevo no puedo dormir,
quiero fumar, y fumar, y volver a fumar,
sólo para tener el recuerdo más nítido.
Porque yo aún con todos lo que no me dices,
y con todo lo que debo callar,
confío en que sea verdad,
el que allá,
píldora placebo,
me extrañarás.




miércoles, 23 de mayo de 2018

Twenty five

Pues bueno, estoy a unos cuantos minutos de que acabe el día. No tengo idea si esto se registrará el 23 o el 24 y la verdad es que sí me importa mucho. Les contaré algo, el 24 cumplo 25. Hahahaha. Y bien, también se cumple un año de dejar abandonada mi tesis y ahora estoy en el lugar donde la dejé. En una biblioteca 24 horas.

Amé tener 24, como cuando tuve 17, tal vez, tuve una especie de regresión a la adolescencia. Crecí muy rápido, dándome cuenta de que eso no me gustó. Quise recuperar todo aquello que creí perdido y olvidado. Pero no es cierto, jamás volverá lo que jamás se obtuvo.

Últimamente hago muchas regresiones, le escribo al recuerdo, a lo que ya pasó y ahí se quedará. Siento que siempre vamos viviendo en contra del reloj, es incierto saber lo que en un minuto pasará, y el instante dura un instante, el pasado... sólo eso tenemos. Y sí, puede ser que por ello me refugio mucho en lo que ya dije.

Estoy orgullosa de no haberme matado la semana pasada, o hace dos meses que fue cuando comenzó el cuadro depresivo, pero eso a ustedes les importa un carajo. Es difícil lidiar con uno mismo, sobre todo cuando no se acepta del todo, cuando ves muchos más defectos que virtudes, somos terroristas emocionales. Al menos yo sí lo soy conmigo.

No sé si lo hago para mantenerme en una constante reafirmación de lo humana que soy, o si ya me acostumbré a la tristeza, al cariño retorcido que uno encuentra trás el consuelo de alguien.

-Necesito un cigarrillo, vengo-

-No sólo fue un cigarrillo, también un cambio de lugar, para volver a lugar donde ya estaba-

Y es que así, así voy por la vida, dando y dando y volviendo a dar, vueltas. Soy un bucle, queridos amigos. Un maldito bucle que se la pasa corriendo a contrarreloj.

Siempre ando corriendo, antes llegaba a todos lados a tiempo, y ahora es súper raro que llegue con puntualidad. ¿Qué me pasó? ¿A dónde se fue mi magia? ¿La perdí por desperdiciarla con gente que no vale la pena? ¿Acaso tenía magia?

Éstas y mil preguntas más, abundan en mi cabeza de algodón hasta altas horas de la noche dejándome con el ojo pelón. Y sí, tengo esa pinche manía de hacer rimas y versos sin esfuerzo. ¡ARGH!

¡Ya, basta! Me he cansado cincuenta veces de mí. (Y sí léase con doble sentido el -sin cuenta-) Necesito, realmente necesito cambiar de perspectiva, ser alguien más objetiva e ir por lo que quiero. No es tan pinche complicado ¿O sí?

Me extraño mucho, y estoy segura que si vuelvo a leer lo que escribí de esa época de cuando me extraño, me daré de cuenta de que anhelaba un cambio bueno en el futuro.

Sí, soy esa chica que espera que llegue alguien y que la haga revivir, reaccionar y reafirmar su lugar en el mundo. Las respuestas las tengo ya.

Nadie va a llegar.
Nada va a llegar.

Soy yo, siempre fui yo. Soy yo la que debe enfrentarse, mirarse al espejo y abrazarse, verse desnuda y amar lo que ve y no odiarlo como siempre lo hago. Es cansado fingir que ese derroche de belleza me agrada, porque no, no lo hago.

Aceptar apesta.

Porque la mentira nos da una ilusión que es atractiva, y que nos ayuda a vivir. El problema, no es eso, no es creer en la mentira, éstas se inventaron para hacer que lo feo se vuelva bello, a tal grado de convencernos que es lo mejor que nos ha pasado. Y bang, bang, bang como balazos de pintura en la cara nos llega la pinche verdad a arruinar todo.

Y ya no quiero seguir mintiendo. No porque no me agrade. Sino porque ya no sé cuantas revelaciones pueda soportar.

Ya se me está haciendo manía esto de desahogarme a través de las letras, siempre me gustó creer en las mentiras que contaba para ir a dormir, era divertido. Es fantástico ser un ente que todo lo sabe y lo que no, es fácil, miente.

Mi corazón está muy distraído.

Así que Luna, de 24 años, fue un gusto conocerte, en menos de cuatro minutos tendrás un cuarto de siglo, ahora te toca reflexionar si de algo te ha servido o si sólo vives por obra y gracia de la reproducción y de un Dios que de vez en cuando te voltea a ver y llora por lo estúpida que eres.

Cumplir 25 no es lo más trágico del mundo, lo que sí, es lamentarse de ello.

Aún tienes que reunir margaritas del mantel, y ser un ángel o un rubí para alguien, que alguien te vea, y ese alguien seas tú.

¡Feliz Cumpleaños!

Te ama mucho, tu otro yo.


lunes, 21 de mayo de 2018

Liar, liar, liar



Al fin lo entendí
ahora sé lo que no somos.
Guardamos secretos,
y vamos alimentando la ilusión.

Fingimos demencia,
y hacemos oídos sordos 
a los que intentan desafiar nuestra posición.

Yo podría consumirme 
mientras tú sólo me das atisbos 
de una vida correcta.

No entiendo
por qué danzamos 
en la hospitalidad de la ciudad.
No tiene sentido
el despertar.

Trust.

Pero al final, no lo hay.

THE REASONS WHY
el que verdad no somos
pero mentira,
eso sí
que nos sale bien.

Somos una historia.
Una ruidosa e imbécil ficción.


martes, 15 de mayo de 2018

Glasses

Hay mucho que quisiera decirte, pero me da miedo. Por eso lo escribo. Puede que lo leas, puede que no, al final me entrego como un ser omnipotente, dando todo el conocimiento con la consigna de una libre elección, el si es una pérdida de tiempo leerme.

Lo escribo y lo dejo aquí porque aún no estoy segura de poder entregar aquello que sé que carezco. Y aún así, el corazón es un músculo tan errático que no le importa nada de eso.

Me gusta verte.

No me había dado cuenta de muchas cosas hasta que comprendí que el no ser nada desemboca en muchas más dudas de cuando estás en algo. Y una de esas, es el verte. Me encanta mirarte.

Me gusta ver cuando cocinas, y subes y bajas, y te mueves en ese pequeño espacio. O cuando caminas, tienes una linda manera de andar. Me gusta ver cuando te pones a leer o cuando miras la televisión. Me gusta ver tu totalidad, cuando estás alegre, o incluso cuando por el refresco te pones a llorar.

Siempre insisto en salir, en pasar el rato libre, y es por eso, porque me gusta mirarte.

Intento no quererte. Intento fingir que sólo la paso bien a tu lado, y que cuando nos enojamos realmente no me duele o no me molesta. Finjo demencia en muchas cosas.

No quiero quererte como ya lo hago porque temo que al admitir que hago tal actividad, tú te alejes, te asustes de todo eso qué sé que no puedo dar. Y está bien, no podría reclamar algo así.

Mi corazón está un poco calcinado. Son como capitas de heridas fabricadas por mi propia estúpidez, no es que no quiera demostrar todo el amor que te mereces.

¿Mi corazón se merece eso?

Ya no lo sé.

Hay días geniales, en dónde creo que de verdad esas gafas dirán que no necesitan conocer a alguien más y que con mi locura te basta, y hay otros en donde comprendo que soy yo la que le da sentido a algo que jamás lo ha tenido y que no debe tenerlo.

¿Tendrás idea de que te quiero como para esperar a que te decidas?

Supongo que sí, y por eso lo haces, hasta encontrar algo mejor.

Chale, pinches razonamientos de niña tonta de secundaria.

Ni siquiera tengo un bonito cuerpo, o soy brillante o un empleo, o algo. No tengo nada y cuando pienso en que no tengo nada que ofrecer, medio me calmo y digo, bueno... la pasamos agradable.

Pero a ti te he contado que lío es mi vida. ¿Por qué me sigues hablando? ¿Por qué de la nada me besas y me haces sentir querida y vulnerable?

¿Por qué? ¿Por qué cedes, sueltas y vuelves a tensar?

¿No ves que duele?

Y jamás dices lo que sientes. a menos que se algo que te incomode. Y sí, casi siempre es algún defecto mío.

Ya no estoy segura sobre qué escribir, sobre ti o sobre que me duele el hecho de entender que me enamoré de ti.

Por eso mejor lo escribo, las ideas vienen y van, puedes releer y no perder tanto el hilo de lo que uno dice. Sin embargo, cuando lo dices, cuando las palabras salen de nuestras bocas, el daño podría ser irreparable. Además es la forma en como yo tengo un registro de mi vida.

Lo más seguro es que esto se quede en un continuará...



lunes, 7 de mayo de 2018

Miss Beth

Hace unos días, una niña me preguntó: "¿Miss, por qué la vida es tan difícil?" A lo que yo sólo le pude contestar un anonadado "luego hablamos".

Esa pregunta me ha estado retumbando desde ese día. Lo cierto es que tuve que dejarla un poco de lado ya que estuve supliendo a mi amiga, dando clases a niños de segundo de primaria, y tres horas de manera separada a morros mecos de sexto.

Soy cruel como "miss", la verdad es que me chocaba que me dijeran así. Y me choca. Creo que es porque no me gusta como suena, siento que me dicen pis, lo cual me da más risa. En fin. Les contaba que en verdad soy un asco como docente de niños.

No les tengo paciencia, les grito cosas muy feas, como que son los seres más feos del planeta y que siento mucha vergüenza al conocerlos. Pero lo que más me cagaba era regañarlos por ser niños, por ser ocurrentes, traviesos, hiperactivos, distraídos, por ser tan yo.

Me vi reflejada en esos niñitos. Menos en los de sexto, esos si están bien mecos.

Medio me acabé la garganta, tenía que madrugar, y durante cinco días por cuarenta horas no fumé. Llegaba a mi casa o a donde tuviera que ir después de las clases, muerta. Con ganas de dormir. El primer día, me vi con Cazuelo, el vio mi cara de enojada, las ganas que tenía de llorar de frustración y maybe, un poco de ira contra la escuela.

Sin embargo, los demás días fueron más llevaderos.

Ahora que me doy cuenta, no tuve mucho tiempo para pensar en ondas existencialistas, estaba tan abrumada con la vida de otras personas que me olvidé de mis chaquetas mentales de siempre. Daban las once de la noche y llegaba a dormir. No había espacio para sentirme miserable por la existencia en su esencia más pura.

Creo que lo mío no es tratar con niños. Sigo siendo una de ellos, y no por una cuestión biológica, me cuestra trabajo crecer, me cuesta la vida. Ahora ya tengo tiempo para pensar en todas esas cosas.

Astrid, la vida no es dura, uno se la hace dura. Uno mismo es el hijo de puta que se jode la existencia con ideas que ni al caso.

Tal vez, es lo que me faltó decirles... les fallé como miss.

martes, 17 de abril de 2018

¿Piensas en mí?

Yo no quiero saber qué piensas de mí,
si es que soy molesta,
o sobre si voy por la vida vengándome de algo,
buscando a quién embaucar para que me de todo.

No me importa saber eso,
aquello es muy tuyo.
Y me parece que no interesa
si ya pasamos dos estaciones juntos
el verano ya te pertenece.

Aprendí a quedarme suspendida,
como si fuera una jacaranda caída
a la espera de su incierto final.
Y es que terminalmente con los dedos
repaso tu nombre,
para no contar lo que pienso de éste.

Pero sí hay algo que me inquieta,
existe un pliegue,
y excusas cansadas para verte,
ya no me gusta este juego en donde sólo tú pones reglas.
No soy la mejor jugadora, siempre hago trampa.

Puede ser que cuando das minúsculas y
minuciosas muestras de eso,
yo me quedo a la merced de tu beso.

Soy como ese accidente dulce pero incomodo,
esa acción mala que realizas,
pero no te enojas contigo
porque sabes que sólo es eso... "un accidente".

Sin embargo este accidente con nombre y sueños
tiene una pregunta que resume todas sus inquietudes
y futuras decisiones en este posmoema.

Quisiera saber si tan sólo: ¿Piensas en mí?


martes, 20 de marzo de 2018

Tesis sobre identidad


La verdad es que siento a nadie le intereso, que a nadie verdaderamente le importo, no sé por qué diablos mis padres me "aman". Soy una horrible persona, a cada rato pienso en que sería mejor que ya ni estuviera aquí y que mejor las personas que me conocen se enfocaran en otro rollo, o sea... sé que de vez en cuando se acuerdan de mi existencia, obvio... soy genial. 

¿Ven? ¿Ven mi pinche arrogancia?

En vez de estar armando una tesis, la que se supone que es lo que yo quiero hacer por qué creo que es un tema importante, ñeh, me la paso escribiendo de cómo yo solita me hago mierda.

Y es fácil.
Súper mega archi requete contra FÁCIL.

Ojalá fuera así de fácil terminar la pinche tesis.

Pero, no.

Estoy triste, estoy bien triste porque siento que no valgo la pena, porque hay personas que supuestamente darían algo por mí y pues nel.

Soy un reverendo desmadre, y cuando muestro esas aristas de mi forma de ser. De que de la nada me está llevando el tren (sí, dudes, es una referencia a mi tesis).
Se van.

Y está bien, nadie debe cargar con mis demonios.

¿Qué cuales demonios si vivo una vida chingona?
Pues no sé, la neta no sé por qué a veces me pongo así.

No soy alguien estable.
Tal vez me gusta la mierda y la inestabilidad.

Creo que no es un problema de soledad, es el laberinto. 
Entiendo que soy tóxica.

Así que... será mejor, hacer lo que siempre hago...
escapar y fingir.

"Estaré bien, chicos, lo estaré". 

Fuck off.


jueves, 15 de marzo de 2018

Tiny Glasses

I love him.
And I got afraid. 
I'm not heavy.
Just, I am someone crashing it. 
All the love 
all the kisses
all are turning around.

YES.
Of course.
I love you for your tiny glasses.

But... who loves me?

Who cares my smile?

You say goodbye or have a great day...
like if it where one sign of careful. 

And again
my mind reflects the fucking chaos that's all the love that I got. 

'cause... 
en él estoy perdida.

Y no quiero volver a nadar entre corales.

Es por ello que cada vez que me besas, 
creo sentir que esto puede funcionar.
Por que tal vez yo esperaba
que alguien cuidara de mí,
como cuando se cuida
unas tiny glasses.


lunes, 12 de marzo de 2018

Dos con diez

Me duele el cuello,
no puedo dormir,
no quiero dormir.

Me da temor que duela el sueño,
la pierna izquierda me tiembla,
son pequeños danzarines
que brincan para no dejarme dormir.

Hace calor,
el perro del vecino de nuevo enloquece,
y estás online.
¿Debería hablarte?
Oh de nuevo me enteré de cosas que no quería saber.

Quiero hacer las paces con el mundo,
con los seres incómodos.
Recuerdo que también hice daño,
tal vez por eso el sueño no viene a mí,
y claro las tres tazas de café.

Me saluda un lector.
De nuevo está la tentación de saber de ti.
Mis dedos me regañan para no buscarte en el navegador.
Intento hacer poesía contemporánea, dudes.

Mi habitación; pequeño infierno.
¿Por qué se van tan temprano?
Estúpido domingo,
ya es lunes, amo los lunes.
A nadie le interesa eso.

Todo el domingo me estuve preguntando
por qué no soy la musa o femme fatale de alguien.
Tal vez ya lo fui y jamás me enteré,
Quiero romperte las bolas.

Programas malos de televisión,
pero no importa porque The Cure me cura.
Y algo me apuñala el corazón,
fui yo, siempre soy yo.
Los abandono desde antes y me creo que ellos lo hicieron.

¿Ya van cuatro veces que voy al baño?

Porque las dos con diez se convirtieron en dos con veintiocho.

Debo dormir. Quiero podar el jardín y ser mejor persona.

Reitero, quiero romperte las bolas.

¿Y por qué no? El corazón, también.

lunes, 5 de febrero de 2018

Cartas al querido señor lector (10 de 14)

Estoy muy enfadada.
Molesta.
Decepcionada.

Pero eso es muy normal.

La verdad confié en esperar algo de ti. 

De nuevo creí en que vendrías a leerme, a ver todo aquello que intenté rescatar después del gran incendio.

Intentaba reescribir una historia en la que ni tú, ni mis palabras, salieran lastimadas.

A veces extraño cuando me leías, a veces no.

¿Te acuerdas que alguna vez dijiste qué como es que podía existir así, sin esperar algo a cambio?

¿Lo recuerdas?

Yo sí. Intenté borrar de mi sistema esa tinta que se da sin esperar a que sea usada.

Te la di.

No debí.

No te importó.

Y es que siempre fue así, el texto es el malo de esta historia, el narrador intenta hacer que este escrito sea ecuánime. Ni la carta, ni el lector. Sin embargo, es así.

Huiste, de nuevo.

Y sabes... estoy mejor.

Jamás debí haber permitido que un lector de tan blasfemia palabra me leyese. 

lunes, 22 de enero de 2018

Confesión

Si leyeras mis labios,
podrías saber todo lo bueno que escondo.
Sin embargo,
ni tú,
ni él,
ni los demás,
están interesados en volver
a esta poeta
una musa.

Tengo un problema. Acabo de darme cuenta. O tal vez, sólo era cosa de aceptarlo. Yo también la riego, y la riego mucho.

Soy una intensa.

A tal punto que rallo en la obsesión. Bueno, eso apenas me dijo mi mamá. Es algo así como una hiperatención a lo que está de moda en mi mundo.

Dice que tengo eso de no saber que hacer cuando obtengo eso que tanto quiero. Y bueno, en eso tiene mucha razón. Cuando tuve mi bajo después de andar jodiendo dos años con lo mismo, fui feliz cinco minutos luego me rendí por tener los dedos estúpidos y atrofiados -ya voy mejorando-.

La cago tanto. siempre me quejo de que me rompen el corazón, pero nunca sobre las cosas que hago para que sea así o de cuando yo también machaco aquel músculo.

Me equivoco mucho. Muchísimo, todo por huir y escapar de no sé que monstruo en mi interior. Creo encontrar la solución en algo o en alguien y parece que todo irá bien. Pero no es cierto, sólo es el preámbulo a una opera llamada "otro patán a la lista".

No puedo controlar todo lo que sucede a mi alrededor, eso ya me queda claro, tampoco andar monopolizando el tiempo o apropiarme de los momentos. Yo misma lo he dicho, el que quiere estar, está y el que no, pues "manito" que gusto conocerte.

Pero neeeeeeeeel. La vuelvo a cagar, vuelvo a creer que no hay nada malo en mí y que está chido hablar, y que seguramente, les da pena, se les olvida, o que así son. Pero pues no. No es nada de eso. Incluso yo soy así. Cuando no quiero saber nada del universo, ignoro al mundo, me vuelvo una ermitaña en mi habitación, mientras veo como las olas del cielo se van moviendo gracias al viento protector.

Lo cierto es que doy miedo, asusto.

No es que sea un monstruo, bueno, no todo el tiempo. Pero sí hay ciertos sesgos que es difícil identificar y manipular para bien. Me deprimo con facilidad, quiero atención, me gusta saber en que lugar estoy situada, y que de vez en cuando me digan lo mucho o poco o simplemente, que me quieren.

La realidad, es que ya no sirvo muy bien para estar con alguien. Repito, he dañado, lastimado y herido intentando tener la razón y vender una idea de lo que es el amor para mí. Cuando no tengo idea de qué demonios hago.

Ya lo había entendido, la vida no siempre se trata de que alguien te ame, sino de vivirla, y a pesar de tener buenos momentos, sí, de esos que te hacen agradecer haber nacido justo en este año y día y hora; no siempre son suficientes para satisfacer el hambre humana.

Pues porque eso son, momentos. Que no volverán, pero tampoco se irán. Sólo estarán ahí, como una ficha bibliográfica. Siento que es difícil seguir. Más porque uno se odia, y se castiga por cosas que ya hizo, se echa en la cara toda esa mierda que alguna vez se dijo. Pues lo más importante es no olvidar respirar.

Extraño tanto el olor a sativa
de tu cuerpo cuando bailabas a mi alrededor,
hacíamos que el sol
se quedara adornando todo lo demás,
hacíamos que éste alumbrara el mundo
que regara sus rayos a la humanidad.
Sabíamos que no lo necesitábamos.
Éramos uno mucho más feliz.