lunes, 22 de enero de 2018

Confesión

Si leyeras mis labios,
podrías saber todo lo bueno que escondo.
Sin embargo,
ni tú,
ni él,
ni los demás,
están interesados en volver
a esta poeta
una musa.

Tengo un problema. Acabo de darme cuenta. O tal vez, sólo era cosa de aceptarlo. Yo también la riego, y la riego mucho.

Soy una intensa.

A tal punto que rallo en la obsesión. Bueno, eso apenas me dijo mi mamá. Es algo así como una hiperatención a lo que está de moda en mi mundo.

Dice que tengo eso de no saber que hacer cuando obtengo eso que tanto quiero. Y bueno, en eso tiene mucha razón. Cuando tuve mi bajo después de andar jodiendo dos años con lo mismo, fui feliz cinco minutos luego me rendí por tener los dedos estúpidos y atrofiados -ya voy mejorando-.

La cago tanto. siempre me quejo de que me rompen el corazón, pero nunca sobre las cosas que hago para que sea así o de cuando yo también machaco aquel músculo.

Me equivoco mucho. Muchísimo, todo por huir y escapar de no sé que monstruo en mi interior. Creo encontrar la solución en algo o en alguien y parece que todo irá bien. Pero no es cierto, sólo es el preámbulo a una opera llamada "otro patán a la lista".

No puedo controlar todo lo que sucede a mi alrededor, eso ya me queda claro, tampoco andar monopolizando el tiempo o apropiarme de los momentos. Yo misma lo he dicho, el que quiere estar, está y el que no, pues "manito" que gusto conocerte.

Pero neeeeeeeeel. La vuelvo a cagar, vuelvo a creer que no hay nada malo en mí y que está chido hablar, y que seguramente, les da pena, se les olvida, o que así son. Pero pues no. No es nada de eso. Incluso yo soy así. Cuando no quiero saber nada del universo, ignoro al mundo, me vuelvo una ermitaña en mi habitación, mientras veo como las olas del cielo se van moviendo gracias al viento protector.

Lo cierto es que doy miedo, asusto.

No es que sea un monstruo, bueno, no todo el tiempo. Pero sí hay ciertos sesgos que es difícil identificar y manipular para bien. Me deprimo con facilidad, quiero atención, me gusta saber en que lugar estoy situada, y que de vez en cuando me digan lo mucho o poco o simplemente, que me quieren.

La realidad, es que ya no sirvo muy bien para estar con alguien. Repito, he dañado, lastimado y herido intentando tener la razón y vender una idea de lo que es el amor para mí. Cuando no tengo idea de qué demonios hago.

Ya lo había entendido, la vida no siempre se trata de que alguien te ame, sino de vivirla, y a pesar de tener buenos momentos, sí, de esos que te hacen agradecer haber nacido justo en este año y día y hora; no siempre son suficientes para satisfacer el hambre humana.

Pues porque eso son, momentos. Que no volverán, pero tampoco se irán. Sólo estarán ahí, como una ficha bibliográfica. Siento que es difícil seguir. Más porque uno se odia, y se castiga por cosas que ya hizo, se echa en la cara toda esa mierda que alguna vez se dijo. Pues lo más importante es no olvidar respirar.

Extraño tanto el olor a sativa
de tu cuerpo cuando bailabas a mi alrededor,
hacíamos que el sol
se quedara adornando todo lo demás,
hacíamos que éste alumbrara el mundo
que regara sus rayos a la humanidad.
Sabíamos que no lo necesitábamos.
Éramos uno mucho más feliz.




No hay comentarios:

Publicar un comentario