domingo, 22 de agosto de 2010

Oh mi amor...

No me digas las palabras del adiós. Tu sabes bien que sufriría, pero oh mi amor, mi querido amor... a ti tal vez eso ya no te interese ya ni siquiera te haz de acordar que yo he sido la que más te he amado.

Y es que en ese desierto que hay, yo te veo caminando y alejándote más y más, oh mi amor tu no sabes lo que daría por ti, porque me rescataras de esa pesadilla en dónde el halcón me come. La melodía que habita dentro de nosotros ya no suena con la misma fuerza... no me digas adiós.

Oh mi amor, ¿por qué eres tan indeciso? ¿acaso es por qué yo estaré ahí por ti para siempre? Tu sabes que la muerte es lo único que me separa de ti, y es que si decides vivir en un desierto, sin pensarlo te seguiría. Pero oh mi amor... el desierto está en mi corazón.

Últimamente el sol no ha salido, las nubes lo tapa, ¿acaso a ti te pasa eso?, pero al final en la noche, después de que la lluvia tocó su melodía, se ven las estrellas ¿por qué no te despejas así? Oh mi amor...

En mis entrañas todo está bailando en un desierto... extrañándote, anhelando que no sean las palabras del adiós.

jueves, 19 de agosto de 2010

Feliz día papá

Nadando dentro de unos ojos negros, más bien podría decir marrones, puesto que no existen los ojos negros. Ella estaba seguramente dispuesta a dar de nuevo todo por él, ¿pero cómo demonios lo volvería ella a demostrarlo?

Él más que nada la esperaba en casa, con una sonrisa para creer que su día podría cambiar en un instante y así ser un día feliz. Pero, no todo fue así, el día poco a poco se fue nublando y él llegó en la noche justo cuando había dejado de llover y las nubes se despejaban... lamentablemente solo se despejó el cielo, pero no la ebriedad de su amada.

Abrió cautelosamente la puerta, esperandola a ella, más que a sus propios hijos, pero le sucedió como a ese niño en navidad cuando el tipo gordo de rojo no le trajo lo que tanto deseaba. Sonrió ya que sus hijos corrieron hacía a él, pero aún así, no era suficiente.

La ingrata habló por teléfono, ebria, pidiendo disculpas, lo más idiota que pudo haber hecho en ese momento ya que uno de sus hijos estaba intentando tapar el problema cuando pensaba que no había nada que tapar, su madre le había mentido cuando le había dicho a sus tres hijos que no mintieran nunca. Je... que decepción.

Tuvieron una discusión fuerte, los pequeños escuchaban, el mayor ni idea que hacer y solo empezó a cantar como histérico... no quería que sus lágrimas recorrieran ese camino puesto que no era justo por la ocasión.

El pobre hombre cansado, asustado y deprimido se quedó en el letargo de la noche esperandola, porque realmente no le importaba lo que había hecho, solo deseaba verla, deseaba ver su regalo más preciado... pero ella nunca más llegó. Fue el fin, es el fin.

lunes, 16 de agosto de 2010

La Abuela

Y todos ellos estaban inundados en una fiebre incosoloble llamada amistad.

Feliz Día Abuela

sábado, 7 de agosto de 2010

Des-ahogo

La lluvia suena fuertemente tras mi ventana, no es el fin del mundo, o al menos eso se espera, me dan pavor el sonido del granizo en mi ventana quiero llorar más de lo que mi mente me lo permite. No es el fin del mundo, vuelvo a repetirme.

Tal vez esté haciendo un berrinche porque los malvados no me dejaron salir, o simplemente es el sentimiento en común con la lluvia, si... solo es el frío suspiro ante toda la problematica que se viene ante mi.

Y es algo realmente gracioso porque me encierro en libros, telenovelas, o algo que simplemente no tenga nada que ver con mi fastidiosa vida, pero hasta yo misma quiero salir un momento a respirar, pero los malvados no me dejan. No entienden que me siento miserable por no saber nada de mi vida.

Es simple, caí en una abismo, en un mundo alterno a este, donde hay una cromatización de colores jamás vistos... jamás creados. Yo y sólo yo estoy... cayendo lentamente, entonces es ahí que esos colores se vuelven un flujo en los cuales no puedo deshacerme... no se pueden romper con nada. Me siento atrapada en mi misma.

Y es el monstruo que habita en cada uno de nosotros el que en este momento me va comiendo, no me importa estar bien, no me importa estar mal, no me importa nada más que salir. Deseo ver la calle mojada o sentirme hecha una sopa por la lluvia, deseo muchas cosas tan normales...

Pero la vida no es fácil, ni justa, simplemente diré, que nadie... me volverá a ver la cara, estoy harta, harta, verdaderamente cansada de todo, incluso más de cuando tuve mi decepción amorosa en Madrid. Incluso cuando estuve castigada por fumar. Incluso más que por el tipejo de inglés que me jode la puta vida.

Estoy harta de mi.