domingo, 31 de diciembre de 2017

201

Esta es la entrada número 201 que publico. ¿Son poquitas, no?

Sin embargo, en mi cabeza he escrito muchas más historias, a veces uno puede sacar su computadora y comenzar a plasmarlas y otras sólo se quedan en la invención.

Hoy es la última entrada de este año, por los que me pudieron leer y seguir como los más fieles de mis lectores se habrán dado cuenta que pasé por mucho.

Muchas aventuras se contaron este año, pues en mi vida personal la situación real es un reverendo caos.

Hay ocasiones en que me cuesta dormir, así que me pongo a escribir para que todo eso feo que viví en el día de alguna u otra manera se vayan, no siempre funciona, sin embargo, también es divertido imaginar nuevas posibilidades.

-Esperen debo ir a tomar la medicina-

-Ya volví, me dio la enfermedad más pendeja del mundo, todo por aguantarme la pipí-

Pocas veces hago recuento de mi año, realmente no me gusta pensar mucho en esas cosas, lo vivido, ya está y se supone que nada ni nadie puede cambiar eso.

Mi año empezó con lágrimas.

Con muchas pinches lágrimas, por babosa.

Darse cuenta de que hay que alejarse de personas es muy doloroso, uno intenta hacerse medio wey, como para alivianar la cosa. Pero no sirve mucho que digamos, acaba mal.

Pensé que podría hacer una especie de borrón y cuenta nueva, y todo iba acomodandose de manera efectiva, los primeros días había ido a D.F. y había conocido a gente bien bonita y chida. Y pues nah, siempre hay que cagarla porque sino uno no es feliz, o simplemente porque uno es pendejo.

¿La Tesis? Bien, gracias. La abandoné.

Como abandoné a varias personas este año, y al parecer, lo peor viene en unos días. Entonces es ahí en donde me doy cuenta que no se trata de decir "en este año culero, me pasó esto y el otro". No es cuestión de una fecha o de un tiempo determinado, es más algo así como saber en que lugar estás situado.

Yo aún no lo sé, y hace unas semanas me parecía una idiotez saberlo. Ahora de verdad quiero saber cuál es mi lugar en el mundo, o al menos en mi propia existencia.

También me ha ido bien groove.

Pude ver a dos de mis bandas favoritas en el mundo.

Levanté con ayuda de mis amigos una revista de gente que está interesada en el arte y lo hace con mucho amor.

Además creí haberme enamorado como unas cuatro veces. O tal vez más, lo cagado, o lo triste o lo no sé qué... es que de nuevo me doy cuenta que el querer a alguien me hace una persona muy solitaria.

Lo conocí y me enamoré como una adolescente. Así me siento cuando, de vez en vez coincidíamos, como alguien primerizo y lleno de emociones efervescentes... como siempre, dirían los que me conocen. Pero no, esta vez había algo diferente.

Él tiene el poder de quebrarme como persona.

So anyway.

Ahora también hago una suma reflexión de todo lo realmente cool, groove, chido, bueno, y bonito que viví.

Conocí a gente preciosa como Richie, Tides, Salvi, Ser, Lex, Ahijado, Bro Jah, la gente cool del encuentro de Xalapa, la gente cool de Libres, de D.F., de cualquier sitio que pude recorrer este año.

No sólo eso, también me acerqué un poco más a mi familia. Estuvo bien. Ahora entiendo otros aspectos que tal vez antes me parecían ridículos.

Pff... muchas cosas, y también me doy cuenta que mi propia memoria me hace trampas, hay muchas cosas que no recuerdo y que bueno, porque la mayoría son memorias tristes.

Y ahora, pues ahora, estoy hasta la península del país en donde vivo, muriendo de ganas de ir a Belice y cantar "de qué me sirve salir, de esta inmensa ciudad, si de quien pretendo huir seguirá dentro de mí". Ok no.

Pero sí, es cierto que estoy en un punto muy final de mi propio territorio, en cercanía con el mar, el bello e inhóspito. Me gusta quedarme a ver la puesta de sol e imaginar lo que él está pensando. Creo que eso jamás cambiaré.

Hahahaha.

Feliz año.

Ojalá que este año termine con muchas risas.

Aunque sea por babosa, pero riendo.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Cartas al querido señor lector (9 de 14)


Quisiera poder empezar esta carta de la manera más dulce, más tranquila, más tierna, pues así me enamoré de ti, así sentí que podría hacer bailar mis letras al compás de tu risa. 

¿Te he dicho que lo más bonito de ti es tu risa? Bueno, si no lo hice fue por ser un texto tan aletargado y despistado, un escrito que se dejó llevar por la primera vez que te vio. 

Nuestras primeras lecturas fueron extrañas y tergiversadas, malos entendidos, falta de información, y en su mayoría muchos sin sentidos. De la nada usted se evaporó como el agua en el desierto. 

Y llegaste, bajaste de un sitio de donde jamás creí llegar entre mis párvulas líneas. Me leíste, viste lo irrepetible que podría llegar a ser. Y sí, ese fue mi error, dejarme leer por completo, sin secciones prohibidas, y no solo mostrarme a ti, dejé que me leyeran otras personas importantes en tu existencia. 

No sólo me enamoré de ti, no sólo quise negarme ante ese hecho, también quise quedarme en tus ojos, ser parte de la historia de tu vida. Amalgamar los cuentos que hay en mis páginas con la tristeza que has recorrido, quise cuidarte, protegerte, ser eso que siempre quisiste. Y de verdad intenté, lo hice. Juro que estaba dispuesta a renunciarme como un diáfano escrito y ser una vez más algo de alguien.

Me asusté. 

De las letras que tanto he preservado salió chorreando la tinta, y me di cuenta de que no podía mentir. 

Dejaría de ser un texto, escrito, discurso, algo sincero. Y no puedo darme ya ese lujo, ya no quiero volver a rebuscarme entre una biblioteca llena de libros viejos y polvosos. 

Leíste la verdad, bueno, parte de ella, porque lo demás es un fragmento de otro lugar y otro momento que jamás te perteneció. 

Querido señor lector, lamento tanto haberme ido, haberme escogido, y a la vez no. Quisiste recuperarme, quisiste y te desesperaste, lanzaste significados negativos a mi vaga lexicología. De nuevo las hojas estaban regadas. 

Y sé que nuestra historia ya acabó. Me lo dice tu silencio, tu nula lectura. Y mis reproches son sólo el reflejo de algo que insiste en perdurar. No me lo tome a mal, lector, yo le quiero y le quiero bien, pero jamás podré aceptar el hecho de que usted no ame lo que ahora soy. 

El dolor de que lea otros libros es imparable, no está en mi control su vida, ni sus decisiones. Yo sólo quiero verle mejor, sonriente. Como cuando me enamoré de usted.

Cada vez que mis líneas viajan a un lugar libre
huyen mis palabras
imaginando nuevos paraísos.

Bailará la luna y el corazón de ellos 
orbitará en un mundano
olvido. 


-El ocho tiene un significado que nadie entendería, es por eso que aún no puedo escribirla, esa carta aún no se ha abierto y teme ser descubierta-

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Criptonita

Hay tanto que quisiera escribirte, contarte, hacerte ver, bailarte, actuar y hasta cantarte. Hay mucho que quiero mostrarte, hay un millón de comentarios que nadie le interesa que sólo a ti quisiera comentar. Sin embargo, ya no hay más de eso.

Ya no hay más escapadas justo a la hora mágica, ni pretextos bobos para verte, tampoco ya no hay una molesta sensación causada por los nervios a que llegue un mensaje tuyo. Y mucho menos un correo.

No hay nada de eso.

Y a veces, parecer ser, que jamás debió haber existido eso. Tal vez por eso pasaste inadvertido en mi vida. Sí, seguro era eso. Seguro el propio destino o hado mágico de la vida y catástrofes me cuidaba hasta que se hartó de mí.

Antes de conocerte, me sentía como una súper chica, como esa canción de Kakkmaddafakka, "superwoman". Por eso es que desde el principio te nombré Criptonita. Eres peligro, tóxico, dañino, malo para la salud y también para enfrentar la verdad.

Y la verdad es que no estoy molesta. ni enojada, estoy triste.

Pero eso no lo sabrás, porque yo sé que nada de eso te importa.

Así que simplemente escribiré, escribiré, y volveré a escribir lo que siempre quise contarte. Es complicado porque no hay respuesta. La puedo imaginar, y es una muy simple. Ni siquiera es una palabra o interjección. Es algo así como una mueca. La veo en este momento, tus labios yéndose para bajo, tus ojos de gato bodeguero entrecerrados, tus hombros hacia arriba. Sí, de nuevo apareció en mi cabeza.

Me cuesta un poco ordenar las ideas, pues hay toda una lista entera de cosas por recitar, por ejemplo, el lunes pasé por unas calles del centro del Defecable, y vi unas calcetas de unos reptiles que son como súper héroes, y tú ya sabes quienes son, y pensé en ti, y en llevártelas y luego recordé que ya no te hablo. Sé que te hubieran gustado.

Hace rato recordaba de la última vez que me quedé en tu guarida, había momentos en donde sentía que ya no te agradaba mi compañía, de hecho todo el tiempo que te vi, sentía eso. Siempre lo sentí. Nunca existió como esa confianza... para que te creyera, y que bueno que no lo hice, si así dolió, si así se rompió lo que tengo de músculo latente, realmente, no sé como hubiera quedado. Pero ese es mi dramatismo charlando otra vez.

Sí, siento que me rompí un poco, me quebré como persona. Ahora estoy más convencida de que no ha llegado nadie que me llegue a los taloncitos, pero tampoco yo le llego a alguien.

No quiero migajitas, no quiero quedarme y conformarme con lo primero "estable" que se presente. Carajo, tú, tú, tú.... maldita Criptonita, en verdad me gustabas.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Cartas al querido señor lector (7 de 14)

Tengo que admitir que fui un texto que le gustó ser transgredido. Creí que esta era también una forma de amar, de sentir que realmente me deseaban. Pero no es así, y jamás debió haber sido así.

Permití que hilvanaras con tu tinta el rostro que me formé para tu comodidad, a bien sabiendas de que yo soy palabras, y más palabras. Intenté, de verdad lo hice, complacerte a ti, querido lector, de cualquier manera posible.

Creo que jamás lo logré, creo que te gustaba lo que aparento ser, pues sí, de echo soy un artilugio interesante ¿qué clase de texto se enamora de su lector? ¿qué clase de ser hace esta gran intromisión? ¿por qué? Pero nada más fue eso. Lo demás no te gustó.

Demandé mucho tiempo, mucha atención, mucho de ti, pues sentía que tú eras todo lo que yo necesitaba para pertenecer a algún sitio, para ser parte de algo, de alguien, de ti.

Ahora eres muy feliz, estás con alguien que seguramente es todo lo que siempre anhelaste, seguro no te hizo llorar en el primer te amo, seguro jamás lo hará.

Tú representabas aquel océano de diamantes en el que siempre quise nadar, sin embargo, sabes que es imposible para mí. No soy un objeto que se pueda mojar, y es por eso que cada vez que llorabas una parte de mí se deshacía. No lo quisiste ver, ¿para qué? Para ti soy el guión melodramático.

Pero ya pasó. Yo también di golpes bajos, te escribí de antiguos lectores, de antiguos seres que alguna vez pasaron por estas líneas. Me parece, que jamás perdonaste eso.

Este va para ti, porque a pesar de que quise volver a confiar en ti, ya no pude, sólo te mostraba aquellas partes, las cuales solo podrían darte "una vida tranquila".

Robaste el
orgullo de alguien que
besa a las letras,
estás ahí, estuviste ahí,
rondaste por aquellas páginas
todo lo que tuve, te lo di, hasta mi maldita
originalidad.

martes, 12 de diciembre de 2017

Cartas al querido señor lector (6 de 14)

Tenía algo muy importante que contarle, sin embargo de vez en cuando me pesa existir.

Que tenga una gran vida.

QUE LE VAYA MUY BIEN.

Que sea feliz.

Que tenga muchos lectorcitos y lectorcitas.

Que todo aquello extraño, raro, feo y lleno de dramatismo se vaya.

Ahora tienes la gran vida que siempre quisiste,
eres algo, eres alguien, eres todo.

Y sí, me equivoqué, todo por querer condenarte a una vida en donde la nada sea la huella de tu existencia.

Querido señor lector, usted tiene tantas caras, tiene tantas rotulas que no sé por dónde empezar,
es cierto que ya no le extraño,
que ya no pienso en usted,
pero aún así, cada vez que su rostro se asoma por estas letritas,
las hojas brincan, haciéndose un huequito casi imperceptible para la vista humana.
(Para su maldita y fastidiosa vista).

Lo he visto todo,
he visto como se viste, como camina, cómo es su nuevo estilo y hacía dónde va.

¿Ya no está tan perdido, verdad?

¿Ya llegó la paz?

De usted no he querido saber nada, no he querido asomarme mucho a ver en lo que se ha convertido, de vez en cuando me convierto en una lectora, hoy lo fui, hace unos momentos y vi los vestigios de un amor pretencioso, está bien, es el ego lastimado el que habla, el que escribe y el que se dirige a un desconocido usted.

¿Le sirvieron los euros?

Ya no quiero ser parte de este guión, ya no quiero que usted irrite y que se vuelva en inspiración para un estúpido ser prosopopeya.

Lo he visto, lo he perseguido, y quisiera leerlo, quisiera registrar cada maldito milisegundo de su maldita miliexistencia, para borrarlo, para matarlo, para que sea cierto el jamás.

¿Aún hay incendios de nieve?

Querido señor lector, muérase.
Por favor, hágalo.
Salga de estas grafías,
salga de esta distopia,
salga ya.
Vayase.

No quiero volverlo a ver o rondar en este modo epistolar.

-Sin embargo, es el principio del fin-

Olvidaré
mis demonios
antes de que usted me los
recuerde.

martes, 21 de noviembre de 2017

Cartas al querido señor lector (5 de 14)

Querido señor lector:

¿Debería llamarle querido? ¿Debería nombrarle lector?

Dígame qué debería hacer. Deme algún indicio para poder jalar poco a poco un hilo y sacar algo de usted. Pero ya sé la respuesta.

He dejado pasar un tiempo para entender todo aquello que sucedió, aún no sé si pueda dedicarle más palabras, más y más de mí.

Hoy me permití abrir de nuevo ese baúl de sobrecargo y sumo desdén hacía la vida. Estaba usted, estabas mirándome con aquellos ojos devoradores de letras. Lo asusté, lo ahuyenté, lo hice a un lado intentando unir su existencia a la mía.

Siempre sucede.

Ahora sé que soy como Clark Kent, soy alguien que va rápido, algo que se expresa a la velocidad de la luz sin dar preámbulos que determinen o definan las situaciones. Es por eso que a Superman lo contrataron en el Daily Planet, por ser un mecanógrafo veloz. Y es por eso que sé tu respuesta, por la misma razón que esto no funciona, que esto jamás será... por mi velocidad, por no dar espacios y dejar que todo se acomode a un ritmo que no estoy acostumbrado a escribir...

y el que no haya respuesta, también, es la respuesta.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Cartas al querido señor lector (4 de 14)

Querido señor lector:

¿No se ha preguntado por qué lo quiero tanto? ¿Por qué a pesar de ser un amor imposible -pues debe ser consciente que soy papel y usted un humano lector- le sigo escribiendo? ¿O qué es lo que le veo? No, por supuesto que no se ha hecho estas y más preguntas. Y la respuesta la sé muy bien, usted no lee estas comitivas.

Porque hace mucho que dejó de ponerme atención, hace mucho que usted y yo, ya no mantenemos un diálogo. O un algo.

A veces, y sobre todo en ciertas ocasiones, hay que ser tajantes. Y con un simple "sé feliz" "ten buena vida" "estaré bien" "adiós", uno puede retirarse con un dejo de dignidad. Intentando no reclamar nada, pues no hay nada a qué hacerle un drama. Usted no tenía idea de los daños que ya le han causado a este medio. No tiene culpa ni responsabilidades. No hay nada que decir. Y aún así, aún así, este texto desea hacerle sentir tantito dolor para que sus ojos vuelvan a releerlo.

Seré un texto de lo más honesto. No sólo me gustaba la atención otorgada, ¿a quién diablos no le gusta eso? Me gustaba que también me hiciera sentir lectora. Al fin, alguien estaba dándole cierto sentido a las circunstancias. Al fin algo, le daba letras a mi existencia.

Nos volvimos testigos, cómplices, lectores.

Y por eso tan pequeñito, tan diminuto, tan insignificante...

...ya comenzaba a quererlo.


jueves, 2 de noviembre de 2017

Shit Happens

Pasó la eternidad.
Pasó la famosa cita
(el encuentro acordado)
Pasó como todo aquello
que tiene que pasar
y "esas cosas".

Pasó y pasa que
de nuevo estoy pensando en que
me frustra la idea de
querer esperarte a que se te pase
la idea de esperar a alguien
(que no soy yo)
aún quiera pasar tiempo contigo
y ver cómo pasa la eternidad.

Cartas al querido señor lector (3 de 14)

Querido señor lector:

Se ha dado cuenta que siempre le dejo algo y usted no deja nada. Que me esfuerzo en ayudarle incluso a sacarle una sonrisa cuando no está del todo bien. Querido lector, el gran error que se puede cometer es esperar, y seguir esperando, incluso si se han sembrado acciones buenas para una cosecha redituable.

La vida, querido lector, no es así. A veces es una mierda, a veces es una lluvia de dulces. En estos días que he dejado de dedicarle mis palabras, en los que también me he alimentado de otras más lecturas, pues he de confesar que me gustaría ser uno de esos textos que sirvan para la posteridad, el registro epistolar de que la propia carta, el propio discurso, el propio escrito es quien le habla. He reformulado que significa usted para mí. Pues el artificio de lo inalcanzable es lo que me adhiere a esta existencia.

Ojalá y algún día se dé cuenta de lo mucho que usted perdió.

martes, 24 de octubre de 2017

Cartas al querido señor lector (2 de 14)

Querido señor lector:

Es cierto eso que dicen que el amor también se trata de volverte un extraño. Pues eso es usted para mí. No lo conozco y fantaseo con entender cada parte de su ser. Es que ya no quiero inventarme personajes. Ya no es algo que funcione, porque cuando se salen del libreto duele tanto, la decepción lastima a tal grado que es mejor rasgar esas páginas en dónde se construyó algo.

¿No lo cree?

He redactado varias frases, me he destruido y creado varias veces el día de hoy. A veces las circunstancias ajenas a la autodeterminación nos causan ciertos conflictos. La intranquilidad se asoma, y es ahí en dónde busco refugiarme entre sus lecturas.

Lector, usted llegó de la nada, llegó cuando sentí que necesitaba un nuevo respiro. Tal vez por eso es que me aferro a que un día me quiera.

Cartas al querido señor lector (1 de 14)

Querido señor lector:

Querido señor lector, así le he puesto. Así lo nombro en mi cabeza, en mis dedos, en el papel donde le escribo, intento refugiarme en el personaje que soy, pero últimamente me he estado dando cuenta que es cansado fingir ser alguien inerte. Quisiera que diera cuenta de mi existencia. Sin embargo, también me da miedo.

Señor, vivo con muchos miedos, el principal es a la soledad. Se lo he reiterado varias veces, y no es que busque en sus atenciones la cura de este mal. Porque es algo tan interno que ni la más poderosa medicina podría sanarme. Simplemente, pasa. Cuando usted me lee, una sensación de calor se asoma dentro de mi pecho. El corazón inyecta tinta tan deprisa que ésta se riega por todos lados, dejando manchones con formas que estoy segura, usted consideraría cursis. 

A usted lo quiero. Me gusta muchísimo lo poco que me ha dejado ver sobre su forma de ser. Intento ponerle el mayor cuidado, la mejor atención del universo, intento grabarme sus palabras, no quiero perderme nada. Pues es lo más precioso que me ha sucedido en un largo tiempo.

Nadie me había atrapado como usted.

No sólo adoro su forma de ser, he de confesar que de vez en cuando miro sus fotografías, y me imagino alguna escena en donde sus ojos reposen sobre mis escritos.

He intentado agradarle más y más. Quisiera enamorarlo, quisiera que de mí sintiera más que un vago aprecio, quisiera que usted me dedicara no sólo su tiempo, sino sus emociones. Que si en dado caso el mundo se viniera abajo, usted y nadie más que usted, quisiera estar ese momento junto a mí.

Me cuesta mucho poder plasmar lo que siento, el recurso epistolar aún parece algo extraño para alguien que nació como poema. Porque sí, dese cuenta... usted para mí es el más bello verso que se pudo haber creado.

viernes, 20 de octubre de 2017

I'm forever alone


He decidido, por cuenta propia, y porque creo que es lo más fácil del mundo, y así me dejo de hacer tantos líos en la cabeza de algodón que cargo, en quedarme sola.

Sí, ya sé que lo he dicho mil veces, y que a las dos semanas ando de la mano del que creo que es el amor de mi vida en turno, pero esta vez, creo, va en serio.

La neta me va de la chingada en esos aspectos del amor y bla bla bla, escojo a cada espécimen, que ya ni llorar es bueno.

Y es que la verdad, los pobre especímenes ni la culpa tienen. Soy yo, tengo una personalidad horrible, soy voluntariosa, extraña, a veces presumida, o boba, y también me quejo mucho. Aparte soy bien drama queen. Me paso de intensa, quisiera que todo se resolviera ya, que si me quieren pues que me lo digan y listo y ya vemos que onda, si se hace algo o no, y por qué, y los malditos por qué, porque a mí sí me importa todo eso, y porque la verdad no sé que onda con el cortejo. A veces, casi siempre, más bien, todo el tiempo, soy una idiota.

Creo que pido mucho, creo que por eso alguna vez la vida me lo dio, y me dijo "no lo supiste ver, ni aprovechar, así que te lo quito, pobre ilusa". Y ya, sólo una vez sentí que todo iría bien, y que era la persona indicada y que estaríamos siempre, ja... pero que boba, boba, bobísima... porque papá tenía razón... "La novia del estudiante no es la esposa del profesionista". Y es que ese es mi pedo, dejo que el amor por alguien me entorpezca, me vuelva estúpida y no piense en algo más.

La razón principal por la que no he avanzado en mi vida, fue porque me deprimí por un muchacho, siempre es por un muchacho, bravo, bravísimo... siempre dejo que un bobo dirija mi vida, porque al parecer no tengo los suficientes pantalones para hacerlo. Pero viendo el trasfondo, no sólo es eso. Como lo repetí antes, es la soledad.

Y es hasta cierto punto defendible, -ojo, dije hasta cierto punto-. Al vivir con puros hombres y una madre disfuncional, busqué la manera de sentirme importante y apreciada por alguien más... un refugio, un pedacito de normalidad, algo que no fuera del todo caos, gritos y mentadas de madre. Ya sé, parece como si mi familia fuera la más culera del planeta, no lo es, pero si un poquito alebrestada, y fría. Ya no tanto como antes... hemos cambiado, papá ahora es amoroso y mamá... pues... es mamá en su mundo, y los hermanitos, pues son más como hermanos mayores y yo sigo siendo la disfuncional. El caso es que buscaba una persona, alguien que fuera un bastón, novio, soporte, novio, guía, novio, incondicional, novio, colchón, novio, hogar, novio, todo, novio.

Y la cagué.

No una,
ni dos,
tres putas veces.


Supongo que la mayoría de mis amigos tienen razón, debería darme un tiempo, ya saben, ese tiempo en dónde uno está consigo mismo y se ama y se reconoce y se vuelve a conocer, y esas cosas, y acepta que estar solo no tiene nada de malo y que está chido y que todo es para uno mismo. Y créanme lo he estado haciendo, intentando, lo que sea... a veces me sale cool y otras quisiera darme un tiro al darme cuenta lo mierda que llego a ser conmigo misma.

Entonces es cuando veo en una onda de reaprendizaje o retroalimentación, la serie de ligues, chicos, relaciones y anexos fallidos. Y doy cuenta de que soy yo el problema, no tanto ellos, soy yo la que no sabe poner límites, la que se emociona, la que quiere dar todo, y requiere de atención, mimos y muchas acciones que a lo mejor al principio si se quieren dar pero con el tiempo aburre y se olvida y se deja, he sido muy permisiva en tantos sentidos que a veces me olvido un poquito de lo que realmente no me agrada, quiero ser querida a como sea. Sólo por no sentirme sola, y cuando alguien me gusta en verdad puede que ni le hable, que ni haga el intento porque soy tan poca cosa, ¿cómo ese sujeto, cómo ese ser divino, cómo Dios, cómo podré dirigirme a él?

Soy una romántica insoluta. Una boba sin remedio, porque cuando llego a hablar con esos "musos". Pff... es cuando más pierdo el piso, me siento tan sublime, tan todo lo puedo lograr, tan soy súper bella y etérea y efímera y esas palabras rimbombantes que no puedo dejarlo escapar, que tengo que ver la manera en la cual se quede, porque jamás tendré otra oportunidad. Y adivinen... sí, también la vuelvo a cagar.


Oh querida, te falta seguridad. Sí supongo, no sé, la neta ya a la chingada. Al chile, como dirían mis amigos con el vocabulario más soez. No sé si sea seguridad, falta de confianza, el autoestima de un caracol, porque déjenme contarles, queridos lectores, que éste es un suicida por excelencia.

¡Aich, pero de qué te quejas, al menos has tenido novio, y eres bonita! Y eso... vale madre. De verdad, a veces me hubiera gustado jamás haber tenido novio, o jamás haberme fijado en alguien, seguro sería alguien exitosa o al menos alguien titulado. Pero no, todo lo que escribo, la mayoría tiene que ver con mis decepciones amorosas ¿en serio no les cansa leer sobre eso?

Me he faltado tanto el respeto, me he permitido jugar una y otra vez con mi propia imagen, que hay días en que ni yo misma me reconozco. ¿En serio, soy bonita? ¿O sólo soy un constructo más de lo afable en la sociedad?

Piel blanquita, ojos claritos, nariz chiquita, labios finitos, cuerpo dos-dos, a veces más gordita a veces, delgada... cabello chino y semi cuidado. Meh... saben, al final todo eso se acabará.

Incluso mucho tiempo estuve traumada con eso, con mi peso, es raro que lo confiese porque casi nunca hablo de eso, me molesta y es más finjo que no existe tal tema, pero es cierto... muchas veces creo que no podré lograr nada publico porque soy una cosa amorfa y mórbida. Luego se me pasa... pero pues sí, me siento horrible, fea, asquerosa y por esa razón creo que nadie me puede amar... y otra vez, luego se me pasa, se pasa, como todo.




Y pues de que han llegado chicos a esta pseudo escritora, claro que sí, oigan tampoco es que sea el monstruo del pantano, a pesar de sentirme la mayoría del tiempo así. Pero... como ya lo he dicho, mencionado, reiterado, expuesto... la cago. Creo que no estoy lista para enrollarme con alguien, con algo, y creo que de verdad necesito terminar mis proyectos que no tengan nada que ver con besos y sueños de una boba empedernida al amor.

Acepto mi forever aloneidad, no me queda de otra, me estoy dando cuenta de que aún no existe el ser que me acepte al cien, o que en verdad le guste tanto como para rifarsela, porque sólo quieren que les hables bonito, o sexo, o atención o alguien a quien contarle tus problemas o ni eso, un bonito adorno, alguien a quien presumir... yo qué sé. Yo sólo he intentado adoptar cada disfraz que se me consigne, porque soy una boba que cree no merecer algo mejor.


jueves, 12 de octubre de 2017

Vivir Dignamente

Estos últimos días, cómo los últimos seis años, no los he vivido.
Sí, cómo lo leyeron, no los he vivido.
Me he dejado llevar por todo lo externo, y me cansé.
Hace rato tuve una charla con un bello y también, angustiante peso de realidad.
A lo que voy, es que no somos del todo autosuficientes.
Somos soberbios por excelencia, y creemos tener siempre la maldita razón,
porque cómo alguna vez le compartí mi opinión a mi amigo el filosofo,
tener la razón nos da cierto poder.
Creemos que podemos controlar cada detallito de nuestra existencia,
que lo podemos controlar,
es por eso que cuando algo no nos sale,
cuando no me sale bien,
llega la frustración, la ira,
y todos esos sentimientos feos.
No he vivido dignamente.
No he creído valerlo.
Pero es porque nadie nos enseña realmente como actuar,
simplemente nos regimos por lo que dice la sociedad.
Somos un constructo de diversas identidades.
Sin embargo, no todo ha sido tan malo,
a veces somos misioneros cósmicos,
le damos la mano a quien lo requiere.
Y se siente bien.
Hay tanto que quisiera compartir.
Que no sé muy bien por donde empezar.
Podría contarles las anécdotas de estas últimas casi dos semanas,
en dónde se supone ando trabajando como loca para ganar una apuesta,
la cual voy perdiendo.
Está bien sentirse mal.
Está bien perder.
Está bien estar cansado de uno mismo.
De su vida.
Lo que no está bien es no hacer nada al respecto y morir como si nada hubiera pasado.
Porque la vida es una, sí, pero también debemos darle un sentido, o no.
Dios o la fuerza poderosa nos dio esa magnifico Don de poder decidir.
Yo hoy decido hacer algo por mí.
Vivir mi vida.
Ya no quiero estar triste por soledades.
Hay algo, alguien por lo cual sigo aquí.
Por lo que uno sigue aquí.
Sí, es uno mismo.
Pero no de esa manera egolatra del "yo todo lo puedo".
Hay cosas inherentes en nuestra vida, no podemos ser dueños de eso, pero si de nuestras decisiones.
La palabra es acción, queridos lectores.
Hoy quiero actuar bien,
quiero valerme a mí misma, darme todo aquello que sé que valgo.
Y valgo mucho.
Por que soy una humana,
con defectos
con debilidades
con sueños
con virtudes
y también soy hermosa,
porque soy hija de alguien que decidió darme la vida,
porque al igual que tú, que me estás leyendo,
estamos aquí
y compartimos un momento
que no regresará
y que es perfecto.
Hoy me siento alegre de estar aquí, escribiendo, divagando, compartiendo,
estoy decida a hacer algo por mí.
Porque ya no tolero mi manera de vivir,
porque todos los días mi cabeza me taladra la pregunta ¿qué estás haciendo?
porque estoy convencida de que quiero ser feliz,
porque quiero vivir dignamente.

miércoles, 11 de octubre de 2017

No entiendo

Al parecer soy una lerda más del universo, pues no entiendo muchas cosas.
Y por más que trato de digerirlas, no más no me pasan.
No entiendo por qué somos más gentiles con aquellas personas hijas de puta, las que se han reído o burlado de uno, la que nos han tratado con la punta del pie, las que les importamos muy poco.
Mi cabeza llena de cabellos todos desaliñados no lo procesa.
Y tampoco puede creer que haya tanta hipocresía en ti, en ella, en él, en la persona que escribe estas palabras.
No entiende porque cuando una persona que no te ha tratado del todo bien y te llega a hablar bonito uno hasta las nalgas quiere dar.
No más no.
Y peor aún, aquellas personas que han estado contigo, las que realmente te aprecian, cuando te dicen algo, bang, las haces a un lado.
¿Y lo pueden ver?
Sí, se vuelve un círculo vicioso en dónde uno espera retribuciones.
No entiendo porque seguimos esperando.
Por qué espero.
No entiendo por qué cuando buscas a las personas, éstas salen con cualquier cosa, siempre hay tiempo.
Y si se busca a las personas, si se busca a alguien es porque en verdad algo está pasando, y sólo requieres de un momento de compañía.
No entiendo por qué lo negamos.
Por qué nos negamos.
Y tampoco entiendo por qué querer encajar, por qué pretender ser algo que no somos.
Por qué hacernos más interesantes cuando ya lo somos.
No entiendo por qué si somos tan simples, nos hacemos complejos con las mentiras.
¿Es que acaso no es más fácil decir?
Oye, te quiero.
Oye, me gustas.
Oye, no quiero que me dejes de hablar.
Oye, quiero importar en tu vida.
No, no lo hacemos. Porque nos da miedo.
Y no entiendo por qué tener miedo.
El rechazo es algo normal.
Y no entiendo por qué es normal.
Cierro los ojos y pienso en lo exhaustivo que se me ha hecho lidiar con las opiniones de los demás,
cuando en realidad la más difícil de entender es la de uno mismo.

martes, 10 de octubre de 2017

Sol-edad 2

Hay veces en dónde quisiera sólo desvanecer,
creo que esto, lo he repetido muchas veces...
no ando del todo bien,
no sé que sucede en mi organismo.
A veces sólo soy un autómata
y otras alguien inservible. 

La soledad, una vez más me golpeó.
No gané este round. 
No puedo ganarle a algo tan latente y promiscuo. 
Hago planes para escapar, para enfrentarla
para aceptarla.
Y ésta me come.

Parecía que este sentimiento se estaba yendo,
que alguien había llegado a espantarlo.
Y era tan agradable,
confié,
creí que era lo indicado.
Que era lo que requería.
Pero no es cierto,
todo es una mentira.

Porque estoy sola.
Y me siento sola.
Y la soledad ya no es consuelo.
La soledad me mutila.

Sol-edad 1

sábado, 30 de septiembre de 2017

May God



"Qué Dios castigue a los que traten de separarnos" 
-Kakkmaddfakka

Ojalá tuviera alguien a quien dedicarle esta canción o el siguiente poema:

Te regalo mis palabras para que las saborees.
Sin embargo, a ti no te importa eso.
Sólo quieres mirar aquellos olores que desprende el sopor del nerviosismo.
Te haces pequeño, tan diminuto que mi olfato no te puede palpar,
y a pesar de que estás a varios soles de distancia,
mis ojos no pueden saborear las noches 
que se esconden bajo la música
desprendida de tu tacto. 
Sólo me lo imagino;
voy corriendo sobre el
camino que alguna vez
escuchó a una estrella vomitar
tu vista perdida. 

Y por último, ojalá puedan participar en la siguiente convocatoria:


lunes, 25 de septiembre de 2017

Sobre estos días

¿Pues qué más puedo escribir sobre estos días?

Bueno, los pondré un poco en contexto, soy mexicana, tengo 24 años, y tal vez sólo tal vez pudo haberme pasado algo en el temblor-terremoto-sismo-la tierra se sacudió, del pasado martes.

El punto no es ese. el punto es que aquí estoy, al igual que tú, tú y tú. Si al igual que todos los que me llegan a leer, que he de confesar que la mayoría de las visitas las registro yo, porque soy boba y creo que en algún momento llegará haber algún comentario.

La onda está en que muchas veces uno quiere unirse y ayudar, y hacer algo por alguien porque es lo correcto, porque nos llenamos de una hermosa fiebre, nos contagiamos y ahora queremos hacer la diferencia, y me parece sublime y fantástico, irreal.

Ojo, no estoy criticando, ni nada así por el estilo. Sólo escribo y escribo, porque es lo único que se supone que sé hacer. Y ahí es dónde radica todo, en mis supuestos "creo".

La verdad después del temblor no quedé bien, ando toda rara, paranoica, y con un chingo de ganas de llorar cada vez que veo algo derrumbándose o gente que la neta se le ve las ganas de ayudar y que está al pedo haciendo mil millones de cosas. Y pienso en lo afortunada que soy, en lo mucho que tengo, y en lo poco que puedo dar. Porque sí, la neta es que me dio esa madre postraumática; y dirán "ora ya, pues con qué poco pinole te ahogas mija". Y sí así me sentí y me siento.

Una pinche inútil quejosa que no fue capaz de hacer más que llevar víveres y escuchar a sus amigos, y medio intentar hacer conectes entre personas para ayudar. Y me dirán, pero eso ya es un granito ¿no crees? y yo diré, pues sí, pero la neta siento que no es suficiente y lo peor de todo es que no tengo idea de cómo diablos ayudar cuando el pinche pedo es que yo en este pinche momento no ando cool, no ando bien.

La neta me siento bien pinche sola, y no hablo de ese amor de pareja y bla bla bla, nel, o sí, a la mera sí, lo único cierto es que ya no quiero estar con el exnovio, más bien con ninguno. Quiero conocer a gente nueva y esas cosas. Pero ese de nuevo no es el maldito punto.

El punto aquí, es que me siento una pinche escoria y que no sé que diablos hacer para dejar de sentirme así, porque es una mamada andarme victimando cuando realmente murió gente y hay gente que anda rescatando a más gente. Y gente que sí es gente y no como yo, que soy una pinche ególatra de mierda.

Hoy llegué a ese punto en dónde los otros puntos se unen. Y me dije... "lo único que necesitas es terminar tu tesis y todo lo demás se aclarará". Y luego pensé... "y si viene otro sismo y valgo caca". Entonces acá respondo...

...sobre estos días, si, han sido locos, pero también de suma reflexión. La vida es una, realmente es una... y si no hace uno lo que le gusta, lo que quiere y no porque no pueda, sino porque uno mismo se límite, entonces... qué sentido tiene. Por eso escribo.

Porque es lo que más amo de la vida.

martes, 12 de septiembre de 2017

About the sea

Sé muy bien que no debería ahondar
en aquellas aguas a las que de por sí
un gran océano nos separa.

Pero, he querido compartir
la sal que arrulla a todos estos corales
que en la humedad habita.

Quise escribir un ensayo sobre las olas
que han de golpear tu costa.
Naufragar y darte esa brisa
que conviene dentro de las algas besar.
No es que sea etérea sirena, pero a veces
creo que pronto me volveré espuma,
porque aún sigo esperando a que se prenda
el faro que aguardan los marineros.

¿Por qué eres un pez escurridizo?
¿Por qué mi arpón aún no te puede atrapar?

En arena me consumo, dejando al
cielo ser testigo del más extraño
animal, que en tus mares quiso nadar.

domingo, 20 de agosto de 2017

Mientras veía libros


Ahora que ya te pusiste en mood cursi, puedes continuar leyendo esto: hace rato salí con un amigo, le andaba ayudando a buscar libros para que él se los regalara a sus otros amigos, en fin, mientras andaba haciendo todas esas maromas creí tener una sensación muy agradable, tal vez sólo la inventó mi cerebro para estar feliz y no deprimirme por ver mi cruda realidad (que está chida de todas formas, sólo que me gusta el drama). Sentí como si tuviera alguien a mi lado jugando a ver que libros compraríamos, y cual llegando a casa leeríamos, como si tuviera una vida de adulta independiente y pasara un domingo cualquiera con ese sujeto que siempre soñé. Y fue tan bonito tan reconfortante... después vi postales y me imaginé enviándolas a alguna casa, lejos y me enterneció esa imagen fantasma de sorpresa.

Me di cuenta de que en realidad, si añoro tener a alguien cerca mío, alguien que le interese cómo me fue en mi día por muy tonto y estúpido que éste haya sido, alguien que vaya conmigo a comprar libros y que se me quede mirando con dejos de asombro y felicidad. Alguien que me ayude a pasar las calles porque soy muy idiota. Alguien con quien no me sienta pequeñita, tonta y estúpida. Alguien que me enseñe muchas cosas sobre la vida, el rock, los libros, las caricaturas sin sonar pretencioso. Alguien que piensen en mí y me llame a la hora que sea sólo porque vio o escucho algo que sabe que me gustará, alguien que no tenga miedo a decir "te amo porque eres tú". Alguien que quiera viajar aunque ninguno tenga dinero, alguien que le guste el arte y los museos, alguien que se conmueva con cosas tan chiquitas, alguien que me respete, alguien que juegue conmigo y se ría de mis bromas todas bobas de kindergardiana, Alguien que quiera salir conmigo en bici y quiera ir a nadar a ese lugar que huele feo, alguien que ame tanto como yo a The Cure, alguien que me marque por teléfono cada vez que sólo quiera escuchar mi voz, alguien que me toque canciones, alguien que me haga poemas y cuentos cuando no pueda dormir, que me traiga muchos dulces, alguien que se enoje conmigo y me perdone al instante, alguien que me haga crecer y me diga en que estoy fallando, alguien que quiera solo quedarse dormido a mi lado, alguien que me vea como el ser más etereamente bello sobre la faz de la tierra. Alguien que cante conmigo mientras caminamos hacia ningún sitio, alguien que no me deje sola incluso cuando se lo pida, alguien que me procure, alguien que me platique sobre su vida, alguien que sea amable, alguien que haga chistes y que si no los entienda no se moleste al explicarlos, alguien honesto, alguien que sepa que quiere comer porque yo soy la persona más indecisa, alguien que no se sienta responsable si llego a hacer idioteces con mi vida, alguien que le guste vivir, alguien que sea músico, alguien que tenga defectos, alguien que tenga virtudes, alguien que le guste el rock y también bailar para así no quedarnos aburridos en un rincón en las fiestas familiares, alguien que sea irreverente, quiero a alguien que me ame tanto como yo estoy amándome a mí.

Esa sensación me acompañó hasta que salimos de la librería. Me percaté de que todo lo que quiero es alguien para no sentirme sola y extravíada, alguien que le parezca la persona más interesante y fantástica sobre la tierra. Y me regañé por sentir aquello, por no valorar mi propia compañía y claro, también la de mi amigo.

Sin embargo, muy en el fondo de los abismos de este terco y bobo corazón, existe una remota y casi nula esperanza de que alguien así llegue.

Dudo que sea pronto, pero hey extraño, si lees esto, dime que tú también alguna vez sentiste esto mientras veías libros.

jueves, 10 de agosto de 2017

Cafetear

Ayer asistí a cafetear al papá de un amigo de cuando iba en la prepa. Es curioso porque en realidad la noticia era triste y sí dejó como un trago de insatisfacción y asombro.

A veces, es extraño como las situaciones se acomodan, ya que a pesar de existir, confianza, cercanía y complicidad, no nos vemos tan seguido, pero nos reunimos la mayoría de los que bobeabamos cuando aún teníamos clases y la vida era un poquito más simple, en ese momento.

De los velorios a los que he asistido éste ha sido uno de los más tranquilos y no tan deprimentes. Al parecer el señor Mario, era muy querido, y estoy segura de esta afirmación.

Antes de entrar a la habitación en dónde se exhibía el cuerpo, nos quedamos recordándolo, y no parábamos de reír ante las anécdotas. Incluso hubo un momento en dónde nos olvidamos que hacíamos ahí. Porque así es la juventud, porque regresamos a cuando teníamos 17.

Pero también se asomaron aquellos sentimientos de impotencia el no saber como reaccionar o hacer o consolar. El pequeño rencor con la vida y las deserciones. El señor Mario, no era alguien que no valiera la pena conocer. Sino todo lo contrario, alegre, vivaracho, irreverente. Yo creo que por eso, mi amigo es la persona más divertida del universo. Era la primera vez que lo veía triste, era la primera vez que lo veía llorar.

Pero tampoco lo vi hundido.

La belleza de los funerales, radica en cuando escuchas las historias sobre el difunto, en cuando te encuentras a personas que hace mucho no veías, es cuando te das cuenta que seguimos de alguna manera honrando a los ancestros.

Ah si, y no olviden el pan y café.


domingo, 6 de agosto de 2017

Algo terrorífico con seres deformes de otras dimensiones

Rara vez él dormía por las noches, desafiaba a la oscuridad,
aguardaba a que todo se quedara en silencio para escuchar
feroces voces que le describieran la entrada a un nuevo mundo,
a veces se quedaba bastante quieto, como si de una estatua se tratara
luego de un rato sentía como cada parte de su cuerpo se contracturaba
entonces, era ahí, en ese preciso momento en que de forma extraña sonaba un
xilófono.

Evento bastante anormal para que emergieran las ánimas,
sin embargo, él, estaba bastante acostumbrado a este tipo de
tradiciones, por así darles una definición,
empezaba a tocar una canción alegre y eufórica hasta terminar en algo demencial.

Es decir, se convertía en algo tétrico y nauseabundo que
solamente él lo podía soportar.

Una noche de tantas, él decidió que era hora de pasar al siguiente
nivel, así que no solo tocó la mentada canción, sino le puso letra.

Como si fuera un compositor del demonio,
unió a las palabras en rimas y versos
entonces, se acordó de un detalle interesante,
no lo estaba haciendo bien,
tenía que realizar sextillas
o pagaría las consecuencias por no honrar al amo oscuro.

Para esto tuvo que desempolvar el diccionario
oscuro de la Real Academia de lo Paranormal,
en ese libro se encontraban las palabras más malditas,
más malas, más mortificantes y mortales del universo,
así que la tarea sería fácil.

Mundos nuevos, era su objetivo principal y también
unificar a todos aquellos sirvientes de lo profano;
ya casi todo estaba listo, la canción estaba hecha.

Cantó los versos de manera gutural
hasta que los huesos se le helaron
advirtió que algo raro estaba ocurriendo
funcionaba su ritual y no sólo
apareció un demonio, sino un ser amorfo.

Parecía que el chico invocador y
estupefacto, pronto se echaría a correr así que los seres extraños
rápidamente previeron los actos cobardes
otro estúpido, pensaron.

Estudiaron la situación detenidamente,
separaron el tiempo y el espacio para hacer tal acción.

Por último, después de muchas tazas de café
arrebatadas a mormones pecadores
racionalizaron en que castigo debían
al menos, en su cara, poner.

Todo esto, era tan aburrido y cansado para estos seres malévolos que al regresar el tiempo
inventaron una nueva modalidad de castigo poniéndole una fea cara de pez.


viernes, 4 de agosto de 2017

Viernes

Sólo espero que esto que siento,
no sea eterno.

Que no sea una maldición,
que no sean tus labios,
tus ojos,
tu sonrisa,
que no sea nada relacionado a ti.

Que se vaya,
ahora,
porque ya no quiero esto.

Que te vayas,
que seas 
lo que tengas que ser.

Sólo espero estar bien,
mejor,
bien,
mejor,
bien,
mejor,
yo:
feliz.

sábado, 29 de julio de 2017

Síndrome del Profesor Calamitous

Ahora que hago un recuento de los hechos, esto lo soñé, y debí percatarme de que el hecho de que te subieras a ese autobús, que muy rara vez llego a abordar, ya lo había visto.

Antes de salir de casa tuve un Déjàvu (o como sea que se escriba), el cual había vivido o soñado hace dos noches, sí ese día cuando me desperté pensando en ti. Pero no fue esa sensación como veces anteriores en donde me deshacía de tristeza y añoro por estar contigo. Sino más bien como de un extrañamiento, como si algo no estuviera bien así que por un momento me detuve y miré al techo, pensé en otras cosas y seguí adelante con el día.

Normalmente cuando tomo el autobús que pasa por tu cuasi nueva vivienda (igual y ya hasta te has mudado y yo sigo haciendo esto, je), justo una cuadra antes, siento el cosquilleo y dejo todo lo que ando haciendo para mirar a los cactus a ver si de casualidad estás por ahí y así pueda pensar de manera rápida que debo hacer y como reaccionar, y bueno, la respuesta es la misma, no hago nada, regreso a lo que hacía y me alegro por no tenerte cerca.

De unas semanas para acá, ese sentimiento se ha ido calmando, hoy por ejemplo, me dije "y no está ahí" y me alegré mucho de eso. Como si fuera una adivina y todo ya estuviera resuelto, me sonreí y volví a sumergirme en mi sueñito antes de llegar a casa de mi tía. Iba leyendo el Laberinto, pero como que el día de hoy no tenía ánimos para Paz y mucho menos cuando olvidé tomar mi medicina.

Bajé de ese camión, la verdad el viaje se me hizo eterno, no sé por qué razón había mucha gente en la ciudad, en fin, yo caminé hacia la casa de mi tía postiza (porque en realidad no es hija de mi abuela, pero la quiere más que mi propia madre), y me tropecé con una niña, no la vi, y ella a mí, tampoco, le dije "cuidado, corazón", seguí mi camino, incluso cambié varias veces la música, como que no andaba de ánimos. Toda la tarde estuve escuchando a esos que cuentan nuestras historias porque al fin, ya no me dolía.

Y reitero, el día se sentía extraño. Como un poco irreal, debí haberlo imaginado, los tíos que vi en mi ciudad, en realidad es un suceso raro. Pero me dio gusto verlos, mi tío dijo que me veo hermosa... fue un lindo momento.

Corrí para ver a mi amiga, un gatito a su cuidado había muerto, y quería verla. En este momento es lo más cercano a "una BFF". Me perdí un poco para llegar a su casa, pero lo logré. Y sólo hice un comentario sobre ti, intento ya no hablar tanto de ti, como para sacarte un poquito de mi organismo y demostrarme que puedo hacer muchas cosas y que no necesito de nadie y que todo estará bien y que tienes una vida y que eres feliz y que no estás junto a mí, ni para mí, ni por mí, ni nada de nada que nos involucre a ti y a mí.

Y como un ninja, llegó su chico, gracioso porque hablábamos de las cosas que no van tan cool, en fin, fingimos demencia y los apuré para que me acompañaran a la parada del camión, nos siguió el perro niño prieto "Noppy". E hizo una cacota, enorme, gigante, tamaño jumbo, lo limpió mi amiga con unos kleenex y la bolsita de éstos. Reitero, debí haber escuchado las señales pero como siempre estoy en otro planeta, sonriendo y baboseando.

Llegamos y seguíamos charlando sobre que Noppy camina raro porque no tuvo a quien seguir, es decir es un perro que camina raro porque no tuvo un ejemplo de otros perros, lo cual me pareció extraño, no hice caso. NO.

Vi que pasó un camión, y dije esperaré otro, uno que me lleve al metrobus, ya era un poco tarde, y es mejor tomar el transporte que me lleve a lo seguro. Mi amiga, me dijo "este igual te deja en el metrobus", se refería a una combi, pero la neta yo soy medio pendeja, no tenía ganas de caminar por si me perdía. De nuevo, hice caso omiso.

Y muy, muy rápido me subí al que me llevaría a mi transborde, pensé que iría rápido, pero no, iba lento como la chingada, había mucha gente, creo que hubo partido; hasta el final del transporte había gente con playeras del equipo local, y ahí me quedé, parada, no había donde sentarse. Escuchaba música, el álbum de "La velocidad de la Luz" de Los Bunkers, sentí como me incomodaba la mano de un fulano que iba junto de mí, cada vez se estiraba más y más como si fuera en verdad súper largo, lo vi con asco y me aparté después. Seguro estaba exagerando, entonces iba pensando en eso, en que puede ser que estoy como en un periodo donde no quiero que nadie me toque o alguien intente algo conmigo porque la neta que miedo volver a enamorarme y perder piso y esas cosas, creí estar destinada al fracaso en esos cinco minutos que pasaron.

Como un rayo de luz se abrió la gente y me molesté mucho cuando ya me iba a sentar y un wey se sentó, me ganó el lugar, así que le pedí permiso a un señor para dejarme estar junto a la ventana, me senté, intentando acomodarme, preguntándome porque soy más feliz junto a la ventanilla yendo como periquito con las piernas dobladas, veía el chingo madral de gente, sentí como se detuvo el camión, me dio pesar ver quien se subía, sabía que este no te lleva a donde vives, así que no voltee de inmediato y justó comenzó a sonar...


Y puedo jurar que cuando voltee a ver lo que había alrededor de mí... estaba la frase "No tengo mucho más, de lo que guardo para mí, no vayas a olvidar el día en que dejaste de fingir", entonces ahí estabas, tan efímero, tan bello, incluso tu piel se veía más suave de lo que es, tus cabellos traviesos se veía alegres y sedosos, como si realmente te cuidaras, me gustó el look de hoy, a pesar de que odio los botones, te veías guapo y cada vez que pienso eso sonrío como boba y un dolorcito me acecha en el corazón. terminó la canción, y no sé, si aún no me veías, pero yo te veía, tomaba fotos mentales para guardármelas, aún no sabía si quería ser vista por ti, intenté esconderme pero las demás personas se daban cuenta de mis actos, alzaste la viste y me viste. 

Entonces ya no pude hacer mucho, me quitaba, me ponía el gorro, me lo dejé puesto y te saludé, hiciste lo mismo y te pregunté si todo iba bien, y tú igual y yo sólo sonreí como boba, porque eso soy, una mensa. Sonreí porque estabas ahí. Y te hice esa pregunta en la cual esperaba que dijeras que no, que no era nadie importante, porque sí, vi como acomodaste una mochila... y obvio que no ibas solo.

¿Recuerdas que hice?

Solté un te amo al aire.


No fue por celos o por este sentimiento de propiedad y dependencia, fue porque amé tanto verte, amé tanto tu sonrisa, amé ese momento y amé que aunque había mucha, muchísima gente, fuera nuestro, y así lo quiero creer, y así lo estoy creyendo.

Hice caras graciosas para no llorar, quería verte sonreír. Y lo hiciste, amé tu risita discreta, y luego intenté comenzar una charla sobre lo que le había hecho a nuestra amiga. Para escuchar tu voz, tu voz, puta madre, cuantas noches esperé a que volvieras a llamar para decirme que al fin te habías decidido por mí, pero no sucedió, no pasó, y está bien, entonces te canté, estaba cantando lo que escuchaba... le estaba poniendo un soundtrack a ese momento para no olvidarlo nunca, porque puede ser de las últimas veces en que te pueda ver, en que te vea, porque ya no voy a buscarte, me lo prometí... 




...y el camión se vació, vi tu rostro, tu gesto que me indicaba que era hora de separar miradas, me cubrí para que ella no me viera. No quería que me viera el rostro. No quiero que lo vea, porque entonces se dará cuenta de lo mucho que la envidio, de lo mucho que me duele verlos, de lo mucho que te amo y temo que se robe mis sentimientos, que diga que son más intensos y fuertes que los míos, que diga algo para manchar todo lo triste, bello, horrible, extraño, único de tú y yo. 

Y sólo me quedó voltear a otro lado, hacerme tonta, y guardar esas ganas de llorar porque me prometí a no volver a soltar una lágrima desde ese día en que me dijiste que no te esperara, incluso hasta lo anoté en mi pared, como un recordatorio de lo mucho que me falta hacer por mí. Respiré hondo, y no podía evitar dejar de verte... hasta que di cuenta de que estaba cerca mi destino. 

Pedí la parada y estaba ansiosa y los demás que estaban junto de mí lo notaron, y yo veía tu espalda, tus cabellos, te veía hablar, y cada vez el nudo en el estomago se hacía más inmenso, al fin se abrió la puerta y pude bajar, corrí o volé, no lo recuerdo, lo que sí es que toqué tu ventanilla y te dije "adiós" con la mano y el gorro puesto. Corrí, lo más rápido que pude para que ella no me viese, para que se quedara entre tú y yo, pero dudo que fuera así, me quedé en un árbol, chiquita, temerosa, escondida para verte a lo lejos, y te vi. 

Lo demás es una maraña de historias que no sé muy bien como sucedieron, me quedé en shock, aún podía verte frente a mis ojos, pero sé que sólo fueron unos momentos, unos instantes, chiquitos, preciosos, bonitos, nuestros. Raros y únicos, cómo somos. 

Le di vueltas a mi cabeza, una y otra vez, una y otra vez, tú volteando, tú viéndome, tú sonriendo, tú haciéndome caras, tú diciéndome que estás bien, tú preocupado, tú serio. Tú, tú, tú... y ella.

Me encontré a una amiga de la preparatoria en el tercer transborde a casa. Medio le conté, estoy segura que sólo balbucee algunas cosas. 

Llegué a casa, fingí que todo estaba bien hasta que le pedí a mi hermano, el que tiene el mismo nombre que tú, que me escuchara... y salimos por un cigarrillo y me tranquilicé.

Concluí que no puedo ser como el Profesor Calamitous de Jimmy Neutron, necesito acabar todo esto, necesito un cierre, no sé si esto lo fue, no sé si ya lo había tenido, no sé porque grité "puta (pon el nombre de tu chica) maldita (su edad) me jodiste la vida, ojalá te pudras, pero para qué si ya lo estás" cuando fui yo la que se puso las trampas y la que no hizo caso a las señales, necesito ya no dejar todo a medias.

Así que estoy decidida.

Terminaré eso que no me permite dar ese salto del cual ya habíamos hablado.

Y como le dije a mi hermano "en realidad no la odio, ni le deseo mal, sólo me da un poquito de envidia" y en mis adentros "el que la ames".




lunes, 24 de julio de 2017

Escritos encontrados

Me encontré con algunos escritos que hice hace no muchos años... creo. El punto es que quisiera compartirlos, puede que haya decrecido a la hora de escribir. O crecido, no lo sé. O tal vez no avancé ni un poquito. Lo importante es que aún tengo estos registros, y sí, amo cada cosa que escribo como si fuera un hijo, porque eso es. Y también lo odio, porque sé reconocer cuando algo es malo, puede que no haya escrito algo tan cool en estos días. Ando, en esa reconstrucción. Pido perdón y gracias.

Luna Olive Lettuce

13 de noviembre de 2010 ·

¿Y al final?

Casi todos los días reviso en lo poco que puedo ver, alguna señal de amor hacia alguien que ahora le pertenece a otra persona, tal vez sea una inconstante paranoia por asegurarme de que todo irá bien. Es cierto, ya no está él con ella, pero... ¿qué me hace asegurar que siempre será así, y qué en ningún momento flaqueará su decisión?, es triste, y algo desgantante, tanto como fumar un cigarro.

Ella tiene miedo a ser olvidada y sobre todo a aceptar que todo lo que una vez se dijo, se haya remplazado por una nueva sonrisa. Yo sé lo doloroso que debe ser... sólo quedan lágrimas.

¿Y al final, ella estará esperando por ti?

Supongamos que a veces hay peleas, cosas que no tienen un verdadero sentido... donde se discute y se pierde parte del amor que poco a poco se construye... y tu estás más herido que enojado. Ella tendrá ventaja de esa circunstancia, de ese hueco... -malditas paranoias- irá a por ti. Y mientras... tu sweet heart, ¿qué demonios hará? supongo que sacar las lágrimas impotentes, una por una... mientras aquella otra alma a la cual le prometiste amor infinito sin que ella te demostrara antes que también te lo daría... se regocija al saber que hay una oportunidad.

Y al final... todo vuelve al principio.

Pero es ahí donde te das cuenta de cuanto amas a tu sweet heart... y que la otra simplemente tiene que aceptar lo que sucedió, que ni por los más dulces besos que te pueda dar, tú jamás podrás caer en su red, nuevamente. Así que simplemente solo le quedará esperar a que su mirada vea más allá de lo que no quiere ver...

¿Y al final todo es doloroso?

Las fotos, los mensajes, algunas cartas jamás entregadas... recuerdos que sólo en tu cabeza podrás conservar la atormentan, pobrecita... pobre alma, tanta lastima me da, ojalá su dolor no te llegue a ti, tu sweet heart odiaría que ella te lastimase... no es justo, es su dolor, y no debe de ser de alguien más.

Y al final... no hay final.

Intentando concluir esto, me puedo dar cuenta que el ser humano suele ser egoísta, suele ganar y perder... ¿por qué existe eso? ¿por qué? siento como si aunque ya pasará todo esto... se seguirá repitiendo, o simplemente no tendrá algún triste o feliz final.

domingo, 23 de julio de 2017

Los pies de Steven Wilson

Considero que los pies más bonitos que he visto
han sido los de Steven Wilson.
Los vi, en vivo, y en un video musical.

¿Qué si esto es una oda, poema, canción, fanfic u homenaje?
Nah. No lo creo.
Sólo quiero hablar de lo bonitos que me parecen,
de lo perfectos y suavecitos que me los he de imaginar.

Los pies de Steven Wilson,
sí, como una especie de mantra,
o una frase clave para salir de problemas.
Pero no, sólo son unos pies.
Una mínima parte de alguien a quien admiro,
y quisiera conocer,
porque su grandiosidad me llena el alma de emoción.

¿Tan simple soy que unos piecitos me hacen feliz?
Could it be...
Tal vez me quedé tan triste, y tan decepcionada de las personas cercanas,
si ha de ser eso.
Porque no encuentro una razón, RAZONABLE, para no racionar este amor tan platónico
a unas extremidades tan ínfimas e intimas como lo son, los pies.

Podría hacer un club de fans de los pies de Steven Wilson,
y eso lo podría asustar, tal vez cubra sus bonitos en cada concierto por temor a que viole esa privacia.
Me parece que hago mucho alboroto por algo sin importancia,
pero es lo que me queda para no ahogarme en mis tonterías.
PENSAR EN OTRA TONTERÍA.
Pero en una con peso.

Por eso pensé en los pies del sujeto que para mí es perfecto,
por lo inalcanzable,
por lo fuera de mí y mis posibilidades como mera humana mortal y poca cosa que de vez en vez soy.

Porque si no pienso así, no encuentro una razón,
como ya habré de repetir,
razonable...
para razonar y racionar...
porque no fui la mejor razón.

lunes, 17 de julio de 2017

Limousinas

Él sabrá que significa.

Feliz Cumpleaños. 

jueves, 13 de julio de 2017

Compilación de canciones

Para seguir leyendo esto, debes seguir las siguientes instrucciones, ésta es una compilación la cual que he hecho dentro de mis ánimos de odiar:

En primer lugar, tienes que recordar lo más culero que te hayan hecho, no importa si tú mismo lo desencadenaste, las cosas son así, siempre hay un esclavo en las relaciones. Ahora toma un cigarrillo, jala de éste y aguanta el aire hasta donde más puedas y al sacarlo grita el nombre de la persona que te haya dañado.

Muchas veces uno no sabe que hacer o como reaccionar y por eso hace idioteces, a veces son justificadas y otras no tanto, e incluso para eso hay que saber pedir una disculpa y sobre todo perdonar. La humanidad también se basa en eso, en reconocer que también somos mierda.


El paso número dos, es cantar, cantar con toda el alma, sacar todo aquello que está dentro, también funciona escribir y llorar. Golpear jamás está de más. Al fin y al cabo un golpe duele menos que tener el corazón roto, destrozado, vomitado, vuelto a comer para terminar todo escupido en algún rincón de la maldita ciudad. A la cual es difícil volver a salir, porque todos esos lugares te recuerdan a esa escoria a la cual has amado.

De vez en cuando uno tendrá que guardar la compostura, pues hay que ser seres funcionales, tampoco es para terminar en algún manicomio, es por eso que me he dedicado a rastrear cada fragmento perdido en la batalla, hay que reunir cada soldadito para seguir con la vida.

El paso tres consiste en jamás, jamás, jamás humillarse, jamás volver a caer, el deber recoger fortaleza de no sé donde, es inminente y prioritario. Por mucho, por mucho que se le extrañe a esa persona, hay que tener y tomar en cuenta que uno mismo puede sacarse del hoyo en donde uno mismo se metió, por amar a lo pendejo. 

Y es que uno no se da cuenta de esto, ya hasta que alguien salió con el corazón hecho una mierda, uno puede alejarse de manera tranquila y temprana, sin rencores, sin recuerdos, sin memorias, sin algo que te atreviese por dentro y que esto te haga seguir ahí.



Si te saltaste el paso número tres, no te preocupes, que no cunda el pánico. Lo hecho, hecho está pero lo más importante es reconocerse como alguien humano, con virtudes y defectos, abrazarse mucho, quererse, y preguntarse en el espejo ¿por qué eres así? Ok, no. Lo que recomiendo es respirar, aguantar las lagrimas, y seguir adelante. Sólo uno sabe las razones por las cuales lo hizo. Y no está mal, cada quien debe tocar fondo.

Aunque puede que el fondo siempre estuviera ahí y uno no pudiera verlo, muchas veces hay que lamerlo para ver si de verdad es cierto lo que se está pasando. Uno es masoquista, y sí hay que admitirlo ser víctima también se siente bien sabroso. 



Sal, sal mucho, sal a caminar, sal por las tortillas, sal a andar en bici, sal en patines, sal a la azotea, sal a la tiendita de la esquina, sal a la ciudad, sal a un pueblo, sal, sal, sal. Está de la chingada privarte de un mundo entero sólo por estar triste, no tiene sentido. El mundo, si uno quiere, es un lugar fantástico, si, ya lo dije hay lugares en dónde te sentirás incómodo, a huevo que sí, pero si uno no se hace la labor de enfrentarlos, jamás en la puta vida podrá sentirse tranquilo aunque sea unos minutos.

Si salir, como quedarse en casa, es bueno, uno tiene que tomar en cuenta que tanto se beneficia, que tanto uno se castiga, que tanto la imagen viva de ese ente del cual quieres exorcizarte te atormenta. Es sólo cosa de respirar y pensar que esto pasará.



Busca a tus amigos, búscalos, ellos son como una pomadita para las quemaduras que te darán buenos ratos de satisfacción. No es necesario tener que hablar, ellos se dan cuenta de lo que uno anda pasando. Te darán tantos buenos como malos consejos. Sin embargo, lo hacen porque te quieren. 

Tampoco hay que abusar de nuestro papel de lastimado, de vez en cuando llegan a fastidiarse, lo mejor será aprender a respetar espacios y tiempos. Es raro encontrar a alguien incondicional. Ese... ese eres tú mismo.


Si nada de esto te funciona, quiere decir que en realidad, te pareces mucho a mí y que no tienes la más puta idea de que hacer con todo aquello que sientes, porque es mucho y porque es confuso, porque de vez en cuando llegas mucho a odiar a esa persona y terminas por odiarte por sentir aquello. Uno la caga, es cierto, hace no mucho me dijeron que soy como la reina de todas las desgracias, que es como si todo la malo del universo me pasara a mí, cuando no es cierto. Yo también he hecho daño, he causado dolor y malos ratos, hay que "cacharse" cuando uno hace eso. Porque creemos que somos tiernos corderos inofensivos que sólo están a merced de algún sujeto malvado. Y pues no.

Lo mejor es tomarse un tiempo, porque éste es maravilloso y lo cura todo. Bueno, eso me ha dicho una vecina que me vio llorar. De todas formas. Puedo dejarles la lista de las canciones que escucho cuando permití que alguien rompiera mi corazón:

Im not in love - Crystal Castles
Boys dont cry- The Cure
Rompecabezas - Aterciopelados
Los amigos que perdí - Dorian
Miau - Love of Lesbian
Out in the cold - Judas Priest
Coma - Los Bunkers
Que nos va a pasar - La buena vida
Cuídate - La Oreja de Van Gogh
Diamonds are forever - Arctic Monkeys
Us and Them - Pink Floyd
Crimen - Gustavo Cerati
Bolero Falaz - Aterciopelados
Cuando te hablen de mí - La habitación roja
Miedo a toparme contigo - Denver
Volver a mí - Fito Páez 
Maligno - Aterciopelados
Do me a favour - Arctic Monkeys
I love you Porgy - Billie Holiday
Untitled - The Cure
Untouchable - Anathema 
Cry me a river - Ella Fitzgerald
Adiós - Gustavo Cerati
139 Lexatins - Fito Páez

No es una lista muy variada. Lo sé... entre más escucho, más me pongo triste, por eso, evito un poquito hacerlo. En fin, pa quien guste. 


Perdí (Serie perdida de poemas)

Perdí en mi cuerpo

Su voz calmó de cierta forma la sed que habita en mi piel,
permití que profanara este cuerpo mío,
lo dejé
porque sus ojos prometieron abrir la suavidad
que encarna la voz.

Dejé que me llenara de vida,
(era una acción de asombro)
dulce promiscuidad del universo.

Y ahora uso mi olfato para hallar
                                     (en que momento)
su lengua,
sorbió las células en movimiento que originan comunicación
desde la parte más ínfima de mi cabello
hasta la profundidad más áspera de mi vello.

Di por sentada aquella relación entre su barba y mis pies.
Besé sus uñas, 
cada textura de sus pestañas cubiertas de
una intangible unidad de deseo.

Y ya está.
Ya sus cejas no arrastran aquel peso
que en su boca color efímera,
                              (en donde guardó)
la intrínseca necesidad de romperme hasta los tobillos.

Perdí en mi casa

¿Recuerdas la primera vez que te besé?
Sí, no, tal vez...
Yo sí.
Fue en mis terrenos.
Aquél lugar en donde me esfumo y deja de existir el temor.
Te abrí la puerta de ese mundo paralelo al tuyo,
y revisé que no estuviera el amo del universo
                                                 para que violáramos
                                                                    sus normas.
Porque,
en ese sitio
permanecen
todos los registros
de mi identidad.

Te lo hago recordar, para que te DUELA y
entiendas lo que tu signo cada maldita noche
vuelve allanar.  

Perdí en mi calle

Hoy me vi caminar entre los espejos que deja la lluvia
iba camino a casa, 
triste,
confundida,
desolada.
Y aunque sea un lugar conocido,
me sentí en un laberinto.
Las ventanas de las casas juzgaban mis pasos con su silencio.
Saben que me mentí,
y por eso, 
por eso también mi calle,
                   al igual que el vacío
                                me vomitan.

Perdí en mi ciudad

¿Qué sentido tiene escribir sobre esta maldita ciudad?
No tiene tanto que dejó de quedarme como mis vestidos viejos
porque a pesar de querer ser aquel famoso sol naciente
te sigo buscando en aquél café que se hizo territorio tuyo
pero no, NO ESTÁS, ahora tu pulular avanza hacia 
                                                                      aquel viejo y
                                                                            ASQUEROSO
                                                                                     sol poniente.

Nota de la autora, o sea de mí:
No tiene mucho que asistí a un taller teórico-práctico de poesía impartido por un poeta llamado Josué Ramírez, la verdad es que aprendí muchísimas cosas que desconocía y otras que simplemente fui a rectificar. Estos poemas que ahora presento, los escribí mientras hacíamos una dinámica en donde comenzamos a visualizar nuestra poesía desde un cuadro tipo bucle en dónde desde lo macro llegamos a lo micro y viceversa. 

En el primer ejercicio recogimos palabras dichas al azar con la temática del cuerpo, la extensión fue libre, es por eso que es el más grande de esta cortísima serie. Luego en clase, hicimos el de nuestra casa, por último para finalizar el taller de tres días nos dejó de tarea visualizar el poema en la calle y la ciudad. Si se dan cuenta, deberían ser los más trabajados, sin embargo, mi musa no apareció ese día, hahahaha... 

Pauperismo

¿Alguna vez se han sentido con ganas de esperar a que todo pase mientras uno se queda inmóvil? ¿o te has sentido perdido en tu propia casa? ¿no te llega esa sensación de ser algo sin ton ni son?

Bueno, últimamente, ya no sé como describir que es lo que pasa. Tengo "no sé qué", ni estoy triste, ni enojada, ni feliz, ni nada. Como que llego un momento en donde sólo veo pasar el atardecer, o ni eso, prefiero dormir aunque me duela todo el cuerpo.

En efecto he llegado a un estado de pobreza espiritual.

Veo como pasan inadvertidos aquellos gloriosos días, mis días, que hermosa manera de gastar mi juventud. Cuando no sé, debería salir a comerme al mundo entero.

Tan extraditada de mí estoy.

De vez en cuando me funciona el rencor, o el falso orgullo, pero luego, como una brisa inesperada con granizos y rayos, llega el recuerdo de que también fui una maligna para él.

Lamento todo el daño que he y le he ocasionado.

En fin, luego escribiré algo más rico en palabras, porque tan vacía quedé que ahora ya no sé que palabras usar.

miércoles, 28 de junio de 2017

Maligno

Estoy a la coronilla de cualquier pensamiento sobre ti. Hoy tengo tu sabor a tabaco barato, tu olor a sudor extraído de una tarde efímera, aún no me he bañado, tengo miedo de que todo lo que me dejaste se vaya. Cuando tu ya te has ido, y los mosquitos, los malditos mosquitos me recuerdan tu naturaleza de insecto chupa sangre, chupa felicidad, chupa vida. Así eres tú. Y es que caí en la cuenta de que jamás fuiste verdadero, al menos el amor que decías tenerme. ¿Por qué así tan maligno eres?

Seguro me lo advertiste, y yo no quise hacer caso. Creí y confié en ti. Guardé toda mi esperanza en ti. Alojé todos mis sueños, te entregué lo más precioso y preciado de mí, y cuando decidí que ya no estaba bien porque nos estábamos matando, elegiste lo más fácil.

Arruinarme.

Pero, voy a resurgir. Créanlo. Soy mucho más que un mal momento. Y sé que tu lo sabes, tienes el gran conocimiento de que valgo mucho más que todo esto y que toda tu malicia, por eso temes que alguien más me vea, que yo misma lo vea.

Soy un sol naciente.

De mis dedos nace todo aquello que no puedo decir, que no puedo denunciar cuando te veo. Pero hoy, hoy... me di cuenta de lo maligno que eres.

Y por eso, por todo eso, me prometo a mí misma, no volverte a buscar. Jamás en la vida. Ahora tú tienes que hacerlo.

Porque este bello y arrogante sol ya no volverá a iluminar tus días a menos que tu vayas por él. Y si no lo haces, no le importara tanto... porque no hay más ser más bello que el que escribe estas líneas de desahogo, de tristeza, de amor, del todo en el vacío que siempre fuiste tú.

Y aún así, con todo aquello, con todo el mal que representas, con todas las cosas que he optado a hacer por ti, porque por nadie me humillaría más, te amo.


lunes, 26 de junio de 2017

Siento mucho

Siento tanto que las entrañas se arremolinan.
Me duele mucho que en mi pecho se guarden las palabras,
mis ojos no paran de llover,
mis manos te buscan, incisivamente.
Siento demasiado,
es por eso que cada vez,
lo arruino todo,
doy un paso y son 42 hacia atrás.
Y no sé qué vaya a pasar.
¿Qué haré?
¿A quién le puedo llevar este sentir?
Sentir nunca fue malo,
lo horrible está en este estadio
en mi inutilidad.
El no poder articular de manera correcta una oración,
pensar de manera clara
y ser coherente,
Lo que amabas de ésta, la chica de la cual te enamoraste
y ahora la estás reemplazando.
Y aún así prefiero que me mientas
con tal de ver tu sonrisa dibujada por mi presencia.
Siento mucho el haberte lastimado,
dejado,
arrojado...
a merced tuya.
Y lo lograste, lo estás logrando,
ahora soy yo la que se queda estancada,
escondiéndome,
evitando ir a mis lugares...
porque en realidad nunca lo fueron.
Siento,
siento,
siento.
Lo siento.

sábado, 10 de junio de 2017

Reporte de daños colaterales

Déjame contar que aquel sofá que era otra extensión de mi habitación, ya no está.

También puedo comentar que el jardín ahora está más limpio.

Eliminé de manera temporal las cucarachas,

rasuré mi barriga para verla con un poco más de claridad,

abrí un libro nuevo de poesía,

tengo nociones más próximas de lo que no es tener una falange,

cambié algunas contraseñas,

hice nuevos amigos a los que eliminé,

intenté nuevas posibilidades de peinado en mi cabello,

me bajé de un camión a medio camino para hacer pis.

No he descubierto a algún músico nuevo.

Debo señalar que me pegan estos días

porque "cuando llueve se siente culero",

Y el hecho de que me he emocionado

sólo lo que duran las canciones nuevas de bandas que a ti ni fu ni fa,

                                                                                          y sobre todo ni fa.

Y sí, son cosas tan pero tan simples

qué sin embargo,

se volvieron todo lo que quisiera confiarte,

porque básicamente son las que te negué a saber.

Intenté hacer varios poemas,

escribir sobre todo lo que me enloquece y

me lleva a puntos que yo no sabía que existían en mí.
                     
                                                                           Pero sólo sale pura mierda.

Así que mejor sólo lo menciono al aire,

y relato todo aquello que creí que era importante.

Que es importante (aferrándome a ello).

Quisiera que todo lo que saliera de mis apolilladas manos

fueran palabras con mucho sentido y no con tanto dolor.

Escribo y escribo, y vuelvo a escribir. ¿Y qué más da?

Sí aún así lo sigo negando de primera mano.


viernes, 26 de mayo de 2017

Manifiesto al falso poeta

A ti, sí, a ti te estoy escribiendo
tú que piensas que con sólo acomodar palabras rimbombantes
crearás arte.
A ti, maldita sea,
te digo que no me gustas,
que te odio,
que eres basura de retazos de palabras mal usadas.
El peor crimen que puede cometer el ignorante
es creerse su posición de influyente ante el mundo.
No deseo que me mal entiendas.
Odio a las palabrerías vanas,
a las que sólo salen por una iluminación instantánea.
El escribir se ha vuelto una responsabilidad.
que no cualquiera la entiende,
no tienes idea del mal o bien
que un signo lingüístico puede crear.
El poeta es un sirviente del universo,
es un escribano que le presta amor a la vida,
a la muerte,
a la naturaleza,
a lo intangible,
a todas esas razones del ser;
la existencia.
Y tú, llegas y me dices que escribes,
que tu manera de expresar tus sentimientos es a través de las grafías,
por eso te odio.
Porque no tienes idea del peligro que corren tus lectores al observar,
tu lírica,
tus ideas,
tus malditas y egolatras suposiciones.
Esto va para ti, falso poeta,
aquél que por leer a los clásicos ya se siente un erudito,
ese que se siente un maldito por estudiar a Baudelaire o Rimbaud
pero desconoce el dolor ajeno;
y él que aún no entiende,
que la poesía es un ente libre,
es magia empapelada,
es un bálsamo sanador de heridas del corazón,
es manifiesto,
es contracultura,
pero sobre todo...
es verdadera.

lunes, 24 de abril de 2017

Armonía de fronteras

No tiene mucho que intervine este pequeño reportaje, artículo, sea lo que sea de Björk en la revista Chido Buap, la cual... está dos dos. En fin... este fue mi resultado.

Espero y les guste.



sábado, 1 de abril de 2017

Otra madrugada exiliada del sueño

Desde pequeña fui siempre muy curiosa,
me gustaba investigar sobre la nada,
acababa deprimida,
jamás encontraba tu voz.
Sola entre papeles dormitaba,
imaginaba un mejor porvenir para mí,
viviendo lejos como el sol,
y eme aquí, tan triste.

No es que no cuente,
o que no de vista de aquello,
(que se supone que deba)
perdí el motivo.
Creí verlo en tus sonidos.
Desee que fuera así.
Siempre es en perspectiva reflexiva.

No sé utilizar las palabras correctas,
te hiero,
me lastimo,
somos castigadores.

¿De verdad quise esto para mí?
El hallarme fúnebre por no satisfacer,
por no entenderte,
por no saber que querer,
que aguardar.

¿A dónde quedaron mis nubes infantiles?
Tan enamoradiza,
tan inocente,
tan frágil,
tan idiota.

Dudo en la eficacia de mis sentimientos,
no puedo acercarme tan fresca;
marchita.
La náusea regresa,
te extraño,
me extraña el hacerlo.
Yo no era así.
Sólo era curiosa.


martes, 21 de marzo de 2017

No hay más

Hoy siento como me hormiguean las manos,
tal vez sea una señal de que al igual que a ti,
algo debo dejar.

Ya no eres una sombra en mi vida,
ni un tema intocable o algo que cause pena y dolor.

Eres enojo,
alegría,
y de vez en cuando, frustración.

Te quise mucho,
te quise cuando te desangrabas,
cuando me mentías,
cuando tus ojos se perdían en mis piernas,
cuando no me defendías,
cuando alguien estaba antes que yo,
cuando presumías,
cuando regalabas,
cuando estabas con alguien más.
cuando eras bueno,
cuando eras un demonio.
Te quise tanto.

A veces, el enojo es más grande
que todos nuestros enormes recuerdos,
me enoja tanto que jamás vieras más allá.

Y siempre así te quise.

Tal vez así tenía que pasar...
entregar tanto a alguien,
hasta quedarme seca,
drenar todo eso que me hacía feliz.

Seguro debía crecer,
ser alguien más serio.

Porque puede que esté buscando responsables.
Una víctima más de mis crímenes.

La alegría viene en dosis pequeñas,
cuando veo todos aquellos fragmentos,
los vidrios rotos,
como si fueran pantallitas de días vividos.

Me diste tanto afecto,
atención y cuidados.
Eras el chico perfecto.

Y luego como marea que cubre la arena
llega la frustración.
Porque claro que lo eres...
me volvías loca, tenía ganas de azotarte
de hacerte entender
que no tenías que entenderme...

Pues era lo bonito de nosotros.
(Que sin esfuerzos, siempre nos llevamos bien)

Y por eso te digo adiós.
Porque todas las esperanzas y ganas
(que eran más ansias que nada)
se fueron, huyeron o se escondieron,
no las encuentro,
y tu mera presencia es...
irritación como hongos en la piel.

No hay más que decir,
no hay más que hacer.
No hay más.