miércoles, 20 de diciembre de 2017

Criptonita

Hay tanto que quisiera escribirte, contarte, hacerte ver, bailarte, actuar y hasta cantarte. Hay mucho que quiero mostrarte, hay un millón de comentarios que nadie le interesa que sólo a ti quisiera comentar. Sin embargo, ya no hay más de eso.

Ya no hay más escapadas justo a la hora mágica, ni pretextos bobos para verte, tampoco ya no hay una molesta sensación causada por los nervios a que llegue un mensaje tuyo. Y mucho menos un correo.

No hay nada de eso.

Y a veces, parecer ser, que jamás debió haber existido eso. Tal vez por eso pasaste inadvertido en mi vida. Sí, seguro era eso. Seguro el propio destino o hado mágico de la vida y catástrofes me cuidaba hasta que se hartó de mí.

Antes de conocerte, me sentía como una súper chica, como esa canción de Kakkmaddafakka, "superwoman". Por eso es que desde el principio te nombré Criptonita. Eres peligro, tóxico, dañino, malo para la salud y también para enfrentar la verdad.

Y la verdad es que no estoy molesta. ni enojada, estoy triste.

Pero eso no lo sabrás, porque yo sé que nada de eso te importa.

Así que simplemente escribiré, escribiré, y volveré a escribir lo que siempre quise contarte. Es complicado porque no hay respuesta. La puedo imaginar, y es una muy simple. Ni siquiera es una palabra o interjección. Es algo así como una mueca. La veo en este momento, tus labios yéndose para bajo, tus ojos de gato bodeguero entrecerrados, tus hombros hacia arriba. Sí, de nuevo apareció en mi cabeza.

Me cuesta un poco ordenar las ideas, pues hay toda una lista entera de cosas por recitar, por ejemplo, el lunes pasé por unas calles del centro del Defecable, y vi unas calcetas de unos reptiles que son como súper héroes, y tú ya sabes quienes son, y pensé en ti, y en llevártelas y luego recordé que ya no te hablo. Sé que te hubieran gustado.

Hace rato recordaba de la última vez que me quedé en tu guarida, había momentos en donde sentía que ya no te agradaba mi compañía, de hecho todo el tiempo que te vi, sentía eso. Siempre lo sentí. Nunca existió como esa confianza... para que te creyera, y que bueno que no lo hice, si así dolió, si así se rompió lo que tengo de músculo latente, realmente, no sé como hubiera quedado. Pero ese es mi dramatismo charlando otra vez.

Sí, siento que me rompí un poco, me quebré como persona. Ahora estoy más convencida de que no ha llegado nadie que me llegue a los taloncitos, pero tampoco yo le llego a alguien.

No quiero migajitas, no quiero quedarme y conformarme con lo primero "estable" que se presente. Carajo, tú, tú, tú.... maldita Criptonita, en verdad me gustabas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario