lunes, 29 de junio de 2015

¿Y ahora?

Las siguientes líneas de este tratado cuentan como perdí el sentido de saber lo que es estar bien. Incluso antes de estar con alguien no sabía cual era mi gran meta, siempre hay una voz que todo interrumpe, y si no es una voz, es una penumbra que se instaura en mi estado de ánimo la cual me impide hacer todo lo que tenía en mente hacer.

Ahora, como siempre, busco un soundtrack que vaya acorde a las situaciones en las cuales me veo envuelta. Un poco de los Pixies, un poco de Placebo, otro poco de Anathema, o era Tune Yards en fin un poco de un poco... Nada me satisface, ni el mísmisimo Robert Smith. ¿Es qué acaso ahora me atrae más Bowie o regresará mi fiebre por Corgan? No. No es nada de eso.

Este soundtrack es diferente a los demás.
Pero es pura mentira. Sólo cambio de gustos para no pensar en el pasado.

¿Era bonito? ¿Era agradable?
Y si así fue, la lluvia ya se la llevó.

¿Por qué te extraño? ¿Por qué los extraño? ¿Por qué no mejor me extraño a mí?

Apatia.

Analizando las cosas que dejé de hacer me doy cuenta que tal vez si era buena transgrediendo los umbrales de la ignorancia, es decir, hacer las cosas sin pensar.

Dejé de pintar.
Dejé de escribir.
Dejé de crear.

¿Es tan difícil volverse a encontrar?

Vi mis fotos viejas, siempre he sido extravagante, en algunos momento me sentía bonita, como cuando me gradué, estaba furiosa, pero de igual manera... esa noche fue mágica.

O como cuando cumplí quince y usaba ese vestido rosa, que aún uso y conservo... ese que tanto les gusta a los chicos porque pueden ver más allá de lo que dejo notar.

Nunca he tenido un bonito cuerpo, siempre una linda cara.

¿De qué sirve si ahora no puedo ni sonreír?

¿De qué sirve todo esto?

Y pido al hado de las ilusiones que me ayude a encontrar de nuevo el fervor que le tenía a la vida, a las grandes aspiraciones, y no sólo a un momento, sino por unos prolongados años para que así jamás deje de brillar.

Porque si me preguntan estoy en el lado oscuro de la luna, soy ese lado oscuro y vacío.

Deseo nuevamente deslumbrar.

domingo, 28 de junio de 2015

Perfectos perdedores

¿Recuerdan esa canción de Beck la cual tenía un corito en español?

Bueno, estos días así me he sentido, "yo soy un perdedor, I'm a loser baby..."

Todo comenzó el día en que me di cuenta de que M no era feliz conmigo, y tristemente fue tarde. Uno puede oler las mil y un razones por las cuales las personas se alejan o se comportan de manera distinta, yo no quise hacer caso. Y quería confiar cuando jamás confié. Fui ingenua y creí que con amor y reproches sobre ese gran amor que tanto alardeo tenerle, bastaría. Qué tonta.

M se fue. M ya no está, M no quiere saber nada de mí. Me quedó claro, y se fue alejando rápido, como cuando uno huye. Tal vez él huía y yo no me daba cuenta. M está en mi mente.

M en la ducha.
M en el auto manejando.
M sonriendo.
M tocando mi pecho.
M bailando.
M llorando.
M gritando.
M limpiando sus lentes.
M cantando a todo pulmón.
M hablando.
M dándome la mano.
M frustrado.
M gimiendo.
M yéndose.

Pero aunque M se haya marchado, y haya prometido volver. Mi corazón y mi mente saben muy bien que eso no es así. Nadie sabrá lo mucho que lo amé, más que él y yo. Nadie más puede ser testigo de esto más que nuestras manos y ojos...

¿Qué, qué pasó?

Ni siquiera yo lo sé. Yo no quería que esto sucediera. Amo muchísimo a M. Lo amo a tal grado que estoy escribiendo sobre él.

Lamento humillarme, lamento que él lo tome así, lamento tantas cosas... lamento no poder olvidar y negarlo cómo él a mí.

Él ahora finge que jamás existí... y eso me hace pensar que tal vez también me tire a la basura, lamento no ser suficiente para él. Y por eso es que soy una perfecta perdedora.

Perdí, de nuevo, el amor de una persona.

No tengo idea de dónde podría estar o en qué lugar lo dejé.

Pero él al igual que yo, perdió. Nadie ganó nada, él tal vez la compañía de una sensual húngara, tal vez sea el amor de su vida, tal vez el se sienta un verdadero triunfador. Porque aún sigue negándose que ha perdido...
y si él perdió algo fue
mi sonrisa
la risa de la luna.

No parece mucho, tal vez no sea mucho. Sin embargo, así es cuando quieres que te mientan. Cuando buscas desesperadas mentiras para no sentirte mal de que haya terminado todo el amor, todo ese cálido y tenue sabor a mandarinas que sigo buscando de M en las noches.

No sé cuando podré enterrar todo lo que en esa madrugada M mencionó. Espero pronto.

(Porque ya no quiero perder)