viernes, 26 de julio de 2013

El primer día

El primer día sin ti, aquel bastardo y desdichado día quisiera olvidarlo, sin embargo ese mugre día traspasó el límite de lo apacible. Realmente no me percaté de lo que con cierta maquinariedad hacía. Puede ser que haya llorado, y si lo hice no lo recuerdo del todo bien.

(Busqué desesperadamente confiar en alguien como cuando confié en ti).

Las clases que debía dar las di con la mayor fuerza de algún mágico sentido de la responsabilidad. No obstante terminé mencionando tu actual estatus sentimental en mi vida.

-Sí, a mí... (me detuve un momento, tomé aire, miré hacía arriba y continué) ex-novio, igual se le pasaron las fechas.

En el segundo que todo concluye en silencio, el soportarlo se había vuelto el proceso más estresante y ahogante de la existencia humana. Sofocaba y volvía intransigente el momento. Salí a fumar.

(Llovía fuertemente... tal vez eran las lágrimas que no me permití dejar salir).

Llegó, nuevamente, la calma. Escuché la canción con la que alguna vez me recordaste en un efímero pero profundo sufrir. Regresé a casa, mi cara estaba incluso más demacrada de que cuándo no duermo en semanas.

Lo demás fue sublime, fue un sueño.

¿Sabes qué... ?

Ahora ya no quiero escribir más sobre ese día, podría escribir sobre los días consecutivos, los días que pasaron como ése, del día de hoy, o del día en que me dijiste adiós.

¿Y en verdad tiene sentido recordarlos... recordartelos?

No, no lo creo. No es despecho, no es arrogancia, no es ni siquiera un falso odio desdeñado de un amor tan intenso. No, no es ni madres de eso.

Es simple y mero consuelo.

El primer día cómo el último te pertenecen a ti. Pero a mi me pertenecen todos los demás que he estado y estaré sin ti.




sábado, 20 de julio de 2013

Sacrificios

La mayoría de las personas que conozco alguna vez me han dicho que deje de fumar, entre esas personas estabas tú. Eso no te hace más especial, ni menos importante en mi vida. Tú tienes un lugar, único e ínfimo. Y aún así, aunque lo haya intentado no dejé de fumar, y honestamente no creo dejar de fumar porque alguien me lo pida, pues al final me ibas a dejar y por ti iba a dejar de hacer algo que realmente me gusta.

Yo jamás te pedí que dejaras tus videojuegos, o el gusto extraño y casi psicótico que tienes por las galletas, tan sólo te pedí lo que tu me pedías al dejar de fumar... sacrificio. Cómo lo mencioné anteriormente, lo intenté, lo logré por un tiempo, y aún así, tu no sacrificabas mucho. Dejé de hacerlo porque alguien existía en una relación dual, la tuya, la mía y ella.

No lo entendía, y lo entendí hasta apenas unos días... te empecé a tratar mal porque en el fondo no perdoné eso, tan sólo de palabra... pero dentro, muy profundo en mi corazón.... no, no lo hice. Y era mi forma de decir... "te amo, pero no soy idiota".

Y luego yo... te defraudé. Era enfermiza nuestra relación si se ve desde este punto de vista... Pero... lo que importa, lo que realmente era especial, era el verdadero amor que sentía, y que siento por ti.

¿Qué si estoy decepcionada...?

Bah... eso es poco.

Suena estúpido, pero aún así, en la oscuridad busco tu luz, busco alguna señal de que realmente importé y fui algo bueno, o ya tan sólo un algo en tu vida.

Yo sé lo que soy, lo que digo, y lo que valgo.

Y valgo el más sincero amor, no esas migajas las cuales me acostumbré a consumir. Regalos siempre habrá... pero besos y abrazos como los que compartimos, jamás.

Sacrifico, carajo, sacrificio... es lo que intento hacer hacia mis más recónditos odios y rencores. Sólo hay que transformarlos...

Y se metaforsean en un amor sin fondo, en un amor vacío, en un amor hacia la nada... pero con el amor no se lastima, no se daña, se cuida.

No estaré contigo. Pero un ente divino, un hado mágico, el mismísimo Dios... te cuidará, si es que tu quieres que sea así. Y si no, a él no le importará tus desprecios, el seguirá por mí, porque yo así se lo imploraré...

Sacrificaré todos mis recuerdos para que no se metan en tu vida, sacrificaré todos mis deseos de estar contigo para que no se entrometan en tu camino, sacrificaré el amor que te tengo para que adelante sigas...

Sacrificaré, sacrificaré, y volveré a sacrificar sólo para que sonrías.

Así de profundo amo, así de inmenso te quiero, y así de intenso crecer, intento.

jueves, 4 de julio de 2013

Difícil

Después de no sé cuántos días de terminar lo que tengo que terminar, deseo empezar con lo que no dejé pasar, o lo que aún no dejo pasar. Es difícil, estaba tan acostumbrada a que las situaciones fueran difíciles, pero esto, esto vida mía, ha sobrepasado el límite, tal vez, es por eso que estoy en un estado de "stand by" cómo las cámaras de video, cuándo simplemente está el foquito verde pero no filma nada, así justa y precisamente estoy así. No grabo, no hay un verdadero registro de estos días.

Quisiera poder explicar más, sin embargo, temo que si me adentro terminaré con la poca cordura que me queda. Y ha decir verdad, la necesito todavía un poquito más.

Difícil
¿no crees?

Estoy almacenando por dentro como si fuera un déposito de basura, y aún así trato de reciclar tu nombre cada vez que algo cae en relación a ti. Sabes no me molesta, es más hace rato estaba diciendo "Oh -tú nombre- me regaló esto cuando fuimos a...".

Sin embargo, cuándo alguien menciona... ¿cómo fue que él te dejó, cómo te sientes, es para siempre? Mi pequeño corazón cruje como hojuelas de cereal aplastadas, se quiebra como cuando no se sostiene un vaso al lavarlo, se corta como la crema de limón.

Y cómo te mencioné antes, es difícil pero no imposible. No quiero ser romántica, en el hecho de aquella corriente, pues tal vez caería en un suicidio cómo el joven Werther de Goethe, y no, no es para tanto. Por el momento tan sólo me predestino una mentira, sí, el estar bien. Y eso me funciona, siempre y cuándo no pase alguna canción de Clapton o de Sabbath (porque si pasan ya se jodió la cosa). Te explicaré cómo me sirve el mentirme, me miento y me la creo. Finalmente, el estar bien se vuelve una mentira verdadera, dando cómo resultado el que yo esté completa y sinceramente bien.

Entonces así uno se puede dar cuenta que es fácil estar bien...
... lo difícil es que lo olvidé sin tu presencia.