sábado, 28 de marzo de 2015

Besos

Mendigo besos porque es lo único que sé, que se hacer bien. Porque de esa manera bajo miles de calorías al día, porque me hacen sentir feliz, porque cuando te enojas ellos hacen que me acerque más y más a ti. Me gustan los besos porque es la manera más fácil de decir a alguien que lo amas como que también lo odias.

Si por mi fuera besaría a todos aquellos que me atraen, que quiero y que respeto. Besaría a la flora celestial de tus ojos. Besaré tus lágrimas cuando te sientas derrotado. Besos y más besos. Amo besar, tal vez tanto como amo pintar, y aunque no lo crean cada vez que hago el amor contigo utilizo mis labios como pinceles para dibujar la más grande obra de arte en el universo en tu nítido cuerpo.

Beso por cólera cuando siento impotencia por la frívola realidad, beso por lástima cuando no sé que hacer al verte tan triste y acongojado, beso por enojo. Pero el peor beso que he dado es cuando sé que no habrá un reencuentro. Cuando es para siempre, cuando esos labios marcados por mi más dulce amor se mancharon con el desprecio del ser, cuando son sustituídos y no recordados.

Beso por singulares razones en el planeta, me podría besar cualquiera, sin embargo no a cualquiera. Suplico besos a aquellos corazones que se sientan en la pradera en espera del primer amor, rompo su corazón de manera sútil para que vean que besar puede significar más que una simple acción. Un beso sin amor es como una marchitada flor, con un principio bello pero podrido por fuera.

Besos
suaves
nítidos
en contraste
con la brisa
de un mar distante
          flores
y más de ellos
tús labios
         y el alhelí
risas estruendosas
tu aroma
mi sexo
todo culminando
en un
S U E Ñ O.

sábado, 21 de marzo de 2015

Tanto como él

M lo volvió a hacer. De nuevo olvidó mi existencia, pero es muy obvio, en realidad creo que la mayoría del mundo olvida mi presencia. No es su culpa, intento reprenderme, no es su culpa, trato de convencerme. Sin embargo, aunque uno intente no agredir esos umbrales de las intenciones, duele.

M otra vez me dejó en casa, pero es entendible soy un gato. Ya no es como antes, como cuando era tierno y bonito, cuando era novedad. Ahora estoy gordito y grande, ahora me quedó en mi jaulita a pesar de que siempre está abierta para ir por agua y comida. Lo malo es que últimamente hasta alimentarme se le pasa.

Trato de entender a mi amo, en serio que lo intento, él dice que me quiere mucho, que soy su minino favorito, pero cuando lo veo salir y me asomo por la ventanita su suspiro de hartazgo me llega hasta aquí, a dos pisos arriba.

Había ocasiones en las que él se quedaba en casa conmigo a jugar, veíamos las televisión o lo ayudaba a cocinar, pero ahora sólo lo veo por las noches cuando llega al departamento, es cuando lo saludo, me acerco a él y lo limpio con mi lengüita. Pero supongo que a él no le agrada, porque se aleja.

¿Es qué acaso he sido un mal gato?

Tal vez sí. Es cierto que a veces me gusta jugar en su pancita, y que no hace mucho me comí el boleto de estacionamiento, no pensé que fuera serio, pero lo fue. Se enojó tanto que en el baño me encerró, y él sabe cuando odio ese lugar. Maullé y maullé, y no abrió la puerta, hasta que me quedé dormido y desperté en mi jaula encerradito sin mi mantita para arañar, fue una noche terrible, creí que me iba a tirar.

M es para mí la mejor persona, mi humano favorito. Él me rescató cuando a mi antiguo dueño le dieron una perrita y me dejó en una cajita junto a un basurero. Yo amo a M. Y sentía que M me amaba también. Lo hacíamos todo juntos. Y yo sigo haciendo las mismas cosas, pero el vacío de él me hiere.

¿Qué si he pensado en fugarme y encontrar otro dueño? Claro que lo he hecho, pero tengo algo que no tienen los demás gatitos, y eso es lealtad. No sé si M lo vea, o lo entienda, espero que sí, porque yo quiero envejecer con M y ver como crece más de lo grandioso que ya es.

Oh que veo ahí, si es él... voy a acercarme sigilosamente.

-Meow, meow. -¡Qué bueno que ya llegaste! Eso es lo que le digo, mi colita se levanta y baila felizmente.

-Ah eres tú. -Responde una voz omnipotente llena de cansancio y desgano, suspira y lo mira con desdén como si el gato entendiera un universo más allá que esas cuatro paredes. -Luego charlamos.-Y se marcha a su habitación apagando la luz dejando a un gato asustado y triste, tanto como él.


lunes, 16 de marzo de 2015

Vacuo

En estos días, me he dado cuenta de lo tontos, idiotas y vacíos que solemos ser al preocuparnos por cosas tan vanas y tan faltas de importancia. Sin embargo, a veces, se me olvida que la importancia y la relevancia nosotros se la damos.

Somos, en algunos momentos, una especie de Dios el cual dedice que es lo que realmente vale y lo que no simplemente lo desechamos en un vacuo licuado de dudas. Estos días, he revisado, como si fuese una especie de espía o de psicótica, las cuentas de muchas personas. Algunas las conozco y a otras no, al principio lo hacía por la curiosidad, el morbo, pero después fue como un objeto de estudio. Luego de un rato me aburrí y me entristecí.

Todas sus ideas me parecían carentes de sentido; y es que de aquellas personas que conozco, me decepcioné más al ver lo humanas que son al igual que yo.

Cuando llego al colegio me encuentro con rostros ajenos a las sombras ya conocidas, veo sus caras, sus expresiones, y me aterra en lo profundo saber que soy para ellos. Y muchos dirán pues qué te valga madre, pero... ¿realmente lo hacemos? En la cotidianidad buscamos agradar a muchas personas, porque queremos sobre salir, ser seres imponentes e importantes como para marcar cánones de comportamiento y tendencias a seguir. Queremos ser Dioses desterrados y odiados por nuestra generación para ser idolatrada en una futura sociedad.

Pero, reitero, somos tan pinches vacíos, que no nos damos cuenta de todo esto, y no estoy diciendo que yo no lo sea por notarlo, no. Lo admito, soy igual de hueca que toda esta idiosincrasia en la que me tocó vivir.

Al menos sabemos que no estamos perdidos, tenemos GPS para encontrarnos o tan siquiera para presumir en dónde hemos estado. La vida ha dejado de ser tan sencilla, lo curioso es que al tener más cosas que nos facilitan la vida, y hacérnosla más... "sencilla", en realidad a creado un efecto totalmente contrario. Nos hemos vuelto flojos, y faltos de ganas por marcar una diferencia en las artes, en la cultura, en la inteligencia de la espiritualidad, nos cultivamos a lo idiota. Retenemos y memorizamos información como simples vasijas, como robots programando nuestro próximo comando.

Olvídamos cosas tan primordiales como la libertad, la cual la tenemos en nuestra mente, peleamos causas perdidas cuando en realidad lo que está perdido es el alma de uno mismo; ser mejor hacia su entorno, es decir, de poquito en poquito hasta llegar a un colectivo. Ser alguien bueno, sin tener que ser retribuido.

Somos una sociedad de oferta y demanda. Y eso, me enferma. Es por eso que a pesar de tener tantos pedos mentales y sentimentales por creer que soy la víctima del mundo intento mejorar mi perspectiva sobre la vida, trato ya no de quejarme abiertamente por la estúpidez de los demás cuando puede que esté más idiota que ellos.

Es cierto, no soporto las quejas de situaciones tontas como no ir por un helado, no ser saludado por alguien, que todo mundo te juzgue porque hiciste algo malo en el pasado. Empero, todos, en un momento de nuestra existencia nos hemos quejado y sentido así. De modo que intento darle la vuelta a la página y ser mejor.

Eso no significa que de un día para otro amaré a esa persona o soportaré su pinche mala vibra, porque hay que también recalcarlo hay personas que quién sabe por qué, les gusta ser mala onda. Les llena de felicidad o es la manera en como les enseñaron a conseguir logros.

Y esas personas falsas son las que más detesto. Sin embargo, también son las personas que más ayuda requieren, porque pienso que sus sentimientos están infectados por un virus maligno y nosotros tenemos el antídoto para mostrarles que no todo está perdido.

Por lo que para terminar esta letanía llena de inconformidades ante la pequeña sociedad que me rodea, me gustaría mandarlos a la chingada y decirles que jamás he necesitado de su aprobación, cariño y admiración. Lo cual es una mentira, porque muy en el fondo de mi vacío ser eso busco, por eso tanta pinche llamada de atención en cualquier estilo que llegue a conocer a veces es consciente y la que más llego cometer es la inconsciente...

No digo que lo cambiaré, sólo mejoraré, mejoraré... tal vez eso algún día haré.

sábado, 7 de marzo de 2015

Cántame una línea de tu canción favorita

Cántame una línea de tu canción favorita porque en ese momento me enamoré de ti. Recuérdame porque debo estar contigo y únicamente contigo. Dame excusas para que tome fuerzas del viento y pueda continuar sonriéndote como cuando te besé por primera vez.

Aún me niego a creer que este gran amor aferrado que siento por ti se desvanezca y perezca al ritmo de la música de una ciudad perdida la cual conocemos muy bien.

Hoy de nuevo me desperté con esa sensación de perder, de otra vez tener que volver a reconstruir los pedazos de un miembro imaginario. No sé porque está sucediendo esto de nuevo, tal vez y sí hay algo malo conmigo. Tal vez yo induzco a las personas a sentirse perdidas, inseguras y confundidas. Porque yo lo soy, no todo el tiempo, sólo cuando pierdo el control y las ganas de vivir por miedo a fracasar algo que no he intentado, cuando me dicen que no, cuando se alejan de mí, cuando soy yo en mi forma más oscura...

Sin embargo, lo último que quiero oír de ti es la canción en dónde me dices que tienes que partir porque es mejor para los dos.

¿Para ti, para mí, para el mundo?

Y me hace preguntar si fue buena idea hacer una coalición de planetas totalmente diferentes tú eres Urano y yo soy una soñadora Saturno, tus pies siempre están en la tierra y los míos quieren estar en la luna bañados de traviesa tersa blanca arena.

Hoy no se trató de ti.
Hoy como siempre quise, egoístamente, que se tratara de mí.

Ahora lo entiendo, ahora veo porque difícilmente alguien puede atarse a mí, es porque el brillo que porto es sumamente extraño, tanto que pocos lo han podido notar, a pesar de que es un brillo, y cuando creen haberlo logrado, este brillo desaparece, se va, se esconde, pasea por el espacio en busca de estrellas con las cuales compararse, con las cuales jugar, y cuando regresa es demasiado tarde, porque nadie pudo agarrarle su paso.

Mira el cielo, tan oscuro, tan nublado y tan lejano, velo, admíralo, siente mis palabras susurrando tus oídos, y cántame una línea de tu canción favorita.