martes, 20 de octubre de 2020

Y ahora ardo por ti como un pagano

No te conozco,
tampoco sé si estoy dispuesta:
si lo estuviera
tendría que abandonar
algo que siempre estuvo roto,
mover mis pies a la arena,
entender lo difícil que es
prender un cigarrillo
frente al mar.

Tendría que 
aceptarlo frente a ti
y al miedo apaciguarlo 
con tu voz luz.

¿Será suficiente con eso?

Yo no sé nada de ti,
me gusta inventarte historias
dudando siempre sobre el agrado en éstas,
no te conozco.

Pero así es el destino,
es un  hado malvado
que sentencia
que presenta
y que juzga.

Me quema la braza sonrisa
arde porque no te conozco. 
Y aunque te reescribo 
mis huellas en la arena inexistente 
son desterradas.

Y ahora ardo por ti
               como un pagano.