viernes, 26 de mayo de 2017

Manifiesto al falso poeta

A ti, sí, a ti te estoy escribiendo
tú que piensas que con sólo acomodar palabras rimbombantes
crearás arte.
A ti, maldita sea,
te digo que no me gustas,
que te odio,
que eres basura de retazos de palabras mal usadas.
El peor crimen que puede cometer el ignorante
es creerse su posición de influyente ante el mundo.
No deseo que me mal entiendas.
Odio a las palabrerías vanas,
a las que sólo salen por una iluminación instantánea.
El escribir se ha vuelto una responsabilidad.
que no cualquiera la entiende,
no tienes idea del mal o bien
que un signo lingüístico puede crear.
El poeta es un sirviente del universo,
es un escribano que le presta amor a la vida,
a la muerte,
a la naturaleza,
a lo intangible,
a todas esas razones del ser;
la existencia.
Y tú, llegas y me dices que escribes,
que tu manera de expresar tus sentimientos es a través de las grafías,
por eso te odio.
Porque no tienes idea del peligro que corren tus lectores al observar,
tu lírica,
tus ideas,
tus malditas y egolatras suposiciones.
Esto va para ti, falso poeta,
aquél que por leer a los clásicos ya se siente un erudito,
ese que se siente un maldito por estudiar a Baudelaire o Rimbaud
pero desconoce el dolor ajeno;
y él que aún no entiende,
que la poesía es un ente libre,
es magia empapelada,
es un bálsamo sanador de heridas del corazón,
es manifiesto,
es contracultura,
pero sobre todo...
es verdadera.

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