domingo, 22 de agosto de 2010

Oh mi amor...

No me digas las palabras del adiós. Tu sabes bien que sufriría, pero oh mi amor, mi querido amor... a ti tal vez eso ya no te interese ya ni siquiera te haz de acordar que yo he sido la que más te he amado.

Y es que en ese desierto que hay, yo te veo caminando y alejándote más y más, oh mi amor tu no sabes lo que daría por ti, porque me rescataras de esa pesadilla en dónde el halcón me come. La melodía que habita dentro de nosotros ya no suena con la misma fuerza... no me digas adiós.

Oh mi amor, ¿por qué eres tan indeciso? ¿acaso es por qué yo estaré ahí por ti para siempre? Tu sabes que la muerte es lo único que me separa de ti, y es que si decides vivir en un desierto, sin pensarlo te seguiría. Pero oh mi amor... el desierto está en mi corazón.

Últimamente el sol no ha salido, las nubes lo tapa, ¿acaso a ti te pasa eso?, pero al final en la noche, después de que la lluvia tocó su melodía, se ven las estrellas ¿por qué no te despejas así? Oh mi amor...

En mis entrañas todo está bailando en un desierto... extrañándote, anhelando que no sean las palabras del adiós.

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