La manera de conocerte fue un tanto inusual. De hecho aparte de extraña fue rara, creo que es del tipo de presentaciones que nunca en la vida se olvidan.
Y puedo también decir que me dejé llevar por el momento, por la situación y así alcanzé un poco más, una porción de la locura que te envuelve. Esa que se queda enredada en tu cabello. Es sorprendente.
Recuerdo como fue nuestro primer beso, estaba lleno de insertidumbre, de deseo, de sentimientos rebuscados, lleno de cariño y curiosidad. Fue místico-clandestino.
Me miraste a los ojos, sentí el cosquilleo en mis mejillas del rubor, que poco a poco se iba subiendo de tono, hasta quedar sonrojada.
Te miré y puedo asegurar que mis ojos tenían un brillo especial, desconfio realmente si entiendas esto, pero la verdad es que me gustas tanto.
Realmente me da lo mismo que te sea indiferente por el momento, creo yo que pronto caeras y me querrás.
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