jueves, 26 de enero de 2017

Me duele el corazón cada vez que pienso en ti,
me duele mucho,
como cuando te dan un golpe,
o cómo cuándo me reanimaron de aquél ataque de pánico,
que sí...
alguna vez contigo me dio.

Me duele mucho cuando escucho aquellas voces lejanas
que me recuerdan
que estás ahí cómo llaga.
Me duele cuando creo extrañarte,
pero no lo hago.

Aprendí a no hacerlo.

Y aún así no aprendo a que dejes de doler.

Tal vez... sólo si tal vez...
verdaderamente te odiara.
Si realmente estuviera decidida
a pulverizar y llenar de cenizas ese cariño.

Pero sé que no tiene sentido,
porque te lo dije...
eres nada.

Una nada que era todo para mí.


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