lunes, 31 de agosto de 2015

Fin de mes

Muchas veces espero el fin de mes tronandome los dedos pues el dinero no alcanza y siento esa presión en mis hombros flacuchos y amplios. Sin embargo, este fin de mes es distinto a los demás, hoy fue un buen día. Claro que lo fue, en retrospectiva fue uno de cincuenta-cincuenta de los que he tenido en este mes.

Debo admitir que desde que comenzó he estado a la espectativa de la llegada de M. Tenía miedo a enfrentarlo a verlo y que me ignorara o me viera con la sosobra del rencor. También mandé al carajo a E

Volví a ver a alguien que mi mente presumía y vociferaba que me le encantaba. Cuando en realidad creo que hasta me cayó más mal de lo que sospechaba. Encontré alguien con quien poder entenderme cuando quiero ser brillante pero después me siento tan triste y vacía como cuando llegué.

No me ha ido mal, tampoco bien. Es el tiempo de la canícula lo que hizo que sintiera eterno este resplandor de las últimas esencias del verano.

Busco y encuentro. Lo esperé, y lloré desconsolada porque no pudo amar mi más transparante forma de ser. Soy alguien melodramático, alguien que como puede reír euforicamente, mira desafiando la profundida del ser, y presiona y presiona hasta llegar al núcleo de los pensamientos centrales. Los deseos ocultos y desteñidas verdades.

Quería ver que pasaba este mes, para ver que tanto podía soportar. Amortiguar por mí misma... el alejamiento, la incertidumbre, el desdoblamiento y el desapego.

Mi corazón no funciona muy bien, lo intenta. Algo les puedo decir, he crecido. Ahora sé que es mejor enfrentar todos aquellos temores que estar a la espectativa y buscar Stanleys por la vida a ver si uno de ellos es el que con tanta comodidad y alegría me traía a casa.

Ya no están sus sonrisas. Ahora sólo las mías, las que quiero mostrar. Un poco de valemadrismo, otro poco de egoísmo una pizca de falsa seguridad, alzar las pompas a la hora de caminar y con mis ojos lo demás ignorar.

Espero volver a encontrar a mi musa, a mi hada, a mi reina destronada y prometida. Debo encontrarme porque no estoy perdida pero si desintegrada en este glorioso fin de mes.

¡Qué bueno que acabó!

(Porque como tú, jamás volverá a regresar, tan sólo en mi mente... en mi mente, podrá estar).



No hay comentarios:

Publicar un comentario