domingo, 7 de febrero de 2016

D

Ya no quiero ser hermosa, ni graciosa, mucho menos ingeniosa o interesante. Nada de eso sirve. 
Al menos no para besarte.
Para que me beses hace un falta un poco de ebriedad,
mucha sinceridad,
vago misticismo que viene de las miradas letales,
ser falta de principios
con mucho valor para correr y no ser por la policía detenidos.
Hace falta dejar de ser inocente
un poco más elocuente.
E infantil... para justificar el que un glúteo te toqué.
A pesar qué, tu obtuviste más que un beso al estrujar mi seno.
Para besarte, digno demente demonio de diez días... 
Para besarte... me hace falta todo.
Y cuando te beso,
no hay nada.

Este poema es para D. Él sabe quien es. y dudo que alguna vez lo vea a menos que yo se lo muestre, como cuando le mostré que ya lo conocía antes de haberlo visto.

¿Se acuerdan del sueño bello de verano?

D, es ese chico.

Ahora D, no significa mucho para mí. Tan sólo fue la reafirmación de todos mis errores y el que tengo unas ganas loquísimas de tener con quien pasar mis domingos a las seis de la tarde y no estar sola durmiendo como si no hubiera algo mejor que hacer.


Estoy segura que si D y yo, no estuvieramos tan rotos, él tan malvado y yo tan "inocente". Hubiera escrito de como me enamoré de él. Pero no, ni eso sucedió.

Ya estoy de regreso.

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