sábado, 11 de julio de 2020

Nada va a lastimarte, bebé.


Y bueno, aquí estoy, otra noche platicando conmigo misma y tú lector. En realidad nadie me lee. Pero no importa, a veces uno tiene que hacerse publicidad para ser leído, no soy mucho de poner # ni de poner etiquetas. Tal vez la he cagado más de lo que creo que la he cagado. En fin. Lo que aquí importa soy yo, pues es mi blog, mío de mí y de google. Los que gusten conocer lo que soy lean este blog público. Cómo sea.

Hoy me escapé un rato de casa. A veces me pasa. A veces sólo pasa. Me cansé de sentir que nada de lo que hago es suficiente, y sobretodo saberlo. Fui a llorar con mi mamá. Mamá también escapó de este circo de locos. Y ahora sé que no tiene nada de malo, el problema sigue y seguirá ahí incluso después de haberme ido más de ocho horas.

Lo que puedo decir es que no es fácil vivir con un trastorno mental, y mucho menos ser un trastornado. Hace unos días comentaba que el problema también es esta posición de víctima en dónde uno sin querer cae. Me decían que el mundo y la vida sería más fácil si fueran flexibles las personas y los entornos respecto a los que no andamos bien. Que lo ideal es que entendieran que algunas situaciones no las podemos manejar igual que los demás y por tanto no está de más ser apoyado y comprendido. La realidad es muy distinta.

Papá me dijo que parezco ser una persona bastante charlatana, qué dice algo y al final no hace nada. Hay días y momentos en que me gustaría decirle a mi padre (el cual amo más que a nada) que no es que no tenga la la intención, ganas o voluntad. Es que no puedo, y no porque la yo consciente se limite. Sino porque hay algo que me sobrepasa. Papá piensa que con un rutina, disciplina, un cambio de hábitos y soltería mi vida se compondrá. Y en el fondo creo que así será. Sin embargo, por más ganas y voluntad que tenga y le eche a la vida, hay periodos en donde todo lo que construí se viene abajo porque algo no va bien en mi mente.

¿Qué mierda, no?

Y ahí es donde de nuevo comienzo a creer que sólo es parte de la victimización. El ponerse los límites uno mismo y subestimarse y culpar a lo demás del mundo enfermo en que me tocó vivir. ¿Y qué puedo hacer? Yo no quiero suicidarme, yo no quiero cambiar mi personalidad, yo no quiero depender de píldoras toda la vida y mucho menos depender de alguien.

Ya no quiero ser una carga para mi papá. Ni la burla de mi hermano menor. Y por supuesto la preocupación de mi hermano próximo. No quiero que el mundo me tenga lastima. Porque sí, en efecto me han pasado cosas muy feas. Pero el mundo no tiene responsabilidad alguna por todas esas catástrofes.

Huí de casa un rato para estar con mi mamá que tampoco es alguien sano, pero entiende lo que ando pasando. Y yo creo que también entiende que extraño mucho cuando era adolescente y hubo un momento en dónde éramos felices, lo llamo 2007 el año de la bonanza. Pero, nada dura para siempre, y aunque esté choteado eso, en efecto, nada dura para siempre. Y espero que también aplique para la inconmensurable tristeza que siento en este momento.

¿Saben? Quise llamar a novio todo el día. Porque pese a la horrible discusión que tuvimos anoche, es alguien que me importa. Y sé que su visión de las cosas es errónea, una parte de mí quiso vengarse, herirlo cómo él lo hace conmigo y cómo él se hiere a sí mismo. Pero no. Y no es por creerme mejor persona o porque tenga complejo de salvavidas. Es porque cuando amas a alguien no lo lastimas. Y pues traté de llamarlo hace un rato, y bueno, ya saben... buzón.

Me cuesta asimilar la vida y más los cambios en ésta. No soy la única persona que tiene problemas. Estamos pasando por plena pandemia. Papá me dijo que soy una inconsciente al estar con mi madre, qué no sabemos en qué lugares ha estado, y que tampoco ella sabe a dónde yo he estado y que todos podríamos contagiarnos. Y tiene razón. Pero también, lo dice con cierto recelo. A él no le hace mucha gracias que esté con la persona que lo quebró en todos los aspectos.

Así es mi vida. Es emocionante. Rara vez es aburrida y letárgica. También, rara vez la cosas salen bien. Sigo escribiendo por esa necesidad de escupir lo que siento.

Nada va a lastimarte, bebé.

5 comentarios:

  1. De pronto está difícil ubicar que escribes de nuevo, por lo de los dos perfiles. Un saludo.

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  2. Ojalá sigan ya mejor las cosas de cuanto relataste en este post. Tienes mis buenos deseos, cuídate.

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    1. Están mejor. A veces. Hahahaha. Saqué un poemario. ¿Te gustaría leerlo?

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    2. Voy apenas viendo el reply. Sí, claro. ¿Dónde lo tienes?

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    3. Apenas vi tu mensaje. Ahora te paso el link: https://issuu.com/losnoletrados/docs/existenciadoppelganger_anybb_lnl__2_

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