miércoles, 22 de julio de 2015

Diamante

Mi más bonita estrella; diamante
estás más distante que el coral de los mares
difícil es aceptar las palabras que sacaste
diciéndolas 
en pertrechadas oraciones. 
ya no hay rezos para esta noche,
¿a quién se supone que le cantaré?

Simplemente veía en tus ojos
luz
alegría
energía 
cariño.

Y nunca fuiste mío,
tarde lo vi,
no te dejé ser libre
atrapado en este torrente de caricias,
ave silvestre,
eras rojo 
mi dulce despertar.

Lacónico en las horas que deseo arrebatarte 
toda la felicidad que te di.
Mas nunca fue así
mi amor ya era tuyo
volé cuando me tomaste en tus brazos.
No sé decirte adiós.
Es necesario.
No quiero, me niego, 
el soltarte es como negarte
y si debo negarte
¿por qué no mejor me disparaste?

Triste y taciturna en las mañanas,
es un buen cóctel, es la manera en como lo consigo.
Los días buenos se escapan como tú.
Ya no estás, ¿alguna vez estuviste ahí?
Déjame creer que si. Que fue así.
Los registros de los pétalos de las bugambilias anuncian
el cambio,
la estación en dónde comencé a odiarte.
Fui tan sublime, tan increíble, tan fantástica,
una diva maravillada en ceder, en soportar
amortiguar
(lo que siempre quise que fueras)
y ahora ese odio
es amor, aquel terriblemente verdadero.
Quiero volver a amarte de la manera libre y certera, aquella que no cansa,
aquella que es buena;
¿me dirás que sí?

Aspiramos a más. 
Mi camino es disperso como las gotas de lluvia, 
me gusta llover.
A ti te encanta lucir como un astro.
D-í-a-M-a-n-t-e

Resbalas y vuelves a ser firme.
Me cuesta tomar el control,
y enterrado esta noche te quedarás.
Ya no me importas,
ya no quiero que vuelvas...

Daños causas, eres terremotos.
Un maldito dinosaurio y yo una ciudad enferma de creer en tu omnipotencia.

Eres un Dios malvado.
Juez y seductor.

Debo decirte adiós.
Es necesario.

Mi cuerpo se amoldó a tus mordidas.
Mis uñas rasgan la pared
sangrante, te añoran.
Te son fieles.
Y desleales a los deseos del cerebro.

Ahora volaré.
Ya lo estoy haciendo.
Te digo adiós, monstruo.
Te tengo que decir adiós mi más dulce a-M-a-n-t-e.

Porque el corazón no se puede detener hasta que muera,
y es tan grandioso lo que me espera, es tan mío.
Como tú del universo.

Mi más bonita estrella; diamante.

(Feliz Cumpleaños)



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