martes, 1 de marzo de 2016

Empatía


Creemos estar enamorados. 
Creemos tener futuro.

Creemos tantas mentiras.

Creemos que durará.
Creemos que algún día alguien cederá. 




Sé lo que sientes, es por eso que no te ignoro cada vez que me hablas. Sé como se siente la alegría cuando recibes mensajes, cuando alguien te pone atención.Sé como te sientes.

No es es no seas especial, es simplemente cuestión de selección. Tal vez él tiene algo que tú no tienes, tal vez yo tenga algo que él no quiere. No lo sé, y cuando me pongo a pensar en eso, hago una lista de todos mis defectos, y casi siempre ellos vencen a mis virtudes con una gran diferencia.

¿Qué si somos aburridos? Lo dudo mucho, sino por algo dejaríamos de buscarnos o buscarlos o buscar. Sólo no cumplimos todos los requisitos para pertenecer a aquellos deseos.

Hay días en que no sé lo que siento por aquella persona, tú no tienes ni cuatro días de conocerme, y crees ya amarme. ¿Irónico, no? Por él, empecé a sentir algo con sólo ver su espalda en algún bar de aquella gran y ajena ciudad. Tú ni en persona me has mirado.

Las ilusiones compartidas es algo que tal vez nos conecten o que el día de mi cumpleaños sea también el de tu exnovia. Yo qué sé. De hecho, creo que no eres nada cercano a lo que me gusta de una persona. Sólo me agradas, me caes bien.

Y sé que eso duele, porque lo más seguro es que él, sienta lo mismo por mí. Y cómo cada noche, que he pasado después de conocerlo, al final me queda un sabor pequeñito en la boca, sus besos arrojados al hueco de mi corazón, lo extraño.

¿Y tú? ¿Tú que me puedes decir de mí? Si sólo recibes puras negativas cuando intentas ser tóxicamente lindo. Yo no quiero eso, al menos no de ti. Jamás había estado en esta situación... rechazar al chico "bueno".

Pero, chico, siento lo que es tener esa empatía contigo. Sé que es estar enamorado, a la expectativa y en la zozobra que se respira en una fría mañana de invierno. El gélido olor de las hojas inexistentes, porque vivas están, cómo los sentimientos inocuos del supuesto amor que llegamos a profesar.

Sólo no te caigas, no te dejes arrastrar por todos estos sentimientos que son meras ilusiones que se las llevará el viento o algún temblor. Lo que pase primero, tal vez, sólo estoy ahí para reafirmar tu existencia como alguien que aún tiene sentimientos, alguien que quiere amar. Pero él, él sigue en mi cabeza.

No te conviene estar interesado en alguien como yo, en alguien que es banal, y que se fija en que tengan cabello largo, en que tengan la capacidad para poder encontrar la belleza en algo tan complejo cómo los sonidos estridentes, en alguien que le gusta imaginarse con ellos en algún viaje hacia el fin del mundo. No soy para ti.

Y él, carajo, no es para mí.



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