miércoles, 9 de marzo de 2016

Hombre prehistórico

Los martes y jueves asisto a un taller de poesía, a veces salen cosas chidas, a veces no. He pensado mucho en renunciar al señor ave solar. A veces creo que necesito dejar ciertas reminiscencias que abundan en mi corazón. A noche creí lograrlo, es más hasta el día de hoy en la tarde... pero no es así. El amor no es una cosa que viene y se va de la nada. Tampoco es como si alguien pudiera llenar los vacíos de lo que nos falta o nos falla como personas.

En fin, mi juventud es nada más un soslayo que me permite ver cuanto le he cagado, y como la sigo cagando. Quisiera simplemente aceptar la cosas y dirigirme a otro punto de partida. Otra ciudad yo que sé. Pero no, me aferro con mis uñas cortas a sentir amor de otras personas como si realmente lo necesitara, y sólo es mi vanidad exaltada.

Así que sin más preámbulos les dejo los dos poemitas sobre mis estados de ánimo, amor, consciencia, y bueno... nuevos comienzos, creo. Es un buen momento en mi vida, eso es todo.

Hombre prehistórico

Amo a un hombre prehistórico
amo sus cabellos infinitos y diáfanos
amo sus fosilizadas arrugas
amo su añeja voz transmutada por los años
amo la distancia de dos décadas de remota diferencia
amo la perpetuidad de sus beso dados en mi profana flor
amo el tiempo que se va lento como un caracol esperando el suicidio
amo la música que aporta a estos diminutos y jóvenes oídos
amo la magnificencia de su etérea sabiduría ancestral
amo a ese hombre libre del universo, amo de la lujuria hecha amor.
Amo, y reitero, amo sus manos que abarcan las montañas de mi cuerpo
amo a un hombre viejo como mismo viento
amo a un ser lleno de de especulaciones y anhelos a la muerte
amo a un hombre pre-his-tó-ri-co
       y no a uno que es, de manera llana,
                  joven como mí,
                             sueño erótico.



Después del cigarrillo en la trémula lluvia

No te amo extraño,
no me puedo aún permitirme ese deseo oblicuo,
no lo puedo hacer después de mi charla interna con las gotas que se dispersan.
No te amo.
No puedo ser tan mentirosa contigo.
No es que cambie de opinión tan volátil como las estaciones,
no puedo aún porque hay tanto de mí que es incierto.
No te amo cuando no puedo ni aceptar que te quiera ya.
No te amo en la penumbra de los sin saberes,
y te pido perdón en la frescura de la lluvia que deja ir todo
y limpia los malos tragos de indecisiones.
No te amo, no sabes quien soy o lo que soy.
Sin embargo, el día que te lo vuelva a decir,
el día en que te tenga en estos flácidos brazos de ninfa regañada por el ave solar,
cuando llegue el momento, te lo diré...
Te restregaré todo el amor que ese día te daré,
te dejaré sin palabras,
te dejaré a la deriva de la luna...
y firmaremos la condena de hacernos todo el daño de una vez.
Y por siempre, lo prometo, te repetiré en tus oídos,
en tus manos, en tu sexo...
que te amo.




3 comentarios:

  1. En principio, me gustaron. Sugiero que los corrijas y trates de publicarlos. O más bien, que jugando, jugando, los tomes más en serio. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. a mi me gustaron mucho continua asi =D

    ResponderEliminar
  3. Te comprendo. Es la lucha por rescatar lo bueno de esa juventud y pasado, y que lo malo deje de doler. Y en ese proceso de depuración se llega a pensar en cuánto quisiera uno volver, aun si tuviese que encarar de nuevo a los demonios de entonces.

    ResponderEliminar