lunes, 12 de abril de 2010

En tu nombre.

Y es como cuando uno toca una espina, y se pincha. Se siente de una manera distinta, pero tiene el mismo efecto -sangrar-.

Y es que no puedes cambiar a un ser, por que es único. Así que solo puedes acompañarlo, aunque no entiendas nada de como se siente.

Ahora solo quiero correr, pues las sombras me vuelven a seguir, esas sombras que en tu nombre me hablan para hacerme reír sínicamente, pues las lágrimas se me han agotado ya.

En tu nombre irá ese verso, que se quedará en algún recuerdo pérdido, en algún suspiro.

Deberas subir, para poder alcanzarme y verme, y te darás cuenta que no me perdiste, tan solo me he adelantado, pues este mundo un tanto artificial en tu nombre se irá a romper.

No es que seas Dios, no es que seas yo. No habrá un buen final, pues ya que el humano solo sabe comenzar... y eso es duro de cambiar.

Y aunque el mundo de vueltas en tu nombre, en mi nombre, en el nombre del desconocido, jamás dejará que huyas, sacará al cobarde de tí, y te cambiará -hará lo imposible-, para perderse en un abismo en mi nombre.

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