jueves, 4 de marzo de 2010

Look at the stars

Me veo un poco en problemas, y eso que al parecer el día de hoy todo iba a ir mal. Pero en el momento más frustrante suspiro y respiro. Entonces es donde todo vuelve a ser normal. Me da unas ganas horribles de vomitar cuando despierto, y es como si me quemara algo dentro de mí, como si una llama enorme quisiera salir de mí.

Abro los ojos reconozco todo, el techo, la sábana, tu cuerpo junto a mí. Y es ahí donde ese fuego se deshace, todo se evapora. Todo vuelve a su ritmo. Me levanto sin despertarte, está tu cuerpo tan tieso, pero a la vez demuestra una debilidad tan tentadora. Verte dormir es de los mejores espectáculos que se puede tener en la vida, es como ver morir el atardecer y de la nada se revive el cielo con la luna, es como cuando el viento sopla al mar, y este lleva una secreta canción.

Ya estás despertando, me ven tus ojos claros, esos que me dicen "te quiero". Irresistible son, ya que no puedo ir en contra de ellos, porque sería ir en contra tuya...

Nos tenemos que separar, y es la parte del día que más odio, pero cada quien tiene que hacer esos labores para mantenerse en pie. Ojalá solo pudieramos estar vivos con nuestras miradas, y es así cuando nos amamos. No hay palabras, no hay sónidos, no hay otras cosas, solo nuestras miradas.

Llegó por fin la noche, y mi cuerpo está muerto de cansancio, no quiero otra cosa que dormir, te veo. Todo cambia, me das el beso de buenas noches, entonces te tomo de la mano, vamos hacía la ventana, mira las estrellas, te digo. Son bellísimas. Pero tu no las viste, tan solo viste mi rostro.

-La única estrella que veo eres tú. -Me dices al darme cuenta de que no entendías que quería regalarte el cielo.

Tú mirada me lo dice todo, es verdad, te abrazo, me llevas a nuestra cama, donde ahí se quedan nuestros sueños no cumplidos, pero si anhelados. Donde es complice de nuestra tentación, llamada amor.

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